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Arte y Espectáculos 11 de noviembre de 2021

Angel Moutafian y Alfredo Facciolo presentan oficialmente “Oh Pedro”

"El fundamento de este dúo es la sorpresa, la idea de no estructurar la canción de modo que nunca se mecanice su ejecución. Tratamos a toda costa de defender esa libertad", definió Moutafian antes del show en el marco del ciclo Jazz Mar del Plata.

“Oh Pedro”, el disco que Angel Moutafian Alfredo Facciolo compusieron -con su guitarra y contrabajo- y grabaron en un vacío Teatro Colón, se presentará hoy, a las 19, en la Villa Mitre (Lamadrid 3870), en el marco del ciclo Jazz Mar del Plata, que coordina Marcela Tarifeño.

“Estaremos junto a Adrián Cerica a cargo del sonido y habrá algún invitado sorpresa. El vivo es lo que mejor nos va para este formato, ahí podemos transmitir nuestro mensaje sin filtros, es la verdadera condición de este dúo”, adelantó Moutafian, en una nota con LA CAPITAL.

El músico valoró el trabajo del disco que cuenta “con un staff de lujo”, con Cerica, mezcla y masterización de Emiliano Méndez, coproducción de Jorge Armani, obra de tapa del artista plástico marplatense recientemente fallecido Adrián Menna, arte del disco de Daniel Fernández y fotos de contratapa de Marcos Hugo Grassi.

– ¿Por qué “Oh Pedro”?

– El nombre del disco “Oh Pedro” encuadra de alguna manera el momento en que llega mi hijo más pequeño, Pedro. Ese proceso de su gestación y su llegada al mundo, fue prácticamente paralelo a la creación de lo que hoy se convirtió en un disco. También expresa que nos dejamos sorprender, abrazamos esa sorpresa como motivo creativo, en la música y en la vida.

– ¿Qué mensaje quisieron transmitir?

– No sé si hay un mensaje concreto que nos hayamos propuesto transmitir, creo que fue al revés, el mensaje de lo que nos rodea se hizo música, tal vez estuvimos lo suficientemente sensibles como para captarlo. Alfredo es un músico extraordinariamente sensible y con un gran corazón, un ser humano maravilloso y eso fue fundamental para que el fenómeno de la música se dé en este marco tan íntimo como es un dúo. Quizá finalmente el mensaje sea que tenés que creer en lo que haces, exponer de alguna manera esa íntima convicción respecto del camino que estas tomando.

– ¿Cómo fueron creciendo los temas hasta el momento de la grabación?

– Nos juntamos con Alfredo sin ninguna propuesta más que tocar, escucharnos, estar atentos a la propuesta del instrumento del otro, a seguir alguna idea a partir de la improvisación. El repertorio que fuimos armando se hizo gigante y fue difícil decidir cuáles canciones íbamos a grabar. Para el momento en que se dio grabarlo ya habíamos desarrollado una estética y un sonido propio. Creo que los temas fueron creciendo de manera natural y consecuente con nuestra búsqueda.

– ¿Cómo fue la grabación en el Teatro Colón vacío?

– La grabación la hicimos en cinco sesiones entre marzo y abril de 2021. Fue juntarse a tocar como siempre y hacer varias tomas de las canciones. Seguimos fieles al fundamento de este dúo que es la sorpresa y esa idea de no estructurar la canción de modo que nunca se mecanice su ejecución. Tratamos a toda costa de defender esa libertad que en una grabación es difícil lograr ya que es un proceso que tiende a enfriar eso que pasa en vivo o en un ensayo. Grabar en el Teatro Colón fue una experiencia increíble, el teatro como room de grabación, solo Alfredo, Adrián Cerica que fue quien nos grabó y yo (y algún que otro fantasmita del teatro), en la más absoluta soledad y silencio de la noche. Realmente fue mágico, esa sensación auspició de vehículo creativo, creo que esa mística se escucha de alguna manera en el disco.

– ¿Trabajaste de manera diferente con respecto a otros discos tuyos?

– Sí, definitivamente. Este trabajo se dio de manera natural, a un ritmo biológico, orgánico con la propuesta. El formato de dúo permite resolver todo de una manera rápida y efectiva a la hora de grabar. Trabajamos sin mandatos ni poses. Nos propusimos ser lo más sinceros posibles con la música. Esa idea es la que defendimos por sobre todas las cosas. El sonido que priorizamos fue el acústico, si bien utilicé una guitarra eléctrica en la mayoría de los temas, tomamos el sonido del instrumento directamente, dejando el amplificador en un segundo plano en la mezcla. De esa manera hermanamos más aún al contrabajo con la guitarra. Lo acústico también fue parte de esa sinceridad.