“E vero” es el show de humor del cómico Cacho Garay, que subirá a escena en Mar del Plata mañana lunes y luego el 10 y el 24 de febrero en el escenario del Teatro Provincial. Debido al éxito de público, el humorista mendocino agregó más funciones en esta ciudad, donde siempre se reencuentra con una platea fiel.

“La idea es reírnos entre nosotros, con nosotros de las cosas que nos pasan todos los días, historias viejas, con música, en realidad es una charla, es un diálogo entre el público y nosotros”, explicó el humorista sobre la dinámica de su show. “Lo que tengo en claro es que la gente se ríe y disfruta muchísimo, arriba del escenario es como si cargara la nafta Infinia, la de mejor calidad. Y la energía viene del lado del público”, agregó.

Cómo se recordará, desde su Mendoza natal Cacho Garay saltó del anonimato a la fama de la mano de Marcelo Tinelli en la televisión nacional. En el 2000, fue el ganador del “Campeonato Nacional del Chiste”. A partir de ahí, recorrió el país presentando diversos espectáculos donde con su particular humor, sano, familiar, campechano y su personaje, especie de antihéroe regional, logró meterse de lleno en el corazón de la gente, siendo rebautizado como el “Chapulín de las Pampas”.

Es una constante que recorra grandes capitales del espectáculo pero también ciudades más chicas. Y hasta llevó sus chistes a países limítrofes, a Canadá y está por arrancar su primera gira por Estados Unidos: ciudades como Miami, Nueva York y Nueva Jersey lo recibirán en breve, contó a LA CAPITAL.

– ¿Cuánto de la vida cotidiana tienen tus chistes?

– Es un poco, la idea es reírnos de lo que nos pasa. La gente pone un noticiero, compra el diario y está como en un estado de alerta, pero la gente siente que el humor está entre nosotros, está en las redes por ejemplo, en Facebook, el humor vive en nosotros porque hasta el más ácido necesita de un chiste. En mis espectáculos no se habla de política, ni de religión ni nada que pueda tocar cosas sensibles. Hay que tener respeto por lo que piensa la gente.

– ¿Cuál es su manera de trabajar, cómo nace un chiste, trabaja con guionistas?

– No escribo, no hay guionista, vivo los chistes con los ojos del humor. Hago como hace el boxeador, que tiene muchas estrategias pero suena la campana y viene la improvisación… Lo que no hay nunca en mis shows es piloto automático, el día que tenga que poner piloto automático es porque no me puedo subir más a un escenario.