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La Ciudad 1 de agosto de 2019

Arroyo, un prencandidato al límite de la delgada línea entre la gestión y la campaña

El jefe comunal se mueve al borde de lo que el Código Nacional Electoral y la Ley de Transparencia y Equidad permiten a los funcionarios en campaña.

Claramente no es la primera vez que un intendente de Mar del Plata busca ser reelecto. Carlos Arroyo lleva en el Ejecutivo poco más de tres años y medio, y está hace meses en campaña prácticamente a la par de sus adversarios políticos más fuertes, aunque cuenta con un elemento clave y ocasionalmente flexible para moverse en la contienda electoral: la gestión.

El Código Nacional Electoral y la Ley de Transparencia y Equidad Electoral, junto a una serie de normativas provinciales regulan, entre otros aspectos, lo que se permite y lo que está terminantemente prohibido en tiempos de campaña. El actual intendente se mueve al filo de lo que marcan algunos de los artículos que establecen limitaciones para los funcionarios en campaña.

Durante los 25 días anteriores a una elección nacional está prohibido inaugurar obras o lanzar nuevos programas con la participación de los precandidatos, para que el oficialismo no pueda utilizar esas herramientas del Estado para hacer campaña.

A nivel nacional, Mauricio Macri hizo varios actos en estos días, por los cuales el fiscal federal con competencia electoral Jorge Di Lello le recordó que no puede hacerlo y que puede tener responsabilidad penal.

La ley, sancionada hace años, deja un vacío sobre cómo funciona la veda en las redes sociales. En la provincia de Buenos Aires, para la gobernadora Vidal y los aspirantes a cargos municipales y provinciales en el distrito, lo cual incluye a Mar del Plata, la veda rige desde el sábado 27 de julio, según lo dispuesto en el Código.

En campaña, buscando desatender lo menos posible la gestión, Arroyo viene participando sistemáticamente de actos, inauguraciones y eventos con mayor frecuencia que en los últimos años, mostrándose más cerca del vecino en busca de revertir su imagen política negativa, según múltiples encuestas.

Días atrás, por ejemplo, asistió a la apertura de la Feria del Libro Infantil y Juvenil en el Centro Cultural Estación Terminal Sur del Paseo Aldrey, actividad que lleva siete ediciones y que pocas han contado con la presencia del intendente Arroyo al inaugurarse.

El jefe comunal estuvo recorriendo distintas obras de vialidad encaradas por el municipio, anteriormente estuvo en la apertura de la 25° Feria de las Colectividades; recorrió las obras del Paseo Dávila y también las de la Peatonal San Martín; se mostró recorriendo Tecnópolis Federal y fue al 69° aniversario del Centro de Castilla y León.

A cada una de estas y más actividades, va acompañado ya no más por los funcionarios de mayor jerarquía en su gabinete que solían escoltarlo, sino por los precandidatos a concejales que integran la lista de la Agrupación Atlántica que encabeza el propio Carlos Arroyo.

El secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, hombre de raíz radical, redujo su perfil en ese sentido. El secretario de Salud, Gustavo Blanco, referente del PRO, se muestra más cerca del precandidato de Juntos por el Cambio, Guillermo Montenegro, que de Arroyo. Quien se encargaba de la política de Comunicación de la gestión, Agustín Neme, renunció al cargo para irse -también- con el hombre de María Eugenia Vidal en la ciudad.

El secretario de Cultura, Cristian Rabe, y a su vez el Tecnología, Sergio Andueza, acompañan también al ex juez federal. Lo mismo ocurrió con Hernán Alcolea, encargado del área de Cooperativas, quien dejó su cargo para alinearse al armado de Juntos por el Cambio, entre otros. Algunos, en cambio, se encolumnaron detrás de la adversaria interna de Montenegro, la concejal Vilma Baragiola.

A Carlos Arroyo, en cada actividad de gobierno con tono de campaña, lo siguen fielmente hace semanas quienes aspiran a ser concejales o bien a renovar sus bancas: Hernán Tillous, Patricia Serventich y Marcelo Carrara, entre otros pocos, como la secretaria de Desarrollo Social, Patricia Léniz. La foto del intendente junto al presidente del Concejo Deliberante, cofundador de la Agrupación Atlántica y “amigo” Guillermo Sáenz Saralegui, es historia.

