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Arte y Espectáculos 20 de febrero de 2016

Bersuit Vergarabat explora un cambio de paradigma en “La nube rosa”

Ratifica desde lo discursivo la postura crítica con la que el sexteto se popularizó en la década del 90.

Foto: Bersuit Vergarabat.

por Florencia Fazio

Bersuit Vergarabat sacó a la luz su nuevo álbum de estudio, “La Nube Rosa”, que -según definió Alberto “Tito” Verenzuela, uno de sus guitarristas y cantantes- “afirma un cambio de paradigma” de la banda y ratifica desde lo discursivo la postura crítica con la que el sexteto se popularizó en la década del 90.
Junto a la celebración de sus 28 años de trayectoria en la música, el sexteto apuesta en este trabajo a explorar “lo nuestro desde varios flancos y aspectos de la vida”, añadió Verenzuela, y adelantó que prepara su presentación oficial, por primera vez en un teatro, para mediados de mayo.
En una carpa montada al borde de una pileta, con el paisaje de las sierras cordobesas envolviendo el parque de la Posada del Sol, el sexteto se tomó un descanso entre recitales en el último Cosquín Rock, para compartir un asado entre amigos y hablar con Télam acerca de su nueva puesta musical: las trece canciones que, casualmente, conforman su decimotercer álbum de estudio.
Es que los músicos venían surfeando en la vorágine de presentaciones: llegaban de San Salvador de Jujuy, donde habían formado parte del carnaval de Los Tekis el pasado sábado 6; algunas horas más tarde, el mismo día de la entrevista les tocaba subir, después de doce años de ausencia, al escenario central del Cosquín Rock; y al otro día partían hacia Salta, al encuentro de más de 30 mil personas, en el marco del Personal Fest.
Entre medio, el lanzamiento de “La nube rosa” y una buena oportunidad para bajar algunos decibeles y descontracturar tanto recorrido, reunió de blanco a Daniel Suárez y Germán “Condor” Sbarbati (voces y coros), Verenzuela, Juan Subirá (teclado, acordeón y coros), Carlos Martín (batería, percusión y coros) y Pepe Céspedes (bajos, guitarra y coros), en Santa María de Punilla.
Ese lunes 8 de febrero, Bersuit se presentaba en el encuentro de rock más federal de Argentina, con expectativas pero no muchas porque -opinaba Verenzuela- “cuando menos hay, mayor es la sorpresa”.
En su regreso al escenario del festival, los músicos no interpretaron ninguna canción del álbum nuevo; en cambio, repasaron algunos de aquellos temas que los hicieron conocidos.
“Cómo las cosas cíclicas vuelven a tomar significado. Nos pasó con las canciones con las que la gente se sacaba los pelos en los 90”, exclamó Suárez, horas antes de que se revalide entre la multitud cada una de las letras elegidas para volver a actuar en Cosquín Rock.
“Lo veo como un retroceso a épocas que personalmente sentía que ya se habían superado. Lo relaciono directamente con la década del menemato donde el neoliberalismo pudo plasmar una forma de ver el país y el mundo, con las privatizaciones y una serie de cosas que empezaron a dejar gente fuera del sistema. Lo que se está viendo en estos meses de gobierno es más o menos lo mismo: despidos por todos lados, al principio en las instituciones del Estado, después en el sector privado y por último, en todo el sistema porque cuando dejás a la gente afuera se genera una sequía general. Creo que se van a venir tiempos difíciles para todos”, consideró Sbarbati.
El nuevo disco es, como los anteriores de la banda, un trabajo armado colectivamente entre todos y según Suárez “muy equilibrado”.
“Cada una de las cosas te muestra un lugar oscuro y un lugar claro, eso de tener un germen de luz metido en la oscuridad y uno de oscuridad metido en la luz, genera un equilibrio en las canciones”, destacó el cantante.
La estética de “La nube rosa” se recuesta sobre ese equilibrio: entre las trece canciones figura “Corazonada” u “Obstinato”, donde la letra gira en torno de otro oasis donde refugiarse, o “El Taparrollos” y “No vengan”, en las que los músicos se identifican firmemente con una postura.
“Este álbum nos encuentra, de alguna manera, maduros pero también con la cabeza más clara, más abierta y con la lluvia de música que fluye siempre y que termina grabando un disco. La experiencia sirve”, agregó Suárez, sobre el nuevo trabajo de estudio.
“Cumplimos 28 años de carrera así que estamos en un momento maravilloso y lo mejor es poder subsistir. Para una mujer esta es la mejor edad, así que estamos en nuestro momento más femenino”, expresó Sbarbati, con humor -uno de los elementos más recurrentes en la conversación-.
“Es el momento de sembrar flores y luminosidad sea desde la alegría, sea desde la historia cotidiana, sea desde el encierro, o desde el vacío existencial. Estamos construyendo de una manera integral flores de existencia, vida y este, es un disco de mucha vida. Es un disco honesto en el que podemos explorar y plasmar lo nuestro desde varios flancos y aspectos de la vida. Este disco afirma un cambio de paradigma”, manifestó Verenzuela, sin vacilar.
– Después de tantos años de ruta compartida, ¿cómo funciona la dinámica compositiva del grupo?
– Verenzuela: Es muy ecléctico y muy dinámico. Hay mucha naturalidad, puede pasar que uno ponga la música y otro la letra. Somos dos, o tres o cuatro o somos todos. “Aquí estamos” (canción de “La nube rosa”) es una canción colectiva. De todos modos siempre gana lo colectivo y siempre está abierta la posibilidad, desde cada uno, de poder aportarle brillo a la canción para que se exprese y exija.
– La imagen de “La nube rosa” llama la atención. ¿De dónde surge?
– Subirá: Fue un momento muy particular. El daño interior de muchos años de viaje trajo eso (risas). Nunca en mi vida saqué una foto, pero en ese momento me había comprado un Ipad y estaba muy expectante en el ventanal de arriba de un micro. Estábamos yendo para Villa Pehuenia y se presentó esta imagen. Le pude hacer unas diez fotos seguidas y cuando las vimos conectó directamente con el concepto del que habla la nube rosa.
– ¿Cuál es el concepto que querían resaltar?
– Martín: Tiene que ver con un estado. Con una situación de conexión. Lo relacionamos con el estado en el que está el observador. En las diez fotos de Juan se vio el proceso de cómo se fue delineando ese rostro hasta que apareció la foto de la portada. Era insuperable como imagen y nos pareció que había que compartirla con el resto del mundo.

Télam.