Hay crímenes que son cometidos por personas que están fuera de sí, que no son conscientes, que dicen escuchar voces o escapar del diablo; que consumen drogas en exceso; que no recuerdan, no comprenden, que no saben lo que hacen, que no pueden ser responsables de lo que hacen. Hay crímenes, horribles, que escapan de toda lógica homicida y la única explicación posible es la de un brote psicótico, un caso más relacionado con la salud mental que con un hecho policial, como tal parece ser lo sucedido en la “Masacre de Villa Crespo”.

María Laura Leguizamón asesinó el miércoles pasado a la madrugada a su marido y a sus hijos en un departamento del barrio porteño de Villa Crespo. La principal hipótesis de los investigadores es que pudo haber tenido un brote psicótico en el que mató a su familia y luego se suicidó. El psiquiatra que la atendía podría llegar a tener cierta responsabilidad en el caso si se comprueba que la acusada no recibía el tratamiento correspondiente.

La mujer y su familia habían estado en Mar del Plata en febrero de este año. En el Instagram de Leguizamón, el 27 de ese mes se pudo leer: “366 días al año con los chicos, 50 años y entera. Con sueño hace 15 años, pero acá estoy, firme junto al pueblo. Siempre les digo a mis hijos ‘que bueno que nací en Lanús y no me ahogo en un vaso de agua’“.

Un brote psicótico es una aparición aguda de síntomas como alucinaciones, delirios y conductas desorganizadas que pueden darse en el contexto de diferentes trastornos psiquiátricos como esquizofrenia o trastorno bipolar (entre muchos otros). Este tipo de sintomatología produce una alteración del juicio (llamado “juicio desviado”) que es lo que determina la inimputabilidad o imputabilidad de un delito

Dentro de las posibles causas del brote psicótico, se encuentran el curso propio de la enfermedad, estresores o eventos vitales negativos, y el consumo de sustancias de manera abusiva. Los profesionales consultados concuerdan en que no es usual que se manifiesta un brote psicótico en alguien sin ninguna antecedente personal o familiar de enfermedades psiquiátricas.

En Mar del Plata, en los últimos años, personas que padecían brotes psicóticos han protagonizado crímenes escalofriantes, como el caso de un hombre que asesinó a su hija porque “el diablo” se lo ordenó; un joven que mató a su pequeña hermana y su madre o el cao de un hombre que mató a su padre a martillazos y luego se suicidó.

Del brote psicótico a la inimputabilidad

Aguirre asegura que el demonio le dijo que matara a su hija.

Una persona que cometió un crimen durante un brote psicótico y que no comprende la criminalidad de sus actos puede ser considerada inimputable para la Justicia Penal.

Según lo estipulado por el artículo 34 del Código Penal, los inimputables deben ser recluidos en un establecimiento adecuado para su tratamiento, que se extenderá hasta tanto el dictamen pericial compruebe que ha desaparecido el peligro de que la persona se inflija un daño a sí mismo a terceros.

Esta medida de seguridad, según las últimas resoluciones judiciales, un juez penal no puede ordenar un plazo que exceda al máximo del delito que se lo acusa de haber cometido a la persona inimputable.

Una vez que se ordena la medida de seguridad en un establecimiento psiquiátrico, se realiza una audiencia cada seis meses para realizar un seguimiento del tratamiento, en la que se define si es posible o no el alta, o si se le puede dar una prueba de 90 días de algún tipo de morigeración a la medida, como salidas transitorias.

Si en esas audiencias –o cualquier momento- los profesionales consideran que el paciente del trastorno psiquiátrico se encuentra en condiciones, recupera la libertad y no debe afrontar ningún proceso penal, ya que al momento de cometer ese delito es que había considerado inimputable.

En el caso que la persona no haya logrado superar su trastorno psiquiátrico y se llegó al tiempo máximo de la medida de seguridad, el juez penal ya no puede ordenar extender la internación y la situación del paciente –que sigue siendo peligroso para sí mismo o terceros- pasa a un Juzgado de Familia, desde donde pueden volver a ordenar la medida de seguridad.

De esta manera, la inimputabilidad de la persona no depende solo de una estipulación jurídica, sino de una evaluación interdisciplinaria.

Foco en la salud mental

El Municipio, a través de la Secretaría de Salud, incorporó en mayo de 2023 la línea 109 de atención en Salud Mental, que funciona de forma gratuita, las 24 horas, los 365 días del año.

Con el objetivo de escuchar, contener, acompañar y orientar a personas que necesiten resolver en forma rápida alguna problemática vinculada a la salud mental, en 2024 la línea 109 recibió 2500 llamados, es decir unos 7 por día.

Desde el área de Salud señalaron que “la primera acción que realiza el profesional que atiende el llamado, es la escucha activa del paciente, de un familiar o de un tercero y evalúa la presencia de algún indicador de riesgo” y agregó “de ser necesario se activa el protocolo de emergencia a través del SAME que se dirige al domicilio del paciente”.

De los llamados que recibió el 109 en 2024, el 60 % fueron mujeres, principalmente de un rango etario que oscila entre los 20 y los 55 años. Con respecto a los motivos de los llamados, los más frecuentes fueron por sentimientos de angustia, síntomas de ansiedad, trastornos del estado del ánimo e ideación suicida, descompensaciones psicóticas y alteraciones por consumo de sustancias psicoactivas.

