La Ciudad

Alquiler de máquinas y clases virtuales: los gimnasios se reinventan para subsistir

Buscan reconverstirse para generar ingresos hasta que puedan reabrir. "Ya que la gente no puede venir al gimnasio, vamos nosotros a las casas”, explicó Patricio Suárez.

“Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”, podría ser una de las guías verbales a las que apelaron muchos gimnasios de la ciudad, que ya llevan casi 100 días sin poder abrir sus puertas. Reconversión para no tener que cerrar y opciones para todos.

Con el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio el 20 de marzo, los gimnasios debieron suspender su actividad. Después de varias prolongaciones de la cuarentena obligatoria e incluso de la elevación de los correspondientes protocolos de seguridad e higiene, muchos establecimientos optaron por buscar alternativas para no tener que cerrar los negocios. Paciencia y creatividad en el marco de la pandemia.

Así, en el gimnasio “Push Up” optaron por “seguir trabajando”. “Ya que la gente no puede venir al gimnasio, vamos nosotros a las casas”, explicó Patricio Suárez que optó por fabricar las máquinas que se usan en el gimnasio para venderlas y alquilarlas.

“Son todas máquinas nuevas, que las podés tener en cinco días, con envíos sin cargo a todo el país”, detalló.

Ahora, el salón de Alberti al 1300 se convirtió en “un show room, donde exponemos las máquinas que se pueden llevar a las casas”, ya que “con un banco multiangular y unas mancuernas se puede seguir entrenando en casa, algo tan necesario para el cuerpo como para la mente”, señaló Suárez.

Así las cosas, “con una cuota menor a la que se pagaba en el gimnasio”, ahora los deportistas pueden entrenar en su hogar ya que “un banco multiangular se puede tener por $1.550 por mes”, a pagar en 18 cuotas. O también cuentan con la opción de alquiler.

Control

Proactivos, en “Playa Grande Sports” optaron por adaptarse a la nueva modalidad digital y brindar clases a través de aplicaciones. “No es lo mismo, pero tenemos que seguir”, advirtió el ex preparador físico de la selección nacional de surf, hoy al frente del gimnasio, Silvio Pedro.

“Nos adaptamos a las redes, con las clases virtuales seguimos cerca del socio y generando confianza, aunque muchos no toman lo virtual como real”, describió. Y, en ese sentido, calculó que a través de la virtualidad trabajan “apenas un diez por ciento de lo que lo hacíamos”. “Es como el ‘take away`de los gastronómicos”, explicó.

Asimismo, el preparador físico destacó que “pude negociar con el propietario del local el tema del alquiler, porque seguimos con un proyecto con el locatario para después de la pandemia”.

Como otros colegas, se preguntó “por qué no nos toman en cuenta y nos dejan trabajar, es importante que la gente se distraiga en estos momentos, porque nosotros somos generadores de salud”.

“El Estado debe entender que la actividad física es lo que más se necesita en estos momentos. Nosotros pasamos de ser un negocio saludable a negocio de riesgo”, agregó.

“Virtualidad deportiva” fue una de las premisas implementadas por David Campos, profesor en los gimnasios de los clubes Once Unidos y Peñarol.

“Tuvimos una adaptación general y volcamos todo a la parte virtual, tanto en las clases individuales como en los entrenamientos funcionales, pilates o musculación”, describió.

Así, a los alumnos les envían tanto un plan de planificación de entrenamiento como la clase diaria, ya que además de la práctica por zoom pueden recibir el video del entrenamiento diario para “ejercitarlo cuando puedan”.

Si bien no pudo precisar cifras, reconoció que “el número de asistentes es menor a cuando empezamos en marzo”. “Al principio había más motivación, pero con el incremento de la cuarentena fue decayendo”, contó.

Además, el profesor explicó que en el gimnasio de Peñarol optaron por “alquilar algunos de los materiales más solicitados, como las bicicletas, mancuernas o las pesas rusas”.

Libertad

Aún sin la carga de una estructura física fija, desde el grupo “Troten, por el placer de correr” coincidieron en que “no hay justificativo científico ni sanitario para prohibir la práctica de deportes individuales”, sostuvo Juan Chambers.

Así, las clases presenciales pasaron a ser “virtuales”, con la modificación que “todos los entrenamientos son ejercicios de fuerza”. De todas formas, la concurrencia fue bajando desde marzo. “Abril bajó un 30 por ciento con respecto a marzo, mayo descendió un 40 por ciento y hoy estamos en un 50 por ciento”, describió.

El preparador físico consideró que “la actividad no está considerada como agente de salud, no hay vinculación de la misma como política de estado”.

La cámara marplatense del sector nuclea a unos 80 gimnasios asociados, aunque estimaron en la ciudad existen unos “200 establecimientos”, que conforman “economías familiares, acá no hay grandes empresarios” que básicamente se adaptaron “a las redes sociales, otros alquilan equipos y otros cortaron la cadena de pagos”.

Sin fecha de apertura –el lunes pasado en el Boletín Oficial se publicó que ni siquiera podrán abrir cuando la ciudad esté en fase 5- los gimnasios se adaptan para no sucumbir.

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