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Interés general 31 de marzo de 2020

Arranca el verdadero partido contra el coronavirus, la economía que preocupa a todos y el incierto futuro

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.

 

“Este es un momento histórico, inédito. Los libros de historia van a referirse a estos días. Y nosotros tenemos la responsabilidad de seguir trabajando para aparecer en esos libros, ojalá, en los capítulos donde se analicen las cosas que se hicieron bien”. El intendente Guillermo Montenegro se reunió con algunos de sus colaboradores más cercanos, en su despacho del COM, y los alentó a redoblar esfuerzos. Arrancaba la segunda etapa de la cuarentena, “el partido por los puntos tras el amistoso”, como lo graficó uno de los presentes en léxico futbolero, y quienes deben velar por mantener los altos niveles de acatamiento a la cuarentena -vital para impedir que se disparen los casos de contagio- son conscientes de que el peor enemigo es el relajamiento y el desánimo. Tras el encuentro, el intendente volvió a grabar un mensaje para los marplatenses y batanenses, a horas de que se conociera la extensión de la cuarentena decretada por el presidente de la Nación.

“Si la cuarentena no se cumple la situación va a ser terrible. Sean responsables”, reclamó el intendente en ese mensaje. Hoy Mar del Plata exhibe un alto nivel de acatamiento a la cuarentena, pero al mismo tiempo ostenta dos fallecimientos por coronavirus. Se adoptaron medidas importantes -especialmente “cerrando” la ciudad en el fin de semana largo- y contra reloj se trabaja para disponer de camas, equipamiento, profesionales y asistencia para cuando se produzca el pico de la pandemia en el distrito. Por eso, Montenegro le esquivó a los eufemismos en su mensaje como así también en sus dichos en los reportajes que concedió el fin de semana a los principales medios de la ciudad. “Sé de la desesperación de la gente, por la necesidad económica, por el encierro. Pero hoy la única vacuna que existe contra el coronavirus es el aislamiento. Y si no lo hacemos, puede morir mucha gente. Pueden ser tus padres, tus hijos, tus abuelos. Necesitamos el esfuerzo de cada uno de ustedes, dejemos de ser egoístas. No es momento para la viveza criolla. No es momento para el atajo”, enfatizó con crudeza.

En Mar del Plata ya no existe aquella “foto” del coronavirus en su etapa inicial, cuando todos los casos se generaban a partir de gente que llegaba contagiada desde el exterior. “Todos los días hay nuevos casos sospechosos y nuevas muertes, y esas muertes son personas. Y ya no están lejos, está pasando en Mar del Plata. Incluso a marplatenses que no salieron del país”, avisó Montenegro, quien añadió que “te puedo llevar tranquilidad respecto de lo que estamos haciendo en materia de prevención sanitaria y de prepararnos para lo que se viene. Pero no les quiero transmitir tranquilidad sobre la situación”, aclaró. Por último enfatizó que “todas las fuerzas de seguridad están en la calle y seguiré siendo absolutamente inflexible con quienes no la cumplan. Pero no tenemos forma de perseguirlos a todos”, reconoció.

Dos mazazos informativos sacudieron el sábado a los marplatenses. Una ciudad conmocionada hacía “explotar” los sitios informativos interesada en obtener precisiones sobre dichos casos -se registraron ese día 1.111.598 visitas a www.lacapitalmdp.com, una cifra que constituye un récord histórico- generándose desazón, bronca e indignación. Temprano se conocía el fallecimiento de la segunda víctima local por el coronavirus. Un hombre de 51 años que había estado en Egipto y España. Poco después del mediodía, se confirmaba el hallazgo del cuerpo de Claudia Repetto, la mujer asesinada por Ricardo Rodríguez. El hecho de que Rodríguez, prófugo de la justicia durante casi un mes haya sido “detenido” por los hijos de Claudia Repetto, puso en ridículo a las fuerzas judiciales y policiales involucradas en el caso. Desde la Multisectorial de la Mujer se insistió con el reclamo de que en Mar del Plata funcione una fiscalía especializada en la investigación de femicidios. “Tiene que haber una fiscalía que trabaje de forma permanente y conjunta con la Comisaría de la Mujer, con la Dirección de Políticas de Género y con todas las que trabajamos en la temática”. Las acciones de la seguridad de los marplatenses cotizaron más en baja que nunca.