Cuando los brotes psicóticos terminan en crímenes horrendos

Desde octubre de 2016 que Ricardo Aguirre es uno de los pacientes del neuropsiquiátrico del servicio Penitenciario bonaerense de Melchor Romero, luego de que en un brote psicótico asesinara a su hija de cinco años frente a la casa de un improvisado templo evangelista del barrio Belgrano.

“¡Me sigue un bicho y me quiere llevar! ¿No ves que me sigue el bicho?”, gritaba alterado Aguirre, tras matar a su hija Lucía de un balazo en el pecho.

Para los peritos psiquiátricos y la Justicia Aguirre sufre trastorno psiquiátricos, inimputable al no entender la criminalidad de sus actos, se encuentra alojado en el pabellón psiquiátrico de la Unidad Penal 34 de Melchor Romero y durante los últimos años, en cada audiencia el juez de ejecución penal Ricardo Perdichizzi llega a la misma conclusión: es un peligro para sí mismo y para terceros y debe seguir bajo tratamiento.

Matías Paz (26), autor del doble crimen de su madre y hermana.

Matías Paz asesinó a su madre y luego degolló a su pequeña hermana en mayo de 2021 en su casa de Villa Lourdes. En octubre de 2024 el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 lo absolvió por considerarlo inimputable y dispuso que permanezca encerrado en una unidad penal psiquiátrica por un plazo máximo de 40 años, en el que su cuadro será analizado constantemente para establecer en qué condiciones se encuentra.

Para los peritos, Yacobino y Guilano, cuando Paz mató a su madre y a su hermana actuó en un “estado psicótico agudo, por lo cual al momento no tiene capacidad para estar sometido a proceso judicial”.

Paz estaba convencido que había una conspiración política que quería matarlo. Así se lo había manifestado a su hermano y a su madre, pero nadie le creyó.

El 26 de mayo de 2021 a la mañana, en el interior de una casa de Villa Lourdes, Matías Paz, armado con un cuchillo tipo filetero atacó a su madre, Laura Sánchez mientras estaba acostada en la cama de su cuarto. A la mujer la apuñaló 24 veces y la asesinó con una brutalidad inusitada.

Luego fue hasta el comedor, donde Zoe dormía en una cama y la degolló: en total la nena de 9 años recibió 19 puñaladas, la herida más importante en el cuello.

Horas más tardes, ensangrentado, Paz fue hasta el centro y se entregó en la comisaría primera, a la que ingresó a los gritos, para denunciar que “alguien” había matado a su madre y hermana.

Todo parece indicar que Juan Ignacio Schuttenberg (37) mató a martillazos a su padre, Juan Mauricio (71), en una especie de brote psicótico provocado por sus problemas de adicciones de drogas, sin embargo no se podrá saber a ciencia cierta, ya que el asesino se suicidó momentos después.

El 14 de julio de 2021, Schuttenberg discutió con su padre y, sin controlarse, lo atacó salvajemente con un martillo, lo golpeó en la cabeza hasta dejarlo inconsciente y se fue de la casa de Andrade al 1900. Juan Ignacio subió al Volkswagen Gol y se fue a toda velocidad con un objetivo: quitarse la vida. Llegó a la costa y tomó por el Acceso Norte en dirección al Parque Camet y, al ver a una Ford Ranger la chocó de lleno.

El golpe fue tal, que los hierros retorcidos del Gol impedían la extracción del conductor. Policías y bomberos intentaron rescatarlo y escucharon lo que nadie sabe. “Maté a mi viejo, me quise suicidar”, fueron las palabras que balbuceó un malherido Schuttenberg.

Sayan Uriel Tapia y su madre Corina.

En febrero de este año, el Tribunal Oral Nº 4 absolvió a Sayan Uriel Tapia, el joven que mató a su madre y a su abuelo, tras considerar que padece un severo trastorno psiquiátrico y ordenó que permaneciera  alojado en el área psiquiátrica de la Unidad Penal de Melchor Romero..

Para los jueces Tapia se hallaba bajo un brote psicótico cuando asesinó a Corina y a José Tapia, en septiembre de 2022, por lo que resultó inimputable.

Tapia se encuentra detenido e internado en el área psiquiátrica de la Unidad Penal Nª 34 de Melchor Romero desde que asesinó a su madre y a su abuelo en medio de un brote psicótico el 14 de septiembre de 2022 en una casa de Matheu al 4600.

Leonel Gómez (18) asesinó el 17 de enero de este año a su madre Cecilia Cárdenas (38) de un disparo en la cabeza en una casa en Magallanes al 9955 y se encuentra detenido desde entonces.

Si bien, una de las principales sospechas es que el joven pudo haber actuado durante un brote psicótico, todavía no hay pericias psiquiátricas concluyentes y afronta el proceso penal en su contra, imputado por “homicidio agravado”.

El fiscal Carlos Russo explicó a LA CAPITAL que han intensificado las pericias y las evaluaciones para definir si es o no inimputable por el crimen de su madre, lo que también podría definirse al momento del juicio.