“Brujas” en la intimidad: ritos, cábalas y camaradería de una obra histórica
La obra "Brujas" cumplió este verano 34 años de funciones y a fin de mes baja el telón definitivamente. Antes de salir a escena, seis actrices comparten el backstage, tejen complicidades y se meten en sus respectivos personajes. Son Moria Casán, Graciela Dufau, Nora Cárpena, María Leal, Luisa Kuliok e Irma Ferrazzi.
“Brujas” sigue haciendo historia. Desde su estreno, el 3 de enero de 1991, hasta la temporada 2025 en el Atlas -el mismo teatro en el que nació el éxito y con tres de sus protagonistas originales-, la obra es uno de los espectáculos más convocantes de cada verano.
Hace 34 años fue una idea pionera, disruptiva, presentó un elenco exclusivamente de mujeres, que abordaban temas como la religión, el sexo, el lesbianismo, la amistad.
A pocas semanas de la despedida definitiva de esta obra que marcó a varias generaciones de espectadores, LA CAPITAL accedió a la intimidad de los camarines de las actrices Moria Casán, Nora Cárpena, Graciela Dufau, María Leal y Luisa Kuliok, antes de salir a escena.
Podés ver el material audiovisual de “Brujas” realizado por LA CAPITAL acá:
Las artistas hablan de los ritos, las cábalas, la camaradería, el apoyo de Irma Ferrazzi, la “sexta bruja” -la actriz que se sabe todos los roles y está siempre lista para salir a reemplazar a la que tenga algún contratiempo-, como nunca antes lo habían mostrado. Y también comparten los sentimientos encontrados que genera el fin de esta etapa. Moria con sus duendes, sus perfumes y su música, Nora y Graciela con sus fotos, María con sus afectos “aquí, en el corazón” y Luisa con pequeños objetos que tienen algún significado particular, cada una generó en su camarín del Atlas un espacio de transición antes de la escena. Es allí donde se despojan de su día a día y comienzan a meterse en su personaje.
“Acá no soy Luisa, soy Helena”, define con claridad la actriz que, desde febrero de 2024, interpreta a la anfitriona de esta reunión tan particular de amigas que cuenta “Brujas”. Helena recibe a Luisa (Moria Casán), Dolores (María Leal), Inés (Nora Cárpena) y Ana (Graciela Dufau). Las cinco compañeras de orfanato, comparten una historia de abandono, de rígida educación católica, amores, desamores, lesbianismo, trabajo sexual y amistad, no exenta de secretos.
María Leal: “Galo me pone el pintapinta en los labios, Moria pone una canción y pasa por el corredor, yo le digo ‘diosa'”
Con un sahumerio encendido
A pocos metros del mar, el subsuelo del Atlas, en Luro y Corrientes, es un refugio para las seis actrices. Allí abajo están acompañadas solo por Galo, su asistente, quién las peina y maquilla, Silvia su vestidora y Fernando Bayer, el productor ejecutivo.
Moria, quién llega cada noche junto a Graciela -se hospedan en el mismo hotel- tiene su propio rito de ingreso al teatro. Cuando baja, las demás actrices ya están en sus camarines.
“La One” pone música y comienza a recorrer el largo y laberíntico pasillo y todos los camarines con un sahumerio encendido, siempre arriba de sus tacos. “Julio César fumiga”, es la primera cábala del equipo.
Moria Casán: “‘Brujas’ es un evento sensorial, no tiene nada que ver con una obra de teatro tradicional”
Otro de los ritos antes de salir a escena, con cada una de ellas de pié en la puerta de sus camarines, es la evocación de todas las personas que tienen o tuvieron que ver con “Brujas”. Moria los recuerda: el momento termina con un brindis con cognac.
“‘Vamos las pussy’, decimos, y salimos en orden, últimas Moria y yo. Entonces viene Galo, me pone el pintapinta en los labios, Moria pone una canción y pasa por el corredor, yo le digo ‘diosa’ y le pego en el culete y después lo toco también a Galo y a Fernando, y Fernando me apoya y salimos para el escenario”, relata María. Y asevera: “Es el quinto año que estoy yo y que hacemos religiosamente todas las cábalas”.
Ya en el escenario, con Irma en un costado atenta a todo, se dan los últimos retoques, comienzan a percibir al público, respiran, se concentran, se chocan las palmas y, todas juntas, cada una desde su posición, salen a escena.
