Una familia acusada de manejar diferentes point de venta de cocaína en el barrio Camet fue detenida el viernes por la tarde durante una serie de allanamientos en los que la policía secuestró droga, elementos para el corte, celulares y otros elementos de interés para la causa.

El principal sospechoso, de 48 años, y sus cuatro hijos, de 18, 21, 25 y 26 años, quedaron detenidos a disposición de la Fiscalía de Estupefacientes, desde donde dispusieron que fueran trasladados a la Unidad Penal 44 de Batán.

La causa es parte de un cambio de lógica en las investigaciones relacionadas a la venta de drogas en la periferia y la violencia que atraviesa estas situaciones. Los fiscales Leandro Favaro y Daniela Ledesma ponen mayor énfasis en los barrios conflictivos, con hechos violentos que tengan alguna relación con el consumo y venta de estupefacientes.

En este caso, la investigación comenzó hace unos tres meses gracias a denuncias anónimas que indicaban que una familia manejaba unos points de venta de droga en el barrio Camet, tres en calle José Ingenieros y Condarco, y el restante en Roldán al 3200.

Luego de realizar distintas tareas de campo, personal de la División de Drogas Ilícitas pudo establecer que un hombre de 48 años, ayudado por sus cuatro hijos, comercializaba cocaína y marihuana, tanto desde su vivienda como en otras tres casas.

Una vez plasmadas las distintas pruebas obtenidas a través de la investigación, se solicitó a través de la fiscalía las correspondientes órdenes de allanamiento para todos los domicilios, medidas aprobadas por la Justicia de Garantías.

Con las órdenes en mano, la policía allanó en simultáneo el viernes a la tarde los domicilios investigados, donde se pudo secuestrar “gran cantidad” de cocaína, tanto fraccionada como en “piedras”, envoltorios de marihuana, balanzas de precisión, dinero en efectivo y teléfonos celulares.

Además, fue detenido el principal sospechoso y sus cuatro hijos, quienes quedaron imputados por violar la ley 23737.

Cabe destacar que los allanamientos se realizaron bajo un estricto protocolo sanitario a cargo del personal de la Policía Ecológica.