Una vivienda de la pequeña Comandante Nicanor Otamendi se vio rodeada repentinamente de personal de la Policía Federal que la allanó en busca de pruebas sobre el tráfico de imágenes de pornografía infantil.

El dueño de la casa, responsable de los dispositivos tecnológicos secuestrados, no fue aprehendido y solamente recibió la notificación judicial que lo puso al tanto de estar siendo investigado en el marco de la causa radicada en la Unidad Fiscal N°1 , Daniel Ichazo, de Berazategui.

El procedimiento fue llevado a cabo por la División Unidad Operativa Federal Mar del Plata.

Todo comenzó, según pudo saberse, a raíz de una denuncia de la organización estadounidense National Center For Missing & Exploited Children de los Estados Unidos, y al cabo de algunas averiguaciones se determinó que en una casa de Otamendi, en el partido de General Alvarado, había un terminal desde el que se distribuía material audiovisual y fotográfico en infracción a las leyes de protección a menores y pornografía infantil por la dark-web.

Así fue como se ordenaron más de 100 allanamientos en distintas partes del país  y de forma simultanea se pudo identificar a los miembros de la banda internacional con ramificaciones en Argentina que se dedicaba a la distribución de pornografía infantil.