La Ciudad

Charo Bogarín, la “Princesa Guayraré”

La formoseña es vocalista y miembro del dúo “Tonolec” fundador de un nuevo género musical que combina folclore con electrónica

Portadora de una voz suave que toma fuerza cuando habla de sus orígenes, Charo Bogarín cuenta su historia inmersa en un destino que se presume escrito. Es la vocalista del dúo “Tonolec” al que ella define como “un grupo de Folclore con raíces nuevas” y representante artística de los orígenes nativos del país.

La banda expone canciones que mezclan dos polos completamente opuestos: la electrónica y el folclore. “La raíz tiene que ver con lo antiguo, con aferrarse a nuestras lenguas y a su vez Tonolec tiene lo moderno en la pata electrónica”, explica la cantante. Charo y Diego lograron mezclar de manera armónica dos mundos, el ancestral y el contemporáneo.

Según ella, la clave del éxito se encuentra en “estar realmente convencidos de lo que se hace, ser leales con nosotros mismos”.

Además de su faceta como artista, Charo Bogarín es dueña de una historia de vida muy interesante. Como si hubiese sido espectadora, más que protagonista define a su infancia como “muy protegida, como un Alicia en el país de las maravillas” y cuenta que cuando tenía tres años, en 1976, su padre desapareció en el marco de la dictadura cívico militar Argentina. “Mi infancia fue una realidad vestida. Doce días después de la desaparición de mi padre fue mi cumpleaños y en una foto podía ver a mi familia alrededor mío con una sonrisa de oreja a oreja que escondía el sufrimiento que todos estaban viviendo. Fue una etapa de mi vida muy linda porque me hicieron vivir de esa manera, pero estuvo plagada de mucho misterio”, recuerda.

Si bien era muy pequeña cuando su padre desapareció, Charo tiene un recuerdo muy claro de él y su familia: “Estábamos todos sentados en la mesa, con mi hermana ya habíamos terminado de comer y nos queríamos levantar. Inmediatamente mi madre nos dijo nadie se levanta de la mesa porque todavía estamos compartiendo en familia, viviendo este momento´. Y de eso se trataba, de respetar los momentos ceremoniales, ese lugar de encuentro que disfrutamos los cuatro juntos antes de que se lleven a mi papá y todavía hoy recuerdo”.

Por otro lado, la música siempre tuvo un lugar muy importante en su vida. Si bien descubrió su pasión por la música luego de recibirse como Comunicadora Social, una vez que ingresó al mundo de lo artístico a los 29 años decidió que a eso se iba a dedicar durante el resto de su vida. “Yo creo que siempre fui como una especie de pájaro, un colibrí. Muy inquieta y a su vez llena de alegría, de canto”, reflexiona Charo.

 



A sus 30 años nació “Tonolec” en una época de coyuntura muy grande en Argentina donde ocurrió un colapso político, económico y social a causa de la hiperinflación. Apenas comenzaron su trayecto, Charo y Diego ganaron un concurso de MTV Latinoamérica con una canción pop en castellano llamada “Alivia”. Charo recuerda entre risas “’Alivia este dolor’, decía el estribillo y yo se la cantaba a un novio que se había ido a México”. El tema dedicado a su ex novio ganó la competencia y partieron desde Chaco hacia Madrid para presentarla.

Fue en ese momento cuando ambos notaron que “no estaban haciendo algo que representara el lugar de donde provenían”. Charo recuerda tener esa reflexión luego de notar que estaban tocando pop electrónico en la cuna de lo electrónico, que es el continente europeo, “no teníamos nada nuevo para mostrar”.

Así fue como en el 2000 Tonolec comenzó a gestarse con el concepto de “volver a las raíces sin dejar de ser modernos”. El primer paso fue interiorizarse en las lenguas ancestrales y así fue como Charo conoció la historia de su tatarabuelo.

Descubrí que tenía una identidad oculta. Me enteré que en la zona del Guayra, donde se ubicaba este subgrupo de los guaraníes, vivía mi tatarabuelo el cacique Guayraré. Su hija, Flor Guayraré, se mezcló con un criollo y ahí comenzó el mestizaje. Yo soy la tercera generación, vendría a ser una Princesita Guayraré”, reconoce a modo de chiste la periodista y cantante. “Creo que a partir de enterarme de esa entidad mía y sobre todo por ser portadora de este color (tez oscura) y estas facciones empecé a entender todo, todos los planetas se alinearon para mí”, recuerda.

Sin tener conocimiento sobre su origen guaraní, Charo había decidido adentrarse en el mundo de lo nativo, las comunidades guaraníes. “La sangre evidentemente tira, sin saber toda mi historia empecé a ubicarme en esos lugares del canto que tienen que ver con las mujeres nativas, con ese canto aguerrido que sale de las entrañas de la tierra”.

Además de dedicarse a una música que le otorga regocijo, tuvo la buena fortuna de que su público disfrute de lo que hace también. “Tuve la satisfacción de ver cómo se propagaba ese lenguaje, ese concepto de unión de razas a través de mi canto y ahí me puse feliz”, reconoce.

Respecto a la situación de los pueblos originarios en la actualidad, sostiene que “nuestra generación viene educada desconociéndolos o mencionándolos de manera peyorativa” y que esta imagen afecta nuestra identidad cultural como argentinos.

Sin embargo, opina que una década atrás la realidad de los pueblos originarios viró hacia un estado de visibilización mayor. “Antes no estaban visibles, no se los incluía en las políticas sociales ni dentro de la cultura y menos aún se enseñaba sobre ellos en los establecimientos educativos”, lamenta.  No obstante festeja que “gracias a la política de los últimos años se los revalorizó y se los muestra vivos desde el lado del orgullo”.

Charo recomienda que los que no pertenecen a estas comunidades y tienen algún tipo de poder “deberían ayudar a visibilizarlos exponiéndolos como un ejemplo de lucha, cultura e identidad” porque en definitiva, estos pueblos originarios que Charo nombra con un cariño efervescente, son nuestro origen como pueblo y uno “tiene que salir en defensa de ellos”.

La cantante realizará el domingo 14 de agosto a partir de las 18 la última “Escucha íntima” en el Espacio de Color Humano, ubicado en el Bosque Peralta Ramos. Allí adelantará temas de su nuevo álbum como solista “La Charo”, algunas de las canciones que interpretará serán “La jardinera” de Violeta Parra, cantos en quechua y lengua qom y realizará un recorrido por el continente latinoamericano.

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