Policiales

Caso Kadgien: una danza de sabuesos de arte alrededor de las obras halladas

Tras nuevos allanamientos se secuestraron más obras de arte a la familia Kadgien, descendientes del financista nazi Frederich Kaidgen. La historia que rodea a cada obra y el trabajo internacional para identificar cada una de ellas. Y una hipótesis sobre un cuadro que parece salida de ficción.

Por Fernando del Rio

El caso explotó como una bomba en el corazón del coqueto barrio de Parque Luro de Mar del Plata. Allí, en una casa para nada suntuosa, vivía una hija de Fredrich Kadgien, un encumbrado funcionario del nazismo, apropiador de obras de artes. Y en el salón principal, fijado a una pared, se lucía un cuadro que en los años de la Segunda Guerra Mundial había sido robado por Kaidgen al coleccionista judío-neerlandés Jacques Goudstikker.

Fue el olfato periodístico de Peter Schouten el que permitió el descubrimiento. Habían intentado sus colegas por varios años el contacto con miembros de la familia Kadgieny por eso viajó a Mar del Plata, para intentar contactar a Patricia, la moradora de la casa de Parque Luro. Ante una nueva negativa, puso su foco en el cartel de venta de la propiedad de calle Cardiel al 4100 y luego todo se precipitó: en el aviso inmobiliario se veía un cuadro, ignorada su importancia para entonces. Fue cuestión de chequear con sus colegas en Países Bajos y confirmar que era Retrato de una dama del maestro italiano Giuseppe Ghislandi.

Además de esa obra, la base de datos del Servicio de Patrimonio Cultural neerlandés sobre objetos robados en la SGM, también atribuye a Kadgienla última tenencia conocida del cuadro Bodegón de flores (Bloemstilleven) de Abraham Mignon. Sin embargo, sobre la localización de este cuadro no se sabe demasiado y ni siquiera, a diferencia del de Ghislandi, ningún inocente fotógrafo lo captó con su lente para ninguna inmobiliaria. Rodea al Bodegón de flores de Mignon un enigma y una impactante coincidencia.

Todo comenzó a fines de siglo XVII, tras la muerte de Mignon, un artista reconocido que había dedicado su vida a pintar “bodegones”, retratos de jarrones, con flores, frutas, insectos, animales pequeños. Según referencias publicadas en distintos sitios on line, el cuadro Bodegón de flores fue tomado de modelo por muchos posteriores estudiantes tras su muerte. Por eso mismo, es que si bien hay muchas obras parecidas en lo conceptual (jarrones, flores, frutas, insectos, fondo oscuro), ninguna se parece con exactitud a la original.

Y aquí asoma el enigma y la coincidencia. Lo primero es porque nada se sabe del cuadro de Mignon, porque, a juzgar por lo hallado en los allanamientos en Mar del Plata, Kadgienno lo conservó. Al menos por el momento. Lo segundo, la gran coincidencia, es que en Buenos Aires hay una obra prácticamente calcada de la de Mignon. Es decir, que el cuadro robado y que se sospechaba que estaría en Argentina, sí tiene una suerte de réplica-tributo-ensayo. Es parte de la colección del Museo de Arte Decorativo y lleva la firma de Rachel Ruysch, una artista neerlandesa que estudió en los círculos de Amsterdam/Utretch. Ruysch tenía 15 años cuando murió Mignon y entonces era una estudiante. Cuando se consagró, aquellas primeras obras, cobraron valor.

Cuadro de Mignon, cuadro de Ruysch

Otra hipótesis sugerida por un historiador marplatense, ya más arriesgada y cinematográfica (¿acaso toda la historia no lo es?), exige una verificación del cuadro de Ruysch para descartar que sea la obra de Mignon modificada y atribuida a ella. ¿Quién habría hecho esto y por qué? Lo podría haber hecho el ladrón del cuadro de Mignon, para deshacerse de él y venderlo como parte de la obra de Ruysch.

Los sabuesos de arte ya trabajan sobre el destino de Bodegón de flores y ahora se abocarán a analizar los cuadros hallados en la casa de la otra hija de Kadgien, Alicia, una bella mujer que en su juventud supo ser modelo y que tiene su residencia en el barrio La Florida de Mar del Plata.

En la tarde del lunes la Policía Federal volvió a allanar la casa de calle Cardiel -el fiscal Carlos Martínez decidió dejar demorados bajo custodia a Patricia y a su esposo-, pero también lo hizo en la vivienda de La Florida y en un departamento céntrico.

En La Florida, envueltos en plásticos con burbujas, había dos cuadros. Llamó la atención que estuvieran así envueltos, rompiendo la naturaleza, el espíritu y la funcionalidad de un cuadro, eso que adquiere o manifiesta solo al ser exhibido. Se trata de dos retratos, uno de ellos fechado en 1838 y otro en 1848. Las conclusiones propuestas por un motor especializado en arte de Inteligencia Artificial indican que los marcos en madera tallada y con pan de oro (dorado) pueden ser los originales y que existen altas chances que correspondan a autores europeos. Esto significa que son cuadros de valor histórico, aun cuando pictóricamente pueda que no lo sean, y con grandes chances de haber sido ingresados a Argentina a mediados de siglo pasado…

Por último, los sabuesos o detectives de arte también se centrarán en las láminas encontradas en la casa de calle Cardiel y en las de La Florida. Precisamente, en esta última requisa, además de los dos retratos, fueron halladas dichas láminas en un bajo mesada, dentro de un sobre, lo que completaría o aumentaría la colección.

La desconocida historia de la familia Kadgienen Mar del Plata no deja de sorprender. Es natural sentirse sorprendido, lo que no confiere ningún otro significado a esta alucinante secuencia de revelaciones. Que funcionarios nazis tuvieran las puertas abiertas por el gobierno de Argentina en los años ‘40 es un hecho histórico indiscutible. Que muchos nazis vivieran su vida disimulada en el país hasta morir, también. Pero, con todo, para los marplatenses toparse con esta historia, con la cercanía misma, es un impacto y asombra hasta al menos informado. Aún cuando los miembros de una descendencia familiar no tengan que responder por la condición de sus ancestros.

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