Arroyo, junto a los precandidatos Hernán Tillous, Marcelo Carrera, el jefe de Prensa, Marcelo Marcel y su pareja y subsecretaria de Educación, Susana Rivero

Arroyo, junto a los precandidatos Hernán Tillous y Marcelo Carrera, el jefe de Prensa, Marcelo Marcel y su pareja y subsecretaria de Educación, Susana Rivero

Lo que podría comprenderse como un acto de proselitismo en la gestión por mostrarse principalmente con sus candidatos está al límite de lo permitido por la normativa que rige a la contienda electoral y deja en evidencia una vez más las fracturas locales de la alianza del gobierno de Cambiemos que catapultó a Carlos Arroyo a la intendencia en 2015, con una abismal cantidad de bajas e incluso con funcionarios que sin abandonar la gestión, participan activamente de la campaña de precandidatos de la oposición.

Incongruencias en la difusión

De acuerdo con la ley 26.571 de Transparencia y Equidad Electoral, sancionada y promulgada en diciembre de 2009, “las agrupaciones políticas y sus listas internas no pueden contratar en forma privada, publicidad en emisoras de radiodifusión televisiva o sonora abierta o por suscripción para las elecciones primarias”.

El gobierno de Carlos Arroyo contrató para la gestión a un equipo de comunicación, principalmente abocado a las redes sociales. Parte del contenido, sin embargo, estaría siendo utilizado para la campaña.

Sin embargo, según pudo saber LA CAPITAL, múltiples actividades con más tono de campaña que propias de la gestión, están siendo registradas y difundidas por el personal del área de Prensa de la Municipalidad de General Pueyrredon, algo éticamente cuestionable y al límite de lo que permite la legislación.

Al borde de los alcances de la normativa y aprovechando el vacío legal de la misma para las redes sociales, Arroyo también puso en duda la adecuación al artículo 57 que establece que “los gastos de producción de los mensajes para su difusión en los servicios de comunicación audiovisual de las agrupaciones políticas, serán sufragados con sus propios recursos”.

Allí sí se registraría una infracción por parte del equipo de Carlos Arroyo, puesto que las fotografías tomadas al precandidato de la Agrupación Atlántica para la campaña, como también los mensajes de difusión, en su gran mayoría no habrían sido trabajados por un equipo de comunicación contratado en forma externa del Municipio, sino que -en gran parte- se sostendría con los recursos públicos de la Municipalidad de General Pueyrredon, al igual que la locución de los spots radiales y televisivos de Arroyo, y también la utilización de vehículos oficiales para asistir a actividades una vez más con más tono de campaña que de gestión.

Es más, por disposición del Ejecutivo, las fotografías, los videos y testimonios tomados por el personal de la Oficina municipal de Prensa no serían plenamente para divulgar las participaciones del intendente en actividades, sino que se emplean en parte para generar contenidos para las redes sociales particulares de Carlos Arroyo, luego replicados por quienes integran la lista de concejales.

Asimismo, desde hace semanas el sitio oficial de la Municipalidad de General Pueyrredon exhibe en grandes dimensiones repetidas imágenes del intendente Arroyo junto a sus candidatos y un repaso de la gestión política por sobre la información pública que pueden requerir los vecinos.

Página de inicio del sitio web de la Municipalidad de General Pueyrredon

Finalmente cabe señalar que de acuerdo con lo establecido en el artículo 93 de la misma ley de Transparencia y Equidad Electoral, se establece que “queda prohibido durante los 15 días anteriores a la fecha fijada para la celebración de las PASO, la realización de actos inaugurales de obras públicas, el lanzamiento o promoción de planes, proyectos o programas de alcance colectivo”, por lo que la gestión de Arroyo debería haber dejado de actuar en ese sentido el 27 de julio.

Vencido ese plazo, Arroyo sigue recorriendo obras, anunciando nuevas (como la remodelación de la avenida Juan B. Justo) y mezclando permanentemente a la gestión municipal con su campaña en busca de la reelección.



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