Policiales

Chocó a un taxista y lo deberá indemnizar con una propiedad

Es un hombre con antecedentes penales. Lo chocó y le provocó lesiones graves y permanentes. En el acuerdo judicial se incluyó otra causa por lesiones culposas y dos violentos asaltos. Recibió además 4 años de prisión.

Darío Castillo chocó el 31 de agosto de 2015 con un auto que no estaba a su nombre. Semanas después, volvió a hacerlo con otro vehículo fuera de regla contra un taxímetro y le causó serias lesiones al chofer. Dos años después le dio un tiro en una pierna a una persona que fue a reclamarle por una operación inmobiliaria y una semana después asaltó a un hombre al que debía devolverle las llaves de unos vehículos.

En los últimos días Castillo, conocido en el ámbito policial y judicial por sus antecedentes penales -incluida una causa por homicidio-, fue condenado a la pena de 4 años de prisión y 18 de inhabilitación para conducir automóviles, aunque lo más inaudito fue que deberá pagar una importante suma de dinero y entregar una propiedad al taxista.

La secuencia de hechos y expedientes judiciales se inició en 2015. El 31 de agosto de ese año, a las 6.30, se produjo un choque en el cruce de la avenida Luro y al calle 206. Allí un Ford Galaxy aguardaba sobre la avenida a que el semáforo le diera paso, pero desde atrás y a toda velocidad, un Volkswagen Vento lo impactó.

Como consecuencia del choque el conductor del Ford sufrió plitraumatismos graves con fractura de pelvis y fractura de clumna lumbar. Fue necesaria la presencia de de bomberos y de una ambulancia para asistir a la víctima.

El automóvil Vento era conducido por Darío Castillo, quien poseía una licencia de conducir con inconsistencias, como por ejemplo la ausencia de la firma en el examen de idoneidad conductiva.

Unas semanas más tarde, el 11 de octubre, a las 0.40 un Renault Clío, también al mando de Castillo, colisionó contra un taxi Chevrolet Corsa conducido por un hombre de 38 años. El Renault circulaba en condiciones irregulares como ausencia de luces delantaeras, carencia de seguro, inexistencia de verificación técnica vehícular y a una velocidad superior a la permitida en Santa Cruz y Nasser.

El taxista quedó con con graves secuelas a raíz del traumatismo de tórax y abdomen cerrado.

Esas dos causas, que en términos jurídicos son casi simultáneas, fueron a parar a la competencia del fiscal Pablo Cistoldi, quien tuvo inconvenientes para avanzar. Tanto que antes de ser elevadas a juicio o firmar un acuerdo, Castillo volvió a meterse en problemas, ya más graves, y la Justicia lo mandó a detener.

Arreglar las cosas

El 27 de marzo de 2017 eran las 4 de la tarde cuando un hombre se presentó en la casa de Castillo, en la denominada villa Río Negro. Allí le fue a reclamar por una transacción que habían realizado ambos en relación a la compra de un terreno con un departamento. En esas circunstancias, Castillo le disparó y le ocasionó una lesión en la pierna izquierda.

Algunos amigos de Castillo auxiliaron al herido y lo llevaron hasta la clínica Mitre, donde lo abandonaron en las inmediaciones.

Solo una semana más tarde, el 3 de abril, Castillo volvió a participar de una reunión de “arreglo de cuentas” con un hombre que le reclamaba la devolución de una camioneta Dodge Ram, un Volkswagen Passat y una lancha. Según el denunciante, le había prestado a Castillo los dos vehículos y la embarcación y al momento de pedirle la devolución recibió a Castillo en su casa. Entonces fue víctima de un robo desleal: de un segundo a otro Castillo en lugar de las llaves a devolver extrajo de sus prendas un arma y le robó dinero, teléfonos celulares y una tablet, además de la documentación perteneciente a la camioneta y a la lancha.

A partir de estas dos denuncias, la fiscal Andrea Gómez solicitó el allanamiento de la morada de Castillo y allí lo logró detener.

Con las cuatro causas unificadas, Gómez citó a Castillo y a su abogado Gustavo Marceillac y le explicó la posibilidad de alcanzar un acuerdo de juicio abreviado, pero con la condición de indemnizar al taxista, quien había sufrido lesiones permanentes.

Así fue como se entregó el acuerdo al juez Alex Simaz, quien tras analizarlo lo avaló y firmó la condena sumada al pago de 300 mil pesos y una propiedad sobre la avenida Champagnat en favor del taxista.

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