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Con el correr de las horas, en tanto, creció la inquietud en los sectores más desprotegidos de la ciudad, la franja económicamente más vulnerable. Desde entidades intermedias y fuerzas políticas, se intenta contener la demanda especialmente de alimentos. “Se multiplican los pedidos y en muchos casos no alcanza la ayuda. Queda mucho por hacer en este sentido y será fundamental trabajar en conjunto entre municipio, Provincia y Nación. Todas las miradas parecen apuntar al conurbano bonaerense pero acá, a diez minutos del centro tenemos a miles y miles de personas a las que hay que socorrer y atender día a día”, confesó un reconocido referente social de Mar del Plata. “Si la ración diaria va a ser un sándwich con una feta de queso de chancho esto no va a terminar de la mejor manera”, refirió en su diagnóstico.

“Me gustaría ver a más políticos embarrándose en nuestros barrios”, señalaba por su parte otro vecinalista en la lluviosa noche del lunes. En realidad, hay funcionarios, concejales y otros dirigentes políticos participando en tareas de asistencialismo y en silencio. Pero, paralelamente, en tiempos cambiantes en cuanto a euforias, apoyos y rechazos, son varios los analistas que coinciden en señalar que con el correr de las horas crecerá el “rechazo a la política”. “Ya en las redes sociales se multiplican los pedidos para que del Presidente para abajo, todos los políticos se bajen los sueldos y sean parte del esfuerzo que ellos mismos reclaman. Eso va a ir creciendo con el correr de los días, y muchos políticos se harán cargo de esos pedidos. Se trata de un hecho meramente simbólico pero nadie puede dejar de escuchar lo que se habla o se siente fuera del palacio”, ilustraba el reconocido consultor político, quien advertía que hay que ser cautelosos y mencionaba que en el libro Black Earth, Timothy Snyder explica que no hay mejor condición para la formación de regímenes totalitarios que las situaciones de emergencia extrema, donde la supervivencia de todos está en juego. De hecho, recomendaba la lectura de un artículo del italiano Franco Berardi de donde extrajo esa cita.

En la revista de psicoanálisis “En el margen” se publicó un extenso trabajo de Franco “Bifo” Berardi, un filósofo contemporáneo italiano que actualmente trabaja como docente en Bolonia. Bajo el título “Crónica de un virus semiótico (o de la psicodeflación)” se señala que el SIDA creó la condición para un adelgazamiento del contacto físico y para el lanzamiento de plataformas de comunicación sin contacto: Internet fue preparada por la mutación psíquica denominada SIDA. “Ahora podríamos muy bien pasar a una condición de aislamiento permanente de los individuos, y la nueva generación podría internalizar el terror del cuerpo de los otros. ¿Pero qué es el terror? El terror es una condición en la cual lo imaginario domina completamente la imaginación. Lo imaginario es la energía fósil de la mente colectiva, las imágenes que en ella la experiencia ha depositado, la limitación de lo imaginable. La imaginación es la energía renovable y desprejuiciada. No utopía, sino recombinación de los posibles”, se consigna.

Apunta Berardi que “existe una divergencia en el tiempo que viene: podríamos salir de esta situación imaginando una posibilidad que hasta ayer parecía impensable: redistribución del ingreso, reducción del tiempo de trabajo. Igualdad, frugalidad, abandono del paradigma del crecimiento, inversión de energías sociales en investigación, en educación, en salud. No podemos saber cómo saldremos de la pandemia cuyas condiciones fueron creadas por el neoliberalismo, por los recortes a la salud pública, por la hiperexplotación nerviosa. Podríamos salir de ella definitivamente solos, agresivos, competitivos. Pero, por el contrario, podríamos salir de ella con un gran deseo de abrazar: solidaridad social, contacto, igualdad. El virus es la condición de un salto mental que ninguna prédica política habría podido producir. La igualdad ha vuelto al centro de la escena. Imaginémosla como el punto de partida para el tiempo que vendrá”, concluye el artículo que hoy circula entre políticos y empresarios de todo el planeta.

