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La Ciudad 4 de mayo de 2022

Autonomía municipal: cuáles son los alcances de los proyectos de ley

Los municipios tendrían mayores atribuciones. Podrían crear sus cartas orgánicas y establecer su calendario electoral. También habría cambios administrativos, económicos y financieros.

Dictar su propia carta orgánica, fijar el calendario electoral en forma separada del provincial y nacional, crear impuestos y disponer de una mayor libertad para gestionar recursos son algunas de las atribuciones que tendrían los municipios de prosperar los proyectos de autonomía municipal presentados en la Legislatura provincial.

Una de las iniciativas fue promovida en el Senado y la otra en la Cámara de Diputados. Las dos impulsan una reforma parcial de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, que reconocería a los municipios como “una comunidad natural fundada en la convivencia”, al tiempo que aseguraría “el régimen municipal basado en su autonomía política, administrativa, económica, financiera e institucional”.

En ese marco, los municipios podrían generar sus propias cartas orgánicas y serían “independientes de todo otro poder en el ejercicio de sus atribuciones”.

De acuerdo al proyecto presentado por los senadores radicales, entre ellos el marplatense Ariel Martínez Bordaisco, las cartas orgánicas municipales serían sancionadas por convenciones convocadas por el Ejecutivo local en virtud de una ordenanza sancionada al efecto.

La Convención Municipal estaría integrada por el doble de número de concejales y serían elegidos en una elección por el voto. Las cartas orgánicas deberían asegurar el sistema representativo y republicano; la división de poderes municipales y sus respectivas atribuciones, y el régimen financiero, presupuestario y contable, entre otros ítems.

Los recursos municipales provendrían, por un lado, de los impuestos que se establezcan. Eso sí: la facultad de crearlos debería respetar los principios básicos tributarios y el marco normativo provincial y nacional en la materia.

Por otro lado, los recursos seguirían ingresando por tasas, derechos, patentes, tarifas y contribuciones. Además, el régimen de coparticipación seguiría existiendo. Sería un sistema único, general, automático y redistributivo. “La descentralización de servicios provinciales o nacionales hacia los municipios deberían ir acompañados de los recursos pertinentes”, aclara la iniciativa que tiene giros a las comisiones de Asuntos Constitucionales y Acuerdos y de Reforma Política.

A su vez, los municipios ya no dependerían de la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM) –que es una ley provincial– para realizar sus compras, por lo que según los autores de la propuesta adquirirían mayor dinamismo.

El proyecto de ley presentado en Diputados, firmado entre otros por el radical marplatense Maximiliano Abad, promueve la convocatoria a una convención para reformar la Constitución bonaerense con el objetivo de reconocer la “autonomía plena de los municipios”.

Señala que, en el plano institucional, los municipios podrán establecer órganos de contralor locales, independientes e imparciales. En el político, tendría libertad para fijar su propio calendario electoral. En el aspecto administrativo, tendría “libertad de gestión de los recursos municipales necesarios para el desarrollo progresivo del municipio, proporcionando en su territorio los servicios públicos indispensables –esenciales y no esenciales–”.

En el plano económico, los municipios tendrían “capacidad de gerenciar el gasto público”, al tiempo que en el financiero establece la posibilidad de crear tributos, derechos, permisos y licencias locales.

“El primer mostrador”

“Tenemos que entender que los municipios son la primera organización social de la comunidad. Vivimos en ciudades, localidades o pueblos organizados dentro de un municipio, por lo que son el primer mostrador de la gestión pública”, define Martínez Bordaisco.

“Sin embargo –apunta– ese primer mostrador de la gestión pública no tiene las atribuciones políticas, administrativas, económicas y financieras necesarias para llevar adelante todas las decisiones o políticas de fondo que podría llevar adelante”.

Esto sucede, a su criterio, “porque el poder central prefiere tener municipios dependientes, es decir, que tengan que recurrir siempre a los gobiernos provinciales o nacionales para tomar las decisiones importantes”.

El senador cree que la ecuación cambiaría si los municipios tuvieran “las manos sueltas” y dispusieran “una paleta de atribuciones y de recursos económicos para llevar a cabo las transformaciones” que sus autoridades consideren pertinentes.

“La autonomía municipal –resume– permitiría a los municipios desde tener mayores recursos económicos y financieros hasta establecer un andamiaje administrativo, político e institucional distinto, lo que se vería reflejado en un mejor funcionamiento”.