Provincia

“Antes la mirada familiar sobre el bullying era de reprobación, ahora está todo desvirtuado”

Mónica Bornia, coordinadora del equipo de Conflictos en el Ámbito Escolar de la Defensoría del Pueblo de la Provincia, aseguró además que “hay una instalación de contravalores” y que hoy “es lo mismo ser popular por lindo, por gordo, por feo, por bueno, por malo… el tema es tener muchas visitas a tu perfil y muchos ‘amigos’”.

LA PLATA (Corresponsalía) – El bullying es una problemática antigua que, con la aparición de Internet y las redes sociales, ha encontrado distintos -y peligrosos- canales de expansión.

“Concientización hay mucha, por suerte, y ningún chico está ajeno a lo que es el bulliyng”, dijo Mónica Bornia, coordinadora del equipo multidisciplinario de Conflictos en el Ámbito Escolar de la Defensoría del Pueblo bonaerense.

“Pero yo lo comparo con un ejemplo”, agregó, y amplió: “Muchas veces se habla del embarazo adolescente y de la falta de información, y en el siglo XXI la gran mayoría de la población sabe que para no quedar embarazada hay que usar algún método anticonceptivo. Entonces una cosa es que tengas la información y otra es que tengas la madurez suficiente para apropiarte de ese conocimiento”.

“Vos le podés decir a los chicos que el bullying está mal, pero si ellos no lo sienten así, es muy difícil”, aseguró Bornia, además abogada, docente y doctora en Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata.

Consultada por LA CAPITAL sobre las principales causas del hostigamiento entre pares, la profesional consideró que “hay una instalación de contravalores; por ejemplo cuando en las redes le dan ‘me gusta’ a las burlas. Y también está el tema de ser famoso a cualquier precio: es lo mismo ser popular por lindo, por gordo, por feo, por bueno, por malo… el tema es tener muchas visitas a tu perfil y muchos ‘amigos’”.

“Los chicos no detectan que eso es un problema; eso lo visualizamos los adultos. Ellos ven el sufrimiento que les trae la burla y sobre todo la ciber-burla, que los deja muy desamparados”, acotó.

“Los docentes están abiertos a cualquier ayuda”

Desde hace 9 años, el equipo de la Defensoría brinda charlas y asesoramiento en instituciones educativas, clubes y gremios.

– ¿Cuáles son los principales conflictos que observan y sus desencadenantes dentro del ámbito escolar?

– El no medir las consecuencias de la violencia, es decir tener conductas agresivas desmedidas porque sí, no tener un parámetro de cómo me tengo que enojar y cuánto: ninguna emoción es mala pero tengo que saber cuándo enojarme y en qué medida, por eso los conflictos escalan mucho.

– El bullying siempre existió, pero ¿qué cambió ahora demás de la extensión que tiene esta problemática con las redes sociales?

– Antes la mirada familiar era de reprobación: si una maestra llamaba a tu mamá o papá porque te portabas mal, tu mamá consideraba que estaba mal lo que hiciste. Ahora llaman a los padres y ellos responden: ‘bueno, pero el mundo es un lugar muy competitivo, es la ley del más fuerte’… está todo bastante desvirtuado, por eso trabajamos mucho con los padres y con el resto de la comunidad. Está mal entendido también el concepto de verdad. Entonces no es que estén malas las ‘banderas’, el tema es cómo se interpretan. Por ejemplo, esto de la verdad, que yo en la cara te diga ‘sos fea, hacete cargo’. ¿Por qué te tenés que hacer cargo? Y ¿por qué te tengo que decir que sos fea?

– ¿Esto se observa por igual en el sector público que en el privado?

– Sí, la diferencia esté tal vez en el tipo de burla: con qué se molesta en un lado y con qué se molesta en el otro, pero el modus operandi es el mismo.

– ¿Cómo ve la predisposición de directivos y docentes para detectar y prevenir el acoso escolar?

– Es muy buena, los docentes están totalmente abiertos y permeables a cualquier ayuda. Es más, la piden porque se dan cuenta de que es una problemática que excede a la escuela.

“Mostrar el busto no te hace más libre”

En la charla con este medio, Mónica Bornia se refirió por otro lado al uso de Internet y al riesgo que acarrea la sobreexposición de niños, niñas y jóvenes en las redes sociales.

“Polemizamos bastante, sobre todo con las adolescentes. Con todo esto de las nuevas reivindicaciones femeninas -que muchas veces no comprenden bien- tratamos de explicarles lo siguiente: ellas dicen ‘mi cuerpo es mi cuerpo y yo hago lo que quiero’ y se muestran de manera peligrosa en las redes porque no se dan cuenta de que hay todo un espectro de gente que quizá esté alterada en sus facultades mentales y de todo lo que despiertan las fotos que ellas cuelgan”, dijo Bornia.

Y aclaró: “que no es culpa de ellas, obviamente. Ellas dicen ‘no tienen por qué hacerme daño’ y eso es verdad. Pero a veces hacemos la comparación con el hecho de ir por la calle con un bolso abierto lleno de dólares: nadie tiene por qué sacártelos pero la verdad es que te estás poniendo en una situación en la que seguramente te van a querer robar”.

“A veces las chicas no comprenden que mostrar el busto no te hace más libre, que eso no te da poder”, agregó.

“El provocar no es empoderarse: empoderarse es acceder a mejores sueldos, a buenos puestos de trabajo, a que te respeten de igual a igual; no es ponerse un colaless y que no te tengan que decir piropos”, concluyó la coordinadora del equipo de la Defensoría.

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