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Mientras, también crece la preocupación de miles de trabajadores por su futuro laboral. Las entidades gremiales reaccionan y advierten sobre la necesidad de tomar recaudos y medidas. En este marco, la CGT local, en concordancia con lo solicitado por la central obrera a nivel nacional, reclama que el Gobierno suspenda los artículos 221y 247 de la Ley de Contrato de Trabajo mientras dure esta situación. En este sentido, el presidente Alberto Fernández insistió el lunes en que los despidos “no se concretaron y no se van a concretar”, al mantener una charla con el cantante Residente por Instagram. A todo esto, son miles los “cuentapropistas” que hoy expresan su preocupación ante lo que les toca vivir. “Soy jardinero, trabajo con mis dos hijos y hace veinte días que no entra un peso en casa. Ya estoy gastando los pocos ahorros y muchos días más no podré aguantar sin volver a salir a la calle a cortar el pasto. Si no lo hago no como”, confió -léase como ejemplo- Domingo Rodríguez en mensaje en programa radial local. No es sólo un problema de grandes empresas o pymes. Esto, económicamente, golpea a todos los sectores, coincide en señalarse.

Del verano al otoño, otro mundo… “Las cosas no pasan porque sí. Habitualmente una relación de causalidad une por debajo de la superficie los efectos con aquello que los provoca. El azar suele ser menos caprichoso de lo que nos parece. Somos responsables de nuestra decisiones y decidimos hasta cuándo nos parece que no. A veces omitimos o postergamos y dejamos para mañana lo que se debió haber hecho hoy. En otras oportunidades miramos para otro lado ante una injusticia o una mala acción que pudimos o debimos evitar. Ahí también, cuando hacemos la vista gorda, estamos decidiendo”. Con la mirada perdida en la ancha costa, un rato antes de la noche que Alberto Fernández anunciara la cuarentena a partir de las cero hora, un empresario ligado a la actividad turística marplatense desgranaba su filosofía existencial frente a un trío de colegas que lo miraban algo desconcertados.

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“¿A qué viene esta perorata melancólica?”, le preguntaron. Para responder, se puso más concreto y lanzó una serie de datos y referencias que trataban de poner en relación el verano (con un día más de vida ese viernes 20 de marzo) con el contrastante panorama que ya se esbozaba del coranavirus y el aislamiento social al que nos llevó. Del verano al otoño cambió el mundo. Mar del Plata pasó de las cifras de Rottemberg mostrando un incremento notable en las salas de teatro a los espectáculos prohibidos. De los restaurantes sin mesas hasta la una de la mañana, a lo gastronomía suspendiendo empleados. De caminar media hora para conseguir un taxi a los reclamos del sindicato para que sus peones reciban asistencia alimentaria. Es decir, Mar del Plata, coronavirus mediante, pasó del día a la noche, del optimismo a la angustia y del entusiasmo al bajón. Se podría decir que con muy pocos días, horas de diferencia, el auspicioso verano fue devorado por las noticias del virus y sus restricciones sanitarias, sociales y económicas.

“Pero esto va a pasar” sostuvo con un dejo de ansiedad uno de los interlocutores del empresario volcado ahora a las aproximaciones filosóficas. “Sí, todo pasa. Pero pasaría sin sentido si no fuéramos capaces de pensar un poco en la razón de las cosas que nos pasan”, dijo. “Todavía no lo sabemos con precisión absoluta por qué pasó, pero la peste globalizada no es obra de la naturaleza”, continuó con los ojos vidriosos. “El hombre tala, viola los equilibrios del ambiente, destruye recursos no renovables, se hacina en grandes ciudades, hace un turismo frenético de intercambios muchas veces snobs o banales; de ahí debe estar viniendo algo de todo esto. Y la verdad es que mientras tanto, cada uno de nosotros sólo atendió su juego”, desgranó sin pretensiones de ser incisivo sino más bien como sacándose algo de adentro que lo incomodaba.


