Lucio Garay, un adolescente de 17 años, fue asesinado el 21 de febrero de 2023 en plena Peatonal San Martín, tras ser emboscado por otro joven que lo atacó sin piedad por la espalda con una yuga. Para la fiscal no hay dudas que el autor del crimen fue Uriel Chaves (20), para quien solicitó la máxima pena posible, la de prisión perpetua.

La fiscal Florencia Salas, en su alegato en el Tribunal N° 1, solicitó la pena de prisión perpetua para Chaves por el delito de “homicidio agravad por alevosía”, mientras que el defensor del imputado pidió la absolución, al cuestionar todo el proceso y asegurar que no se trata de sus asistido el que atacó y mató a Garay.

El hecho

El 21 de febrero de 2023 a la madrugada, Garay y su amigo de 16 años tuvieron un encuentro con Chaves y sus acompañantes: un varón y dos mujeres, una especie de contacto físico cerca de la 1 de la mañana del martes en San Martín, entre Córdoba y Santiago del Estero. Luego se generó una pelea, una trompada, entre el acompañante de Garay y Chaves.

Garay y el otro joven se retiraron del sitio hacia Santiago del Estero después de la escaramuza. La misma se puede ver en uno de los videos de alta calidad y definición que registró uno de los aparatos privados del Banco Provincia.

Dicha situación se extendió solamente por unos 30 segundos, y al separarse los implicados, Garay y su amigo fueron hasta Santiago del Estero. Tal vez en ese instante ambos pensaron que el altercado había quedado atrás y poco después volvieron a caminar en dirección a Córdoba por la Peatonal.

Sin embargo, Chaves había decido esconderse detrás de un cantero y cuando pasaron los sorprendió y sin mediar palabra, atacó a Garay con una especie de arma blanca.

En total, la agresión provocó tres marcas concretas conforme el dictamen de la autopsia que casi 24 horas después le realizaron médicos forenses al cadáver de Garay. Un corte en la ceja, una lesión sangrante en una mano -que denota un intento de defensa de parte de la víctima- y una herida mortal en el tórax. Más precisamente, esa misma se ubicó cinco centímetros debajo de la tetilla izquierda, en el sector intercostal del cuerpo: la puñalada fue directo al corazón.

Si bien en un principio se creyó que el asesino había actuado con un cuchillo, el informe pericial determinó que el ataque fue cometido con un elemento de filo irregular y que las lesiones son punzo cortantes y circulares. Es decir, puede haber sido una especie de yuga, punzón o un destornillador, lo cual se desconoce porque a pesar de la detención de Chaves al día siguiente, no se encontró ningún elemento sospechoso en su poder.

La reconstrucción por testigos

Durante el juicio, los testigos no declararon como lo habían hecho en la instrucción, por lo que el caso que se reconstruyó en el debato no terminó siendo el mismo que la fiscal Salas elevó a juicio. Uno de los puntos fundamentales que cambiaron es que Lucio Garay no le pegó ninguna trompada a Uriel Chaves, si no que fue el amigo de él, algo que reconoció el propio testigo.

Si bien esa discusión previa en la heladería no tuvo “nada que ver con el hecho”, sí fue un desencadenante para Uriel, que decidió esconderse y esperarlos.

En el debate aportaron testimonios el amigo de la víctima, las dos adolescentes que iban junto a Chaves, el médico que hizo la autopsia y el policía encargado de analizar las imágenes de las cámaras de seguridad. No habló, ya que no pudo ser ubicado, el amigo de Chaves, quien estaba con él cuando todo sucedió.

Con estos testimonios y el material probatorio, la fiscal Salas destacó que el hecho fue filmado por cámaras de seguridad, del Banco Provincia y de dos comercios de la peatonal. En las imágenes, según consideró, se ve claramente a Chaves escondido y luego realizar el ataque a traición. En ese ataque, al darse vuelta para defenderse, es que la víctima recibe una puñalada en el corazón, con un objeto similar a una yuga.

Si bien el arma homicidio nunca fue hallada, en un allanamiento en la casa de Chaves la policía secuestró una manopla, lo que fue valorado por la fiscal como un indicio de la manipulación de armas. En este sentido, Salas destacó que Chaves tenía cinco condenas de cuando era menor, de los cuales tres se comprobó que se utilizó una yuga.

De esta manera, para Salas hay un indicio del manejo de yugas, como la que habría utilizado para asesinar a Lucio Garay.

En cuanto a la alevosía, figura que le permitió pedir la prisión perpetua, la fiscal Salas la basó en que Lucio nunca llegó a ver a Chaves, quien estaba escondido y pudo realizar su ataque de manera artera. También se basó en el testimonio de las jóvenes que estaban con el imputado, quienes dijeron que fue al encuentro con la víctima y que se había escondido en los canteros de la peatonal para esperarlo.

“Es un ataque premeditado y alevoso por cuanto se esconde, por cuanto está armado, por cuanto no tiene maniobra de defensa la víctima que está desarmada, que no se espera el ataque”, explicó finalmente la fiscal Salas.

Terminadas las audiencias y los alegatos, los jueces del Tribunal N° 1 tendrán hasta el jueves para definir la sentencia que le impondrán a Uriel Chaves.