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Deportes 15 de junio de 2019

Argentina, ¿qué se siente?

Por Vito Amalfitano

Volver a Brasil. A Brasil decime qué se siente. Nada es igual, siempre hay que construir algo nuevo. Pero así como Brasil busca un consuelo para el lacerante 1-7 de aquel Mundial de fútbol de hace 5 años, Argentina sueña otra vez con una final que ya tuvo en el Maracaná. Estamos a 22 días de esa ilusión.

Pero, en realidad, a una distancia sideral de que se concrete. También era así, de todos modos, desde aquella pobre actuación ante Bosnia que vimos en el propio Maracaná hasta el choque decisivo frente a Alemania . Pero al menos se había ganado.

Hoy la distancia es grande porque la actuación de la Selección en el debut fue decepcionante. Y porque además la derrota fue lacerante.

Dos equipos con potencial alta capacidad técnica se dedicaron más a controlarse que a soltarse en el primer tiempo. Y Colombia logró mejor su cometido al cortar la línea de pase para Messi, al cerrarle los circuítos a Lo Celso – Paredes.

El ex Boca Wilmar Barrios fue el “pac-man” que lideró ese mecanismo de absorción de los supuestos generadores de juego de Argentina.

La salida de Muriel, la entrada del ex Aldosivi Roger Martínez, no alteró el plan de Colombia, que llegó más y con más peligro en los primeros 45 minutos. Si Lio tiene que bajar mucho para hacerse de la pelota se repiten viejos vicios en la Selección.

En el segundo tiempo surgió apenas algún atisbo de mejores articulaciones ofensivas. Uno de los pocos, sobre los 10’, por una buena combinación colectiva que terminó en el primer encuentro interesante entre Messi y Agüero. Pero fue solo un oasis en medio del desierto.

La Selección fue, antes y después de esa acción, inoperante. Y débil en defensa. Y Roger encabezó el camino al abismo con un golazo (que, a lo lejos, es un orgullo para Aldosivi). Zabala liquidó la historia.

Lejos, muy lejos, del Brasil decime qué se siente. Hoy Argentina no siente nada. Un equipo sin alma, sin juego, sin garantías defensivas, no transmite ningún sentimiento. Ni siquiera una impresión. Hay tiempo para revertir la historia. El sistema de la Copa América permite recuperaciones rápidas. Pero la reacción debe ser tan inmediata como contundente. Messi no hace Lío. El no aparece, el equipo no lo acompaña. Nada que nos sorprenda hoy. Pero si que nos preocupa demasiado para el futuro, y nos separa una eternidad de aquel pasado del “qué se siente”.



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