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Arte y Espectáculos 24 de febrero de 2017

Artista marplatense expone en Madrid

Nicolás Robbio es uno de los artistas convocados para participar de la la Feria de Arte Contemporáneo ARCO. Sus obras pueden verse en La Casa Encendida.

El marplatense Nicolás Robbio es uno de los artistas argentinos que participa de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO en Madrid, España. En esta nueva edición, Argentina fue invitada de honor y la exposición de artistas argentinos coincidió con la presencia del presidente Mauricio Macri en ese país.

Robbio nació en Mar del Plata en 1975. Actualmente vive y trabaja en San Pablo, Brasil. Es un artista plástico egresado de la Escuela Superior de Bellas Artes de Buenos Aires. Realizó residencias artísticas en Berlín, Cuba y en el Reino Unido. Participó de numerosas muestras colectivas -como la Bienal de Monterrey y el Instituto Tomie Ohtake- e individuales en la galería Vermelho (Brasil), Pharos Center for Contemporary Art (Chipre) y en el Colegio San Alejandro (Cuba).

Para Robbio el dibujo es una forma de ver el mundo ya que, a través del lápiz y el papel, subyace un mecanismo que se construye de la misma forma que en la naturaleza, en la que todo se relaciona y donde la suma de varios elementos genera otros nuevos. De este modo, la acción de dibujar conecta con el inconsciente y con la forma del gesto más atávico que, a su vez, se relaciona con la comprensión mecánica-sensible y la construcción del trazo subjetivo y de todo aquello que conecta la acción física con la memoria psicomotriz.

Desde el comienzo de su trayectoria el dibujo ha supuesto para Robbio un campo de investigación, de hecho desde hace años realiza un dibujo cada día como una íntima experiencia. Una práctica diaria y cotidiana en el que el mínimo movimiento en constante repetición crea volumen, de forma que la disciplina transforma una simple acción en una proyección constante. Como el artista explica: “El dibujo en teoría tiene este mismo principio, la línea es una sucesión continua de puntos en el espacio, el punto se transforma en línea, la línea en plano, el plano en volumen, y un lápiz en una herramienta de resistencia”.

Las piezas que forman la muestra en La Casa Escondida son Discurso, una cuadrícula a gran escala realizada directamente sobre pared en alusión al orden que simbólicamente ésta representa; Plano expandido (cuestiones al trazar una línea), formada por trescientas diecinueve líneas realizadas en alambre sobre el muro. A modo de rayas sinuosas que simbolizan perfiles de fronteras, en una metafórica redefinición del significado de lo cartográfico que alude a la carga de memoria y a la simbología de esos contornos limítrofes entre unos países y otros. Y esa delimitación geográfica, presente también en la pieza Los paisajes sólo existen en la memoria, es un mapa que no deja de ser un código de lectura a través del lenguaje cartográfico que alude a la construcción del paisaje mental. Y es que en muchos de sus trabajos se percibe algo muy físico que tiene que ver con el uso de determinados materiales y objetos que hacen referencia a la fuerza contenida, sobre todo en Arquitecturas de reyes (Ejercicios de tensión) en el que un sistema de plomos y unas cuerdas continuas evidencian, por medio de su memoria funcional, la fuerza de la gravedad. Aquí, una serie de objetos y algunos elementos naturales – ramas, maderas, huesos- son sostenidos por la presión que la cuerda ejerce sobre la pared. La relación entre los diferentes elementos permite construir un tipo de arquitectura donde los elementos dispuestos y la estructura de cuerda que los sostiene, se vinculan a la forma física y también a la simbólica. Otra de las piezas que encontramos en la muestra es la titulada Conflictos en el campo Y-X, sobre una pintura de pizarra, el artista realiza incisiones a modo de rayas sobre la superficie dejando los surcos y destruyendo la función del encerado. De este modo reconstruye la funcionalidad del objeto. Por último, se sitúa Tonelada, una montaña de arena iluminada por una lámpara que reitera la idea de la contención y de la unión de elementos moleculares para representar otro más grande, concepto al que el artista alude en diferentes obras.