Cada noche la misma emoción. Algunos días, los ritos se duplican porque dada la repercusión de la propuesta, realizan doble función. También por eso es una de las dos obras que Carlos Rottemberg seleccionó para continuar hasta fines de marzo… y quizás, también, para demorar la despedida definitiva de este verdadero fenómeno teatral.
Nora Cárpena: “Por supuesto siempre tengo algo sagrado, una cruz”
Emoción por la despedida
“Prefiero no pensar en la despedida, no me hace bien”, dice Nora a LA CAPITAL. Y sigue: “Me pone muy triste, porque tiene mucho que ver con mi historia, con mi vida, además es un proyecto de Carlos, pero con Bredeston -su esposo fallecido-. Entonces, para mí terminar ‘Brujas’ es muy duro, mucho más duro seguramente que para cualquiera de las otras compañeras, porque vivo el proyecto desde que eran conversaciones simplemente”, confiesa emocionada en la intimidad.
“‘Brujas’ es un evento sensorial, no tiene nada que ver con una obra de teatro tradicional. Y tiene muchísima vibra, una vibra muy buena. Es muy interesante porque hay una identificación, una especie de hipnosis colectiva con el público y con las actrices, nos quieren”, reflexiona Moria, entre sus duendes y gatitos y después de haber hecho el ritual “Julio César Fumiga”, por los pasillos.
“‘Boluda, mirá, estamos con nuestros nietos’ me dijo Moria, el 24 de diciembre, cuando llegué a Mar del Plata. Nos encontramos en el hotel, yo con mis nietas, ella con Sofía y sus hijos, Dante y Elenita. Pensar que cuando empezamos, mi hija Dolores cuidada a Sofía, que era chiquita. Por eso el final me provoca sentimientos encontrados. Por un lado nos está yendo tan bien que realmente no lo podemos creer, estamos primeras en recaudación y espectadores al mismo tiempo, pero bueno, tenemos que despedirnos, pero son 34 años. Hemos vivido mucho juntas, mucho”, rememora Graciela Dufau.
Luisa Kuliok: “Acá no soy Luisa, soy Helena”
“Soy una persona agradecida y le agradezco muchísimo al público. Es lo más importante, el público, a quien le debo todo”, cuenta María Leal, con una mano sobre su corazón, luego de contar, con todo detalle, las cábalas y ritos que comparte el exitoso equipo.
“Para mí ‘Brujas’ fue una experiencia completamente diferente. Primero de sorpresa, al tomar un personaje en muy poco tiempo y la alegría y la sorpresa de ser parte, con lo que significa por lo icónica. Además siento estar acompañando un final, una despedida, una historia de tantos años que yo no viví, pero estoy acompañando los sentires. Siento las vibraciones de esta despedida de las actrices, así que para mí es un momento de la vida de mucha conmoción y emoción”, agrega Luisa Kuliok.
Graciela Dufau: “‘Boluda, mirá, estamos con nuestros nietos’ me dijo Moria, el 24 de diciembre, cuando llegué a Mar del Plata”
Los objetos, las memorias
Música electrónica de fondo, duendes en estantes, Moria guarda en su camarín objetos de la suerte y otros con menos carga. “Mi duende está todo sucio, tiene pasaporte porque ha cruzado océanos conmigo desde hace años”, contó sobre uno de sus muñecos.
Entre sus rarezas, revela que tiene una duendóloga que le confecciona sus duendes. “Liliana Chelli me dio una vez un duende que me quitó a una persona de mi casa que me estaba molestando. Yo no la podía sacar y me la sacó el duende”, dice y los define como “seres de protección”.
Además mostró perfumes y gatitos, muchos de ellos comprados en China, destino que visitó el año pasado, como parte de las cosas que la rodean. En materia de fotos, atesora la imagen de la gigantografía de su cuerpo que creó el artista Edgardo Giménez para la apertura del Museo MAR. Aquella muestra se llamó “Espíritu pop”.
Para Nora, nada mejor que la foto de su familia para darle fuerzas antes de que arranque una nueva función. “Mi familia es lo único que a mí me importa, la familia involucra también a los amigos, es todo, sin la familia no podría hacer nada”, dice. Aunque nunca olvida lo espiritual: “Por supuesto siempre tengo algo sagrado, una cruz, que me da seguridad”.
La inminencia de salir al escenario siempre la toma diferente, porque “a medida que va pasando el tiempo la inquietud es distinta, como siempre el público es distinto, obviamente las inquietudes son distintas”. Para Nora “no es lo mismo un día de estreno que después de tantas funciones”.
