Dos espectáculos vinculados a la música y el cine llegarán este fin de semana largo a Mar del Plata. En el escenario del Teatro Roxy (San Luis 1750) podrán verse este viernes “Jazz Cartoons” y el sábado será el turno de “Woody Allen Night”. Ambos a las 21.

Un quinteto formado por Sebastián Misuraca (piano, acordeón y monólogos), Francisco Villaveirán (clarinete, guitarra y voz), Santiago Ortolá (batería, washboard y voz), Michelle Bliman (saxo tenor y voz) y Diego Lebrero (contrabajo) dará vida a sendos espectáculos, nacidos con la intención de recrear la banda de sonido de legendarias películas, muchas ellas grabadas en la memoria de varias generaciones.

El recorrido por las canciones más emblemáticas también se combina con momentos de humor y monólogos, a cargo de Sebastián Misuraca, aunque también aparecen “presentaciones de canciones, diálogos y sketchs” con giros cómicos, dijo el músico.
Agregar humor tiene por objetivo “desarmar las canciones, dándoles un contenido original de parte de varios de los integrantes del grupo”, indicó a LA CAPITAL.

Es por esta faceta que a veces el público vincula estos shows con aquellos de Les Luthiers. “Cada vez son más las personas del público que al ver nuestro show nos mencionan a Les Luthiers como una sensación similar que les ha quedado. Más allá de que se trate de propuestas completamente diferentes, nos elogian algo que se da en nuestras presentaciones, tanto como en las de ellos: el humor sano, cuidado, para toda la familia, vinculado con la música”, agregó.

En “Jazz Cartoons”, la propuesta es realizar un viaje hacia la infancia, con un repertorio de canciones como “You ‘ve a friend in me”, “Everybody wants to be a cat” y “Hakuna Matata”. Es apto para todo público.

En tanto que en “Woody Allen Night”, el grupo de músicos interpreta un repertorio de jazz que Woody Allen eligió para sus películas. Pasarán “Medianoche en París”, “Dulce y melancólico”, “Blue Jasmine” y “Manhattan”, entre otras.

Para Misuraca, ambos shows tienen “la misma esencia”. Se trata de “invitar al públio a hacer un viaje a través de las canciones, de imágenes de películas y monólogos o sketchs humorísticos”. Y también es posible conectar con las imágenes audiovisuales.

-¿Como surgieron ambos espectáculos?

-Woody Allen Night es nuestro primer espectáculo, su origen fue más orgánico teniendo en cuenta lo que nos estaba pasando en el momento que lo creamos. Yo sentía un fanatismo muy grande hacia la filmografía de Woody Allen y a Francisco, mi socio fundador, le gustaba mucho la banda de sonido de la película “Sweet and lowdown”. Justo estábamos tocando piano y clarinete, así que empezamos a convocar músicos y tocar ese estilo. Los lugares en los que nos presentábamos nos fueron quedando cada vez más chicos. Ya en espacios para mayor cantidad de público, sumamos a la propuesta las imágenes. Todo eso derivó en el primer show, fusionando música con visuales. Más tarde incorporamos el humor cada vez con más fuerza. El show de Jazz Cartoons surgió varios años después, ante la necesidad de crear una propuesta nueva. Fue un trabajo más de laboratorio por parte de Francisco buscando la relación entre músicos e ilustradores y cuando lo estrenamos ya estaba mucho más pensado y elaborado para auditorios más grandes.

-El vínculo del repertorio que abordan con el cine es total, ¿son músicos cinéfilos?

-Si bien algunos somos más cinéfilos que otros, tomamos el cine como punto de partida, y sobre todo la música que suena en las canciones, en determinado momento generando ciertos climas. Puedo decirte que el cine es super importante en mi vida, como el teatro, la música y la literatura, y tiene un impacto directo en mi estado emocional. Veo bastantes películas y la música, dentro de ellas, tiene un valor fundamental para mí. Hay canciones que ya me quedan identificadas con ciertas escenas y con ciertas sensaciones que me hayan producido.

-¿Qué peso tienen la música y la banda de sonido en general en el cine? A veces son consideradas elementos menores.

-Hay de todo. En muchos casos, la música se pone de fondo para darle cierto color. Pero aunque esté de fondo, si se cambiara la música, la escena quedaría completamente distinta, es muy fuerte el impacto que genera la música cuando está presente. En las películas de Woody Allen eso se vive, sin dudas: uno entra al cine, arranca la película y ya por la música sabe que está sumergido en esa atmósfera. Es un poco lo que intentamos generar también.