Dos departamentos y una cochera fueron allanados esta tarde en el marco de la denominada causa “asociación ilícita mixta” que tiene como principal detenido al exjefe de la policía, José Luis Segovia.

Se tratan de propiedades pertenecientes o vinculadas a Mariano López Wortzman, un financista que está acusado de lavado de dinero por la Justicia Federal, y al que ahora se lo relaciona de manera directa con Segovia, con el abogado Lautaro Resúa y con otros imputados de esta organización que, según el fiscal Marcos Pagella, se dedicaba a encubrir ilícitos para desviar investigaciones y a cobrar dinero para permitir la venta ilegal de divisa extranjera.

Personal de Prefectura Naval Argentina (PNA) llevó a cabo los allanamientos en un departamento de un lujoso edificio en Rawson al 2300, en otro de Rivadavia al 2600 y de una cochera/concesionaria de Neuquén al 3000.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso LA CAPITAL, se secuestraron teléfonos, computadoras, documentación y algo de dinero, aunque no en cantidad significativa. En el edificio de la calle Rawson donde vive López Wortzman y lo mandó a construir él mismo, se encontraron algunos bienes suntuosos que demuestran un nivel de vida alto. También en la cochera se hallaron varios vehículos, los que ahora deberán tener justificada su procedencia para no consolidar las presunciones de la Justicia.

La principal hipótesis del fiscal Pagella es que el financista tenía estrecha relación con los miembros de lo que él considera una asociación ilícita, en especial con Resúa, el expolicía Christian Holtkamp, el también financista Jorge Toletti y el propio Segovia. En dicho entramado, que sale a la superficie tras analizarse los teléfonos de los detenidos y las declaraciones de algunos de ellos, se advierten maniobras de manipulación de grandes sumas de dinero y se especula con la posibilidad de estrategias de lavado con los ingresos por corrupción.

López Wortzman aguarda en libertad que se celebre el juicio oral en el Tribunal Federal por su responsabilidad en la “Lavandería”, una banda que tenía el servicio de lavado de ropa blanca en la cárcel de Batán y a través de la cual sus integrantes habrían ingresado droga al penal y lavado el dinero de las ganancias.

La causa principal

Para entender la relevancia de estos nuevos allanamientos en la causa de “Asociación ilícita Mixta” es necesario recordar que en mayo pasado fue detenido el entonces jefe departamental José Luis Segovia, un funcionario policial que tenía una reputación positiva en la sociedad, al punto tal de haber sido aplaudida por sectores políticos y judiciales su designación en el cargo.

Sin embargo, una investigación por el asalto a una pareja de ancianos en el edificio Cabo Corrientes “destapó una gran olla”. No solo ese hecho, sino los otros protagonizados por la “Banda del Millón”, un grupo de delincuentes que perpetró varios asaltos similares -no el de Cabo Corrientes- y se alzó con 1 millón de dólares, varios millones de pesos y otros valores.

En ambas investigaciones apareció la conexión con vendedores informales de dólares, algunos de los cuales tenían datos sobre sus futuras víctimas por haberles ellos mismo gestionado las operaciones de compra de moneda extranjera.

José Luis Segovia.

Pero lo principal fue que se detectó, según la Justicia, una organización de policías y expolicías que cobraban dinero a “arbolitos” para permitirles hacer sus negocios multimillonarios. También surgió que en el robo en Cabo Corrientes, la policía intentó implicar a Mauricio Di Norcia, uno de los miembros de la Banda del Millón, para extorsionarlo.

La compleja causa tiene a más de una decena de imputados, entre ellos un abogado muy conocido en el ámbito penal: Lautaro Resúa. Se trata de un hombre clave en la investigación del fiscal Pagella.

Conexiones

Con el antecedente de López Wortzman como acusado de lavado de dinero, las alarmas se encendieron en Pagella y su equipo de trabajo al analizar los teléfonos secuestrados a Segovia y los demás imputados. Aunque algunos como el propio Segovia habían borrado todo el contenido de su teléfono en el mes de abril -ya se rumoreaba una investigación- se pudieron recuperar muchos mensajes, llamadas y contactos con López Wortzman.

Lo incriminatorio fue que en sus indagatorias todos negaron o minimizaron tener un vínculo con el financista, pero el profundo trabajo investigativo del CATI (Cuerpo de Ayuda Técnica a la Instrucción) de la fiscalía general desmontó ese armado de excusas.

Se supo que Segovia tenía un recordatorio del día del cumpleaños del financista para saludarlo; Resúa hizo innumerables operaciones comerciales con él, fue su defensor en la causa federal y hasta grabó un video para una banda de rock en el quincho del lujoso edificio de la calle Rawson (en el clip también participa López Wortzman); el expolicía Javier González tenía muchos mensajes en donde consultaba sobre compra de dólares; Holtkamp se alza como gran amigo de él a través de testigos y mensajería; Gastón Moraña lo tenía entre sus contactos telefónicos; Jorge Toletti tenía una relación próxima al punto que se llamaban “Toxi” y “Tóxica” el uno al otro.

Para el fiscal Pagella resultó sugestivo el vínculo entre el financista y esta organización, mientras analiza el destino de millones de pesos extraídos de una caja de seguridad y de la cuenta bancaria de Segovia un par de días después de su detención.

Quincho del lujoso edificio donde se grabó un video para una banda de rock.

El punto clave de la acusación s del fiscal Pagella es que se había conformado una organización criminal, que tenía base en la Jefatura Departamental, dirigida por quien era el jefe de la Policía, el comisario mayor José Segovia. Esta asociación ilícita hacía “caja” con diferentes delitos, como el control de los “arbolitos” y la compra venta de moneda extranjera, el armado de causas y exigir dinero a delincuentes para asegurarles la impunidad.

González, Moraña, Holtkamp, los policías Mauricio Ramírez Armani, Jonathan Sonzogni, Nicolás Rivademar (único miembro de la Policía Federal implicado) Iván Medigovich, Sebastián Di Biase y Christian Gari, y el pasado a retiro es Héctor Sosa están imputados, al igual que el abogado Resúa.

Y que para funcionar aceitadamente y sin dejar rastros se necesitaba la pata financiera que pudiera colaborar con el destino seguro de lo recaudado.

Por el momento no existe imputación alguna contra López Wortzman.