“Angel de papel” es el espectáculo del titiritero Rafael Curci que se presentará hoy y mañana en Cuatro Elementos Espacio Teatral (Alberti 2746). Hoy será a las 21 y mañana a las 17. Escritor, dramaturgo, teórico y director teatral uruguayo, Curci permaneció toda la semana en Mar del Plata para dictar un seminario intensivo teórico práctico sobre “Metáforas visuales: las claves del lenguaje”.
Destinado a toda la familia, el espectáculo es la historia de Clara, una anciana mujer sin techo que no posee nada más que una vieja tijera que guarda en su bolsillo. Todos los días ella recorre su mundo de papel en busca de pequeños retazos que sirvan para dar forma a sus sueños.
En uno de esos paseos tropieza con un ángel caído que tiene un ala rota. Y sin pensarlo dos veces, decide ocuparse de él. Así, entre cuidados y desvelos, nace una fuerte amistad que mudará sus destinos para siempre. Utiliza técnicas de animación, teatro de sombras, objetos y transparencias.
Formado en Argentina, nacido en Uruguay, Curci vive cerca de San Pablo, en Brasil, donde lidera su grupo de títeres y enseña el oficio. A la hora de montar sus espectáculos, aseguró: “Me gusta crear universos, climas”, en relación a esos momentos de magia y silencio que suceden entre sus títeres, él mismo y el público. “Cuando salgo a la calle no encuentro ese universo, no lo veo en la televisión, lo veo en un tipo de teatro, yo dirijo todo para poder fabricar eso, no es impresicindible pero es necesario” para vivir, dijo a LA CAPITAL.
Curci indicó que el teatro de títeres y de objetos en general recibió un fuerte impulso en Argentina, en los últimos años, a partir de la apertura de escuelas, talleres y universidades “en las que se aborda el teatro de títeres y de objetos, incluso a nivel terciario”.
“Antes era una formación más anárquica, yo llegué a aprender con maestros que trabajan con títeres y también pasé por una escuela de títeres en el Teatro San Martín”, contó.
Y recordó que la tradición titiritera de Argentina arrancó a principios del siglo XX, cuando el poeta español Federico García Lorca llegó a Buenos Aires y ofreció un espectáculo de títeres para artistas porteños, entre los que se encontraban Javier Villafañe. “La ventaja es que quedó en un sector artístico y eso provocó una gestación artística. En México, por ejemplo, los títeres quedaron del lado de la educación y los espectáculos están reducidos a elaborar contenidos didácticos”, historió.
Cabe señalar que la visita del artista se realizó merced a las gestiones del grupo de Mar del Plata Marionetas Anima y de Cuatro Elementos.