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Alvarado, entre la estabilidad actual y la preocupación por el futuro

El club marplatense, cerca de liquidar la deuda de marzo, tiene que cumplir con las obligaciones los meses siguientes sin generación de recursos. Después del 30 de junio quedarán sólo 4 contratos y no se puede planificar a futuro. Mientras, los jugadores están preocupados por la posible pérdida de su fuente laboral.

Por Juan Miguel Alvarez

Alvarado, apoyado sobre tierra firme, empieza a transitar sobre arenas movedizas. Su economía actual está equilibrada, pero deberá atravesar dos meses sin competencia ni generación de recursos. Tiempo en el que tendrá que cumplir con las obligaciones asumidas con su plantel de Primera Nacional de fútbol, con el presupuesto que eso supone. Encima, hay incertidumbre sobre lo que pasará más allá del 30 de junio.

Debido al Covid-19, la Asociación del Fútbol Argentino resolvió la suspensión de la temporada actual, en la que Alvarado prácticamente había asegurado la permanencia, objetivo primario en su debut en la principal categoría del ascenso.

El grueso del plantel marplatense tiene vínculo hasta el 30 de junio. Por consiguiente, la dirigencia deberá pagarle tres meses más de salario a los futbolistas, es decir, lo correspondiente a abril, mayo y junio.

Apenas cuatro jugadores poseen un contrato que excede la mitad de año: el zaguero uruguayo Juan Ramón Alsina, el volante Leandro “la Bomba” Navarro, el delantero Nicolás Andereggen y el mediocampista ofensivo Brian Visser. Los tres primeros llegaron al club marplatense en el mercado de pases del verano y firmaron por 18 meses, por lo que seguirán hasta junio de 2021. Mientras que el último volverá a Alvarado en dos meses, cuando termine su préstamo con Cipolletti.

Respecto a las finanzas, la institución de Jara y Peña está estable. “Tenemos cerca de 60 empleados, incluyendo a los jugadores del plantel profesional, las docentes del jardín de infantes y el resto de los trabajadores en la administración o la villa deportiva. Los sueldos de marzo los pagamos entre un 75% y un 80%. Se está adeudando una parte del plantel. El resto está cubierto”, expresó días atrás el presidente Wenceslao Méndez.

En realidad, la dirigencia pagó un dinero uniforme para cada integrante del plantel de la Primera Nacional. Por consiguiente, se liquidó el total o gran parte del salario de los futbolistas que cobran menos, mientras que la deuda crece con los jugadores con sueldos más altos.

La estabilidad actual se explica en parte gracias a la “venta” del colombiano Zules Caicedo en enero pasado. Unión de Santa Fe cumplió con todas las cuotas de pago (la cifra total sería cercana a los 130 mil dólares) como resarcimiento por la rescisión del contrato del jugador con el club marplatense.

Claro que, si no hay ayuda gubernamental o de la AFA, las dificultades para estar “al día” crecerán ostensiblemente en el futuro inmediato. Alvarado se inscribió en las líneas de crédito que se ofrecieron desde el estado, aunque la idea es “no comprometer el patrimonio del club a futuro”, según admitió su propio presidente.

¿Qué pasará en el segundo semestre? Esa es la gran pregunta. Si se reanuda la actividad con un “reducido” o play-offs para definir los ascensos, Alvarado seguramente quedará al margen por su posición en la tabla: undécimo sobre quince equipos en la Zona 1. Así, recién volvería a jugar en la siguiente temporada de la Primera Nacional, en 2021. Lo que sí podría jugar este año es la Copa Argentina – en caso de realizarse-, ya que estaba clasificado a la Fase Final: su primer cruce, de 32avos. de final, es frente a Tigre.

Antes de la pandemia la dirigencia pretendía renovar con los jugadores que cumplieron las expectativas, como en cada temporada. Incluso, habían comenzado negociaciones con algunos de ellos, como Fernando Ponce, uno de los más identificados con la institución. Pero con la incertidumbre respecto a la fecha del regreso del fútbol y con las arcas vacías, eso parece muy complicado de concretar. Por lo pronto, en Alvarado no quieren tomar decisiones apresuradas, a la espera de la asistencia necesaria para los clubes. Entonces, el armado del próximo plantel se definirá de acuerdo a las posibilidades económicas.



Otras instituciones de la categoría ya tomaron determinaciones radicales. Sarmiento de Junín, que peleaba el ascenso, anunció que dejará libres a 14 futbolistas (entre ellos, el miramarense Francisco Molina, ex Alvarado) y San Martín de San Juan hará lo propio con el 70 por ciento del plantel actual después del 30 de junio. Mientras, los jugadores se mantienen en alerta, preocupados por conservar la fuente de trabajo.

“Muchos se van a quedar sin trabajo”

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