El indicador en esta franja etaria se ubica 14 puntos por encima de lo registrado en la población general, según una investigación de la Universidad FASTA y de la UCA. El estudio advierte sobre un "fenómeno persistente y estructural".
La pobreza por ingresos en Mar del Plata golpea sobre todo a los niños y adolescentes: en el periodo 2017-2024, el indicador se ubica 14 puntos porcentuales por encima de lo registrado en la población general, según un relevamiento del Observatorio de la Ciudad de la Universidad Fasta y de la UCA (Universidad Católica Argentina).
Se trata de un “fenómeno persistente y estructural” a nivel local. “Los niños, niñas y adolescentes (NNyA) registran sistemáticamente tasas de pobreza superiores a las de la población general. La brecha promedio desde 2017 es de 14 puntos porcentuales, lo que significa que, en términos relativos, los NNyA han tenido alrededor de un 40% más de probabilidades de ser pobres que el resto de la población”, indica el estudio.
Los datos recopilados en el periodo 2017-2024 muestran, además, una “estacionalidad clara”: en los primeros semestres la brecha tiende a achicarse; en los segundos, por el contrario, la diferencia se amplía.
“Las diferencias de pobreza entre la población general y los NNyA se observa de manera reiterada a lo largo de los años y confirma que la brecha no es solo un efecto circunstancial, sino un rasgo de la dinámica social y económica de los hogares marplatenses”, sostiene el relevamiento, que fue presentado formalmente este martes en el Auditorio Emilio Botín de la Universidad FASTA.
El informe plantea “dos quiebres claros” que reforzaron esta tendencia. Uno fue en 2020, con la pandemia; el otro, en 2023, a partir de la crisis inflacionaria. En esos momentos, “la desigualdad entre NNyA y la población general se amplió de manera significativa”.
El estudio, a su vez, aborda variables vinculadas a las desigualdades educativas, como la inasistencia, definida como la proporción de NNyA en edad escolar que no asisten a ningún establecimiento educativo, y el rezago, atribuido a aquellas personas con dos años o más de sobreedad respecto del grado esperado.
En Mar del Plata, la inasistencia en edades obligatorias (4-17 años) se ubica en 1,7%, por debajo del promedio nacional (2,6%).
No obstante, la condición socioeconómica ordena un “gradiente claro”: entre los no pobres, la inasistencia es del 1,1%; entre los pobres no indigentes asciende a 2,1%; y entre los indigentes llega a 3,3%. “Es decir, a menor disponibilidad de recursos en el hogar, mayor dificultad para sostener la presencia escolar cotidiana”, señala el estudio.
En lo que respecta al rezago, indicador que condensa “repitencias, interrupciones y retornos tardíos a la escuela”, en el periodo 2021-2024 se muestra una tasa promedio a nivel país del 4,3%.
En Mar del Plata, la cifra es menor (2,2%): “Un nivel bajo en términos absolutos, pero suficiente para encender alertas sobre continuidad y logros educativos de una fracción de niñas, niños y adolescentes”, advierte la investigación.
Al igual que con las inasistencias, este fenómeno tiene un componente socioeconómico. Entre los no pobres, el rezago es 1,3%, asciende a 2,4% en los pobres no indigentes y se duplica hasta 5,7% en los indigentes.
“Dicho de otro modo, donde las restricciones materiales son más severas, se acumulan con mayor probabilidad las demoras en la trayectoria escolar”, asegura el relevamiento.
Y concluye: “Mar del Plata combina trayectorias estables en primaria con un núcleo de riesgo en secundaria, concentrado en hogares indigentes, sin adultos con secundario y con climas educativos bajos. Allí, la sobreedad funciona como señal temprana de trayectorias frágiles que pueden derivar en abandono o cierre tardío e incompleto”.
Los autores del estudio son Eduardo Donza, Ianina Tuñón, Julieta Vera, Santiago Cueto y María Eugenia Florio, bajo la coordinación de Gabriel Coronello Aldao y con la asesoría académica de Agustín Salvia. El informe se basa en datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y de la UCA.