Parecía que terminaba, pero continuó un poco más. “¿Cuánto nos van a costar ahora los cuatro años perdidos de Mar del Plata durante el gobierno de Arroyo? Antes se hacían centros de salud, se construyó el CEMA y se proponían empezar un hospital municipal. Todo interrumpido, abandonado, tiempo perdido. ¿Resultado? Ahora necesitamos más que nunca camas, respiradores, médicos, enfermeras. Pero estuvimos cuatro años retrocediendo. Los responsables del tiempo perdido y sus asesores están en sus casas, haciendo la cuarentena con los ahorros que les dejó el paso por la función pública. Mientras, en toda la ciudad somos miles los que podemos necesitar las camas que no están para responder a este embate”, agregó. Después, los cuatro recordaron tiempos pasados y épicas marplatenses, logros y fulgores y se despidieron prometiéndose resistir con optimismo y solidariamente los nuevos desafíos que ya se estaban insinuando con alguna rudeza en el panorama del país y la ciudad.

Lunes, 10.30 en el COM. El intendente en la cabecera de una larga mesa. Más larga que lo que hubiera sido hace diez días. No porque antes hubiera habido más gente sino por las distancias personales de rigor que hacen que hoy se necesite más espacio que antes. Las tres fuerzas políticas representadas en el Concejo, universidades privadas y la pública, el secretario general de la CGT y algunos sectores sociales más. El intendente les plantea que ante el panorama social necesita del esfuerzo de todos. Todos responden que para eso están. Con más o menos crudeza se describe un panorama que preocupa transversalmente. ¿Cuál fue la novedad? La novedad fue la concordia. Sin voces disonantes ni confrontativas, sin empujones ni zancadillas, la deliberación pasó más por un chequeo de disponibilidad de las voluntades que por resoluciones más concretas. Pero se puede decir que hoy, en Mar del Plata la convivencia no resta. Lo cual no excluye ciertas reservas manifestadas por algunos sectores acerca de cómo preferirían que se encararan algunas cosas. La perspectiva de cada uno plantea visiones diferentes. Pero nadie medra con la situación buscando tajadas políticas. Por el contrario, algunos se muerden los labios pero priorizan la unidad frente a la crisis por sobre las diferencias. “Para decir tenemos, pero no es momento”, dijo un concejal alto al salir del encuentro.

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La cuarentena lleva a miles de marplatenses a realizar en sus hogares tareas que siempre “quedaron para más adelante”. Tareas de limpieza, de pintura, de jardinería, están a la orden del día. “Lo que era cotidiano, habitual, como tomar un café o caminar por la costa hoy se convierte en un ferviente anhelo”, resaltaba una marplatense en un programa radial, el sábado a la mañana. La consigna para los oyentes giraba en torno a lo primero que harían al levantarse el aislamiento. La mayoría respondió que lo que más extrañaba era ver a sus familiares y amigos o a salir a caminar por la costa. En tanto, según una encuesta realizada por el portal Zonaprop, la mayoría de los encuestados (99,4%) está informado acerca de la situación actual del coronavirus a nivel mundial y, a su vez, casi la mitad piensa que va a finalizar pronto.


