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Arte y Espectáculos 31 de agosto de 2020

César “Banana” Pueyrredón: “Estoy muy contento con cómo se ha desarrollado mi carrera artística”

Con más de 50 años pisando los escenarios, el artista se encuentra preparando un nuevo disco y, adaptándose a las reglas del confinamiento, ofrece el show "Está en vivo", por streaming, este sábado 5 de septiembre.

César “Banana” Pueyrredon lleva más de 50 años pisando escenarios, viajando con su música a todas partes.

Por la cuarentena debió suspender una gira por Costa Rica y se aplazaron varias fiestas en las que iba a actuar. En otras se está prestando de forma on-line. Mientras, pasa este tiempo de encierro revisando canciones del nuevo álbum en el que está trabajando, Almaviva, que lanzará “cuando termine toda esta pesadilla”.

Adaptándose a las nuevas reglas por la pandemia, realizó un primer show por streaming el mes pasado y este sábado 5 de septiembre, a las 22.30, realizará otro. “Está en vivo” es el nombre del espectáculo. Aunque extraña los aplausos, valora que todos los espectadores disfrutan la función “como si estuvieran en primera fila”.

“Estoy muy contento con cómo se ha desarrollado mi carrera artística”, reconoció Pueyrredón, quien siempre trabajó de forma independiente y -asegura- “buscamos continuamente cómo aggiornarnos o actualizar la onda de tal canción”.

Antes del espectáculo, el hacedor de éxitos como “Cuando amas a alguien”, “Tarde o temprano”, “Conociéndote”, “No quiero ser más tu amigo”, “Toda una noche contigo”, “Perdóname”, entre tantos otros, habló con LA CAPITAL.

– ¿Cómo se gestó el streaming que vas a realizar el 5 de septiembre?

– El primero que hicimos el 11 de julio salió buenísimo, de convocatoria y de repercusión. El sonido y la imagen fueron espectaculares y ya esa misma noche salió la idea de hacer un segundo streaming. La experiencia resultó muy interesante, es casi como tocar en televisión. Artísticamente no hay ningún cambio. Hay que buscar la manera inteligente de “llenar” los espacios de silencio entre tema y tema y se extrañan los aplausos.

– ¿Compensa la posibilidad de que se diluyan las barreras geográficas?

– No hay barreras geográficas, como decís. Tal vez alguien que está lejos y quiere celebrar algo con su familia y amigos y no le resulta cómodo hacerse cargo del gasto de los traslados y alojamiento tiene el show que se proyecta en una pantalla para toda la gente de la fiesta. Hicimos una fiesta privada donde la gente estaba en su casa cerca de New York. Salió buenísimo. Lo único malo es que yo no tenía el ida y vuelta con el público…

– ¿Cómo se puede dar esa complicidad?

– La complicidad se da un poco en que la gente puede “chatear” con nosotros. Comentar lo que quiera, pedir un saludo, o un tema… No sentí que fuera como uno a uno, eso sí: todos están en primera fila y viendo detalles de gestos en primer plano. Mejor que desde una platea en un teatro.

– ¿Qué representa el piano para vos?

– Es un instrumento, una herramienta, un amigo, un cómplice (“y que mis manos griten lo que siento…”).

– Componer, ¿qué te significa?

– Componer es “poner partes juntas” para que tengan un sentido, con el objeto de provocar algo en el otro. En cierto sentido uno expresa sentimientos, pero los músicos nos empeñamos en buscar excusas para armar un objeto artístico que conmueva. Los autores de canciones desarrollamos esta “forma” de moldear una obra que amalgame palabras, sonidos, acordes y “decirlo” con expresividad y con equilibrio. Es generar y compartir un sentimiento con los demás. Hacer música. Trato de perfeccionarlo un poco más cada vez.

– ¿Sos de los que se cansan de sus hits, o de los que los reivindican?

– Sí. Soy muy fiel a mis canciones exitosas y las reivindico. Me gusta que me pidan esas canciones que por algo han permanecido.

– ¿Qué entendés vos que tienen tus canciones para atravesar épocas?

– Es difícil decir qué componente debe tener una canción para atravesar épocas. Es una mezcla de muchas cosas. Algo que no se mide con la “moda”. En mi caso siempre he buscado hacer canciones no melosas, no cursis. Que sean poéticas, profundas. Creo que en una canción de amor uno transmite además del significado de las palabras, una actitud, una manera de pararse en el universo de lo estético. El fraseo, la “garra”, la onda, el “feeling”. Esto, entre otras cosas, es lo que hace que algo siga vigente.

– ¿Qué recuerdos tenés de Mar del Plata? ¿Tenés ganas de volver a hacer recitales acá?

– He cantado en Mar del Plata desde los 15 años en fiestas en el Golf. A los 16 en algún boliche de Av. Constitución. Los mejores recuerdos en lo personal y en lo artístico propiamente dicho. Inolvidables shows en los veranos del ’89, ’90, ’91, etc. Por supuesto que muero de ganas de volver a hacer recitales ahí. La última vez en un teatro, creo que fue en el Roxy, pero no en temporada. Y he ido muchas veces para fiestas, la última hace un poco más de un año.

– Llevás unos 50 años de carrera. ¿Se hace balance? ¿Qué dice?

– Estoy muy contento con cómo se ha desarrollado mi carrera artística. Un concepto me ha cruzado desde que empecé hasta ahora: “Emoción” es la palabra que ha sido el eje de mi postura, el sentido de mi vínculo con la gente, el premio que se descubre al final del recorrido. El balance es muy bueno. La cadena sigue esperando nuevos eslabones. La función aún no bajó el telón.