Opinión

Cada vez menos diálogo entre Vidal y Arroyo

por Adrián Freijo

“Primero los ajustes y recién después la asistencia financiera” fue la frase final del Jefe de Gabinete de María Eugenia Vidal cuando en su lugar atendió el pedido de Carlos Fernando Arroyo de los fondos necesarios para cerrar el acuerdo con el sindicato que agrupa a los trabajadores municipales. Pese a los esfuerzos realizados el jefe comunal no había conseguido la audiencia pedida a la gobernadora ni tampoco que esta le atendiera el teléfono. Lo que Federico Salvai le estaba transmitiendo era que el juego de las promesas incumplidas, los amagues de austeridad y el gasto sin control había llegado a su fin.

En el mismo momento se conocía el plan de seguridad que la provincia encara en esta etapa con la incorporación de personal uniformado en 190 esquinas consideradas altamente peligrosas en todo el conurbano, aunque como dijo el jefe de la policía de la provincia, Fabián Perroni, Mar del Plataforma parte de esos “puntos calientes” en los que se va a reforzar los patrullajes nocturnos. La medida implica efectivos de Infantería, Caballería y la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI).

Y aunque desde el municipio se prefirió que fuese Fernando Telpuk, el jefe de la fuerza local y eternamente designado Secretario de Seguridad quien saliese a declarar que “no me gusta que se desconozca la autoridad de los intendentes y de los vecinos de cada lugar. Me parece que hay decisiones en las que tenemos que ser consultados, porque en definitiva el reclamo después, si tenemos problemas de seguridad, lo van a hacer en la puerta del palacio municipal”, tratando de evitar otro exabrupto de Arroyo, como aquella recordada vez en la que tildó a Vidal de “burro”, a todos quedó la sensación de que la distancia que hoy lo separa de la mandataria es definitiva.

Limitado a actividades menores, recorriendo obras de bacheo o hablando ante podadores, el intendente deberá tomar conciencia por estas horas que la estrategia de Cambiemos a nivel nacional y provincial es correrlo ostensiblemente del centro de la escena. El mensaje claro, de cara a los comicios de octubre, es “nosotros no somos este tipo, pero seguiremos haciendo las cosas que la ciudad necesite”.

Y en pocas horas Vidal marcó el nuevo escenario: nada de plata para manejar con la impericia demostrada y medidas de fondo en materia de seguridad que no pasen por las manos de alguien que a 18 meses de asumir ni siquiera tiene Secretario de Seguridad, pese a que el tema sigue apareciendo como la principal preocupación de la gente.

Caminos separados y para nada paralelos…

(*): Libre Expresión

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