Con respecto a los cambios de higiene y desinfección en las rutinas diarias, una de las conductas más incorporadas en estos tiempos es el lavado de manos frecuente (24,2%), seguido por una limpieza más profunda del hogar (17,1%), la limpieza de elementos a los que no se les prestaba atención antes (15,6%) e, incluso, la desinfección completa del hogar (15,1%). Otro cambio notable de hábito se relaciona a la limpieza con lavandina y alcohol de prácticamente todo, actividad que lleva a cabo el 14,2% de los encuestados. Por otra parte, un 13,8% respondió que se saca la ropa y los zapatos antes de ingresar a su casa.
En cuanto al aislamiento obligatorio en los hogares, cada uno lo atraviesa de manera diferente. Un 18,4% asegura que mira más películas y series, el 15,5% coincide en que hace cosas para las que nunca tenía tiempo antes y el 13,7% continúa trabajando remotamente desde su casa. Hay quienes plantean que se cocinan más (12,8%), hacen gimnasia (11,5%), leen (10,1%), hacen cursos online (5,2%) y se recrean con juegos de mesa en familia (4,8%). En cambio, las personas más organizadas prefieren realizar un esquema con horarios para cumplir con sus actividades diarias (7,9%).


Al momento de responder acerca de los planes para hacer con los más chicos en cuarentena, el 56,9% confiesa que no armó ninguna actividad especial, el 17,6% cumple con las tareas enviadas por el colegio de manera virtual, el 10,8% organiza juegos para que se entretengan y aprendan y el 5,7% arma para sus hijos una rutina diaria para organizar su día. En relación a las compras para el hogar, el 29,2% manifiesta que adquiere más lavandina y desinfectante que lo que solía adquirir, el 17,9% opta por comprar más alcohol y alcohol en gel, el 15,4% compra más jabones, mientras que el 15,2% compra todos estos productos siempre que puede. Por otro lado, se distingue un 22,3% que no compra más productos de limpieza de los que suele adquirir habitualmente. En cuanto a las compras de alimentos se refiere, el informe revela que más de la mitad de las personas (57,1%) hace la misma compra habitual de siempre, mientras que el 42,9% compra comida demás para tener ante alguna eventualidad.

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A la hora de desarrollar sobre la higiene de estos productos cuando son ingresados al hogar, el 44,9% afirma que realiza una rutina nueva de limpieza luego de adquirirlos, ya que rocía todo con solución de agua y alcohol, el 40,4% los limpia como habitualmente lo hacía y el 14,7% no los limpia. En tiempos de cuarentena, el lugar más utilizado de la casa por los argentinos es el living (31,8). Es seguido por el cuarto propio (18,4%), la cocina (17,8%), el jardín (11,7%), el balcón (10,3%), la terraza (5,1%), el baño (3,5%) y un pequeño porcentaje (1,5%) que opta por el playroom. “El ambiente más usado es sin dudas el living, aunque podemos observar que los espacios al aire libre tales como, balcones, jardines, y terrazas empiezan a tener un rol fundamental en este momento y alcanzan casi un 28%. De hecho, en muchos barrios, podemos ver personas aplaudiendo, cantando, y hasta jugando de balcón a balcón”, afirma al respecto Nicole Conforti, Brand Manager de Zonaprop.

Por otro lado, una de las actividades que más extrañan los encuestados durante la cuarentena es ver a su familia (padres, abuelos, hermanos) en un 34,43%, el 18,9% extraña caminar, el 14,4% juntarse con sus amigos, el 6,7% ir a comer afuera, el 4,2% ir al gimnasio, el 4% los almuerzos de los domingos en familia, el 1,7% ir al cine o al teatro, el 0,6% ir a la cancha y un 15% echa de menos la “libertad”, “tener una vida normal” e, incluso, ir a trabajar. Un dato a destacar es el aumento del uso de la tecnología durante la cuarentena: el 32,8% está más pendiente de las redes sociales, un 22,8% aumentó el uso de videollamadas, el 15,8% utiliza más los servicios de streaming y el 2,7% prende más las consolas de juego. En contraposición, el 25,9% no cree hacer mayor uso de la tecnología ahora que antes de la cuarentena.

