CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Arte y Espectáculos 7 de marzo de 2024

Canciones sanadoras y de reseteo espiritual, la propuesta de Guillermo Roude

Presenta dos discos este sábado en el Teatro Colón: “Cambiar la piel” y “Festejar” . Estará la vocalista Avril Llinás y la función será solidaria, para Supertenedores.

Llinás y Roude.

 

 

“La música siempre ha sido el propósito de toda mi vida”, dice. Mira para atrás y Guillermo Roude se reconoce como un caminante afortunado que pudo dejar la locura y la vorágine del mundo de la arquitectura y los negocios para vivir, en cambio, una vida más plena, más sincera.

Con el objetivo de llevar mensajes sanadores y canciones que proponen un reencuentro con uno mismo, editó el disco “Cambiando la piel”, que presentará este sábado a las 21 en el escenario del Teatro Colón. La función será a beneficio de la entidad Supertenedores.

Además, esa cita también será la oportunidad para que muestre otro de sus discos, “Festejar”, que reúne una selección de su obra musical actualizada. Es la cantante Avril Llinás la encargada de interpretar esas composiciones, rodeadas ahora de nuevos aires.

Aunque vive en Orlando, Estados Unidos, desde la década del ´90, Roude pasa los veranos en Mar del Plata. Fue desde esta ciudad que empezó a vincularse con cantantes y músicos para elaborar canciones y discos en otros idiomas. Cantó en ruso, y ahora se vienen duetos con Diego Lemmi Moreno para hacer un disco en italiano, con Natalia Britos con quien tiene previsto cantar en portugués y también está a punto de emerger un disco con sus canciones en inglés.

“En el 2017 tuve la idea de empezar a hacer canciones para los mundiales y fui a Rusia. De ahí salió la idea de hacer música con Anastasia Romanova, que vive en Mar del Plata, hicimos un disco completo de mis canciones en ruso que fuimos a presentar a Moscú y a San Petersburgo. A partir de ahí salió un poco la idea de hacer discos en otros idiomas”, cuenta en una entrevista con LA CAPITAL.

Su primer disco apareció en Mar del Plata en 1985. “Antes hacía un disco cada tres años, ahora hago tres discos por año”, comenta entusiasmado y recuerda que el aumento de la producción musical comenzó en 2008, cuando dejó de enloquecerse por la arquitectura y decidió volcarse exclusivamente a la música.

-¿Qué rol tiene la música hoy, en esta madurez de tu vida?

-La música siempre ha sido el propósito de toda mi vida, yo estaba haciendo muchísimas cosas, pero al final del cuento mi mayor manera de expresarme y de comunicarme con la gente es la música. Ahora han salido un montón de canciones que realmente ayudan, aportan, tienen muy buena vibra y vienen de leer muchos libros, con esta necesidad que uno tiene de controlar las ansiedades, de vivir mejor, de estar en armonía, de cuidarse mucho, de cuidar las relaciones. Muchos estamos en esa dirección y se proyecta hacia mucha gente que anda más o menos en lo mismo. Recibo comentarios de la gente, todo esto que está pasando es maravilloso por la manera que tienen de evaluar. Son canciones sanadoras, que hablan de un reseteo espiritual, de ganas de mejorar, de sentirse bien. Creo que es parte de la edad que tengo, de todo lo que he hecho, de todo lo que he vivido. No me puedo quejar.

-¿A partir de qué cosas llegaste a estas canciones sanadoras? Podemos imaginarte viviendo en Estados Unidos y siendo arquitecto lograste un buen estándar de vida, pero ¿qué fue lo que faltaba?

-La canción Festejar define mucho ese tema, tiene que ver con un cambio de visión, sin dejar de subestimar en absoluto el tema del dinero y la necesidad de autoproveerse. Yo estaba completamente loco, estaba viajando, tenía a mis hijos chiquitos. Tenía cuarenta empleados, tres oficinas. Una estaba en Orlando y dos en Argentina. Me la pasaba quince días por mes viajando al extranjero. Me di cuenta de que me estaba perdiendo, que el dinero no te resuelve los problemas, hacía mucho tiempo que no podía estar con mi familia, no estaba con mis hijos y fue como un crack: ¿de qué se trata todo esto? Todo vinculado con el fallecimiento de mi hermano. Yo entiendo que de esas cosas hay que aprender porque uno cree que es eterno, entonces va impulsado por aquello que parecía era que es el éxito en la vida y bueno, en ese momento llegué completamente a la conclusión de que el éxito en la vida era mucho más saber a quién tenés y no cuánto tenés. Pude ponerle un poco de límite a toda esa locura. Eso de que uno es lo que tiene, uno es la casa que tiene, el auto que tiene, el estándar de vida y no. A uno le entra en la boca un solo churrasco, duerme en una sola cama, maneja un solo auto.

-¿Aprendiste a manejar la locura?

-Sigo enloquecido, pero con esto de la música y haciendo cosas y aprendiendo y tocando y cantando por todos lados. A mucha gente le pasa que está corriendo detrás de tu propia cola, si vos llegaste a un momento en que tenés el dinero para vivir sin trabajar y tenés una pasión, ¿cuál es el sentido de trabajar? En otro canal funciona esta cosa de que cuanto más tenés más valés, pero por ahí te lleva puesta la vida completa. Conozco a mucha gente que es esclava del trabajo, tienen un montón de cosas que les cuesta mantener y eso te lleva puesta la vida. Yo vivo en una en una nube maravillosa, por supuesto responsable. Vivo bastante en control remoto.



Lo más visto hoy