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Alvarado, con la influencia de Germán Rivero y Diego Becker

El "Tanque" marcó 10 tantos en 13 partidos. El rosarino dio 5 asistencias en sus 7 presencias. Participaron en 16 de los 22 goles del equipo marplatense en la Primera Nacional.

Por Juan Miguel Alvarez

A un partido para el cierre del semestre, Alvarado está a la altura de la Primera Nacional de fútbol en su primera temporada. Sostenido por el rendimiento colectivo, por supuesto, pero bajo una notable influencia del goleador Germán Rivero y el mediocampisca zurdo Diego Becker.

Alvarado es el segundo equipo más goleador de los 16 que integran la Zona A y está cuarto entre los 32 de la categoría. Y Rivero y Becker participaron de forma directa en 16 de los 22 goles del conjunto dirigido por Juan Pablo Pumpido.

El “Tanque” aportó su notable cuota de gol, con 10 tantos en los 13 partidos que disputó (sólo estuvo ausente en el debut con Argentino Agropecuario). Mientras que Becker fue clave por su rol de asistidor, con 5 pases para el gol de un compañero.

Rivero es un delantero potente, que usa bien el cuerpo, tiene un cabezazo letal (así marcó tres de sus goles) y también buena lectura para saber en qué lugar puede finalizar las jugadas. Lo hace por percepción (como en el gol contra Mitre o Independiente Rivadavia), por determinación para “atacar” el balón (como en el cabezazo contra Estudiantes de Buenos Aires o el gol de rebote contra Morón) o por seguir la maniobra de un compañero (así le marcó a Barracas y también hizo el tercero frente a Estudiantes de Bs. As.). No duda en patear al arco cuando encuentra un mínimo resquicio (un ejemplo es su primer gol con Estudiantes de Río Cuarto), aunque también puede tomarse el tiempo necesario para resolver (como en la linda definición del primer gol contra Morón).

Pero no todo es gol en su repertorio. Porque también muestra concepto a la hora de interpretar el juego lejos del arco rival.

Alvarado no tenía un goleador de esta talla desde el Argentino B 2007-2008, cuando Fernando Telechea marcó 20 tantos (en 31 partidos) en la campaña del ascenso. Sin olvidar la buena racha de Ezequiel Petti en el primer semestre de 2011: con 11 goles en 17 partidos del Argentino B.

Becker también tuvo una notable injerencia para lo poco que jugó por distintas lesiones: disputó 7 de los 14 partidos (uno solo completo). En ellos dio cinco asistencias y marcó dos tantos. Hizo un gol o pase-gol cada 68 minutos.

La virtud principal para estos números es su excelente pegada. Uno de sus goles fue de tiro libre directo. Por esa vía ejecutó centros para los goles de Caicedo (Barracas) y Gabriel Fernández (Estudiantes de Bs. As.). Contra los de Caseros también envió el corner que terminó en gol de Rinaldi. Y, además, de su pie zurdo “nació” el tanto de Maximiliano González contra Belgrano -aunque aquí no convirtió ni asistió-.

Becker también mostró notable capacidad para atacar el espacio a espalda del lateral derecho rival. Así llegó al gol contra Estudiantes de Río Cuarto y asistió a Rivero contra Barracas y Estudiantes de Buenos Aires. Es muy veloz y para nada egoísta.

La conexión Becker-Rivero generó tres goles. Dos asistencias del primero para el segundo y una del delantero al mediocampista.

Las otras relaciones para llegar al gol fueron Ledesma-Giornada, Vidal-Bracamonte, Vidal-Rivero, Giornada-Rivero, Lucas Fernández-Rivero, en situaciones de jugada (las dos últimas mediante envíos aéreos); Becker-Gabriel Fernández y Becker-Caicedo en pelota quieta.

Precisamente, Alvarado le sacó mucho rédito a la pelota quieta. Por esa vía, marcó 8 de los 22 goles (el 36,3 por ciento): uno de penal, uno de tiro libre, dos en jugadas iniciadas en tiros de esquina y otros cuatro en tiros libres.

Apoyado en su labor colectiva y con una notable influencia de Rivero y Becker en la parte ofensiva, Alvarado pisa cada vez más firme en la Primera Nacional.

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