Obra de gran grupalidad, “Brujas” se caracteriza por ser una historia coral. “En esta obra cada una tiene su momento en el que se luce y después tenemos un montón de momentos en los que todas intervenimos y eso tiene que ver un poco con el espíritu de la obra”, apunta.
También las fotos son parte del universo cercano de Graciela Dufau. “Tengo una foto de mi hijo y mis nietas y otra foto del camarín de Buenos Aires una vez en que vinieron mis nietas”. Y otra histórica: “La del primer año de ‘Brujas’, con (Carlos) Rottemberg, Moria, Nora, Susana Campos, Telma (Biral), (Luis) Agustoni (director de la obra) y yo”. Y atesora su taza para tomar “un tecito”.
Para María Leal, la seguridad proviene de los afectos que viven en su interior. “Básicamente hijos y nietos. También amigos del alma”, destaca.
Luisa Kuliok, en tanto, tiene en su camarín, una variedad de objetos que considera “fundamentales”: un dibujo que le regaló su nieta, un spray áurico de limpieza -regalo de su hija-, una bandera de los moros que le trajo su hijo de Cerdeña, una taza que le hizo especialmente una espectadora brasileña y una flor en porcelana fría que le hizo Renata, la hija de la vestidora del equipo. Además, menciona un ojo turco que le llegó de parte de su hermana y la actriz lleva siempre prendido en la ropa interior. “De mi marido no tengo nada porque me envuelve”, dice entre risas.
Arriba, en la superficie, el público hace cola para entrar al teatro, algunas mujeres posan con el cartel de despedida de esta obra icónica en esa vereda ventosa que mira al mar. Abajo, alejadas del bullicio, en ese mundo que construyeron propio y que tanto las diverte, las seis actrices dejan de ser ellas para meterse en sus personajes. En apenas unos minutos volverán una vez más a la ficción que tanto placer les da y que, a su vez, deja una marca en la historia del teatro nacional.
Irma Ferrazzi interpretó todos los roles de “Brujas”
“Fue como haber sido suplente de un seleccionado argentino de futbol”
“Para mí es como haber sido la suplente de un seleccionado argentino de fútbol y más. Me he encariñado mucho con las actrices“, reflexionó Irma Ferrazzi, la actriz que desde agosto de 1992 realizó 658 reemplazos en total, de todas las actrices y de todos los personajes de la obra.
Su rol es poco frecuente. La intérprete conoce al dedillo los cinco papeles de la obra. Los repasa semanalmente y, también los ensaya y practica en el escenario durante las tardes de función. “No hay una técnica que te enseñe cómo es ser suplente y nada menos que de cinco. Lo hago con mi propia técnica, primero en privado, de repasar semanalmente la obra, en voz alta también, estando atrás del escenario, por si acaso me necesitan cuando se está haciendo la obra. Esos momentos también son de fijación de letra y también pasarla en el escenario cuando no hay nadie, practicando los movimientos con ayuda de Fernando Bayer, que es nuestro productor de compañía y asistente de dirección” enumeró.
“Es como un rito más espiritual que técnico”, definió Ferrazzi en cuanto a su permanente repaso. Y consideró que “yo creo que no hay malos actores. Todos dependemos del entrenamiento. Si la gente comprendiera que la competencia en un cargo nace del entrenamiento y el estudio, todos podrían ser competentes en su trabajo. Hay gente que me ve como un fenómeno, yo no soy un fenómeno, soy el producto de la responsabilidad, del estudio, de la capacitación, del entrenamiento”.
La actriz, que ha desarrollado una amplia carrera teatral en Perú antes de integrar “Brujas”, reconoce la labor de Carlos Rottemberg, no solo para con el éxito de Brujas, sino por toda su labor empresarial. “Lo admiro mucho a Carlos, porque es un hombre que apuesta a la cultura y una persona que apuesta a la cultura es como un Dios, un Dios de la cultura” aseveró.
“No soy fundacional, pero soy de las originales porque soy la única suplente que siempre existió desde 1992″ recordó la actriz, quién confesó que “me enamoro, me encariño con las actrices”, por lo que le resultó “muy dolorosa” la partida de Susana Campos y el retiro de Telma Biral.
“Pero llegaron María Leal, divertida, Luisa Kiliok, hermosísima y muy adorable y están Moria con quién no podés dejar de divertirte, Nora que, aunque no lo crean, fuera del escenario es super divertida y Graciela Dufau también. Nos divertimos muchísimo. La gente no se imagina lo que pasa entre nosotros. Es mi familia teatral de muchos años y yo me siento feliz de poder integrarlo” reflexionó.