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La cuarentena ha potenciado la convivencia de las familias bajo un mismo techo por un periodo de tiempo prolongado, ante la consulta sobre el impacto que puede tener este hecho sobre el núcleo familiar el 52,8% respondió que cree que las familias estarán más unidas, un 30,4% piensa que no se modificará la dinámica familiar y una minoría de 16,8% considera que este aislamiento va a perjudicar los vínculos familiares. La situación actual de pandemia, ha modificado la visión de mundo de muchas personas y supone un cambio de paradigma respecto a cómo se estaba viviendo. Es por ello, que al ser consultados acerca de si este contexto les hizo valorar o replantearse ciertas cuestiones, la mayoría respondió que valora la salud de su familia (43,3%) de su familia, seguido por estar seguro en su propia casa (20%), también, la posibilidad de tener un hogar (14,4%) o un trabajo en relación de dependencia que pueda ejecutarse de manera remota (11,7%) y los vínculos de amistad (2,9%). Asimismo, existe un pequeño porcentaje (7,6%) que no piensa que esta situación haya generado nuevos planteos o valoraciones en su vida. El aislamiento y la incertidumbre producen sentimientos encontrados, sin embargo, el 47,1% de los encuestados afirma que piensa en positivo y cree que esta situación va a terminar rápido. Asimismo, acusan otras emociones lógicas en este contexto, como ansiedad (28,2%), angustia (22,3%), aburrimiento (20,6%), nostalgia (10,9%) y otras (18%) como “esperanza”, “miedo”, “preocupación”, “aceptación” y “un sube y baja emocional”.

La idea comenzó a gestarse en las redes sociales de Mar del Plata y se fue haciendo viral. Se pide colocar en cada domicilio, este 2 de abril, una bandera argentina en honor a los combatientes en Malvinas -se suspendieron todos los actos- y por quienes hoy pelean contra el coronavirus. Así como acción colectiva en tiempos de aislamiento, miles de banderas celeste y blanca serán colgadas el próximo 2 de abril en diferentes viviendas en memoria de los soldados caídos en la guerra de Malvinas y en reconocimiento a los profesionales de la salud que todos los días salen a la calle a combatir la pandemia.

Será un 2 de abril atípico el de este año. No habrá actos, homenajes y ninguna actividad vinculada al 38° aniversario de la Guerra de Malvinas por la extensión del aislamiento social preventivo y obligatorio hasta el 13 de abril. Pero más allá de la cuarentena, y a partir de una iniciativa que surgió de usuarios en las redes sociales, se convoca a reconocer a todos los héroes desde casa con banderas o cualquier otro tipo de distinción y así pintar de celeste y blanco el frente de todas las viviendas de la ciudad y el país. La iniciativa, que crece día a día, será además un nuevo reconocimiento a todos los profesionales de salud “que sacrifican su vida para salvar la nuestra” y para aquellos que cumplen estrictamente la cuarentena.“Embanderemos nuestras casas, no necesitamos salir”, es la consigna de la acción que se puede identificar en Facebook, Twitter e Instagram. Las personas que quieran participar y no tengan una bandera argentina podrán colgar en el frente de sus viviendas trapos, papel o cartón pintados, camisetas o todo lo que pueda surgir desde la creatividad en tiempos de confinamiento, se indicó.

En el proceso de decorado también se insta a narrar y transmitir a los más pequeños la historia de la guerra de Malvinas, “nuestra historia”, en el marco del 38° Día del Veterano y de los Soldados Caídos en Malvinas. “Pongamos la celeste y blanca el 2 de abril, que nuestros frentes sean celeste y blanco y que queden así. Llenamos de banderas para un Mundial de fútbol, ¿no vamos a hacerlo ahora? Pásalo y poné tu bandera”, precisa un resumen que por estas horas se viraliza en redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea. Por otra parte, el intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, y el Centro de ex Soldados Combatientes en Malvinas invitaron a la comunidad a entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino “a los que dieron su vida por la Patria”, el 2 de abril a las 21.05, a continuación del aplauso hacia nuestros médicos, enfermeras y auxiliares de salud.



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