Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale presentan en Mar del Plata “Canciones inoxidables“, el nuevo material en el que versionan temas clásicos del cancionero popular argentino.

Con este formato en el que se desenvuelven con naturalidad y soltura, estarán esta noche, a las 21.30, en el Teatro Radio City.

“Canto desde las tripas, desde un sentido de complicidad con la gente”, le dijo Baglietto a LA CAPITAL en una charla antes de este reencuentro con el público marplatense, para el que, aseguró, “nos encanta tocar”.

– ¿Por qué se convierten en inoxidables y cómo eligen a esas canciones inoxidables con Lito?

– Son inoxidables porque resisten el paso del tiempo y en un sentido son inolvidables, no tienen fecha de vencimiento. Las elegimos porque tienen que ver con nosotros, con muestra historia, con nuestro gusto, pero sobre todo con las emociones o las sensaciones que nos producen porque nos traen a la memoria, porque son canciones hermosas, con poesías muy potentes y con las que nos sentimos representados.

Muchas son canciones que son parte del inventario de la música popular argentina y están metidas en el corazón y otras un poco más nuevas que nosotros creemos que son los clásicos de los próximos años.

– ¿Cuáles, por ejemplo?

– Arremetimos con “Par mil” de Divididos, me parece que es una canción atemporal. Nos metimos con “Canto versos” o “Junio” que es una canción tremendamente dramática de Jorge Fandermole, que habla del episodio de Kosteki y Santillán.

Por un motivo o por otro son canciones que no van a ser fácilmente olvidadas.

– Hablaste de resistir el paso de tiempo y hay también un resistir con una connotación más política…

– Para poder trascender el tiempo te lo tienen que permitir los demás. Hemos tenido la suerte de que el público nos ha permitido metamorfosearnos, cambiar, hacer una cosa u otra y ha continuado siguiéndonos en mayor o menor escala. Hemos tenido, a lo mejor, una capacidad para resistir las distintas situaciones por las que hemos pasado inventando cosas, con muchos músicos, con pocos músicos, en el Teatro Colón, en festivales, sin dejar de ser lo que uno es, sin dejar de decir lo que uno piensa o lo que tiene necesidad de decir. Y tenemos una forma de decir las cosas que es lo que nos ha permitido llegar acá y con la que la gente se identifica.
No sé si estamos en condiciones de analizar la sensibilidad o las sensaciones, o lo que le pasa por el corazón a una persona cuando uno le ofrece lo que hace.

– Con Lito se complementan ¿Cómo trabajan para que el dúo perdure por tantos años?

– Si hay algo bueno en nuestra relación que ya tiene muchos años es que no competimos y nos complementamos, nos ponemos al servicio de uno que se para entre nosotros dos, que es el dúo que está por encima de nosotros y que a la vez nos completa.

Hay respeto y aire, libertad. Lito dice que creemos en el poliamor, yo no estoy tan seguro, pero eso es parte del respeto y la necesaria oxigenación que tiene que tener una relación para seguir viva, la libertad de no tener que guardarse cosas en el tintero o postergar otras cosas, porque eso termina pasando factura.

– ¿Las canciones que hacés siempre, las sentís de la misma manera o te van provocando sensaciones diferentes?

– No me lo he puesto a pensar mucho. Creo que las canto y siento como el primer día. Canto desde las tripas, desde un sentido de complicidad con la gente a partir de lo que está diciendo y hasta susurrando le pongo intensidad.

Por ejemplo, hace poco nos pusimos trabajar con “Gricel” un tango que siempre me encantó. Tiene muchísimas versiones hermosas, pero nosotros buscamos mucho el clima musical y el encare que le da el cantante, de profundo recogimiento, que creemos que tiene que tener.

Si hemos aportado algo a la música es darle el clima que creemos que lo que se está diciendo merece, con le tango particularmente.

– Hablando de inoxidables, el tango tiene mucho para decir…

– Creo que ha habido, por suerte un aporte que ha hecho la gente que se ha acercado al tango, como la Fernández Fierro, Ardit, gente que con distintos estilos y recursos lo ha oxigenado, pero los grandes poetas Expósito, Manzi, son inoxidables de verdad, indiscutidos.