El País

Claves e incógnitas por descifrar en el expediente sobre la muerte de Nisman

El nuevo informe del fiscal Eduardo Taiano revela que Nisman era observado y controlado en todas sus acciones. Hasta se especula con un falso puesto de diarios de las proximidades.

BUENOS AIRES.- Un misterioso puesto de diarios y el rol de la Prefectura Naval en torno al edificio Le Parc de Puerto Madero son dos de las grandes incógnitas que surgen del expediente de la causa en la que se investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman.

El extenso dictamen presentado ayer por el fiscal Eduardo Taiano ante el juez federal Julián Ercolini expuso elementos que sugieren que la vida del entonces fiscal del caso AMIA podía estar siendo monitoreada por personas que no se sabe a quién respondían.

En el dictamen se hace referencia a un puesto de diarios que cerró misteriosamente al día siguiente de la muerte de Nisman y se reseña el papel de un grupo de agentes de la Prefectura Naval que avisaba a la base central cada vez que Nisman entraba y salía de Le Parc.

Los investigadores determinaron que el puesto estaba emplazado en la intersección de la calle Aimé Paine y la Av. Azucena Villaflor, en Puerto Madero, aún cuando no encontraron registro de ello en la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.

Reconstruyeron la existencia del puesto a partir del relato de los vecinos que habitan las torres del lujoso complejo Le Parc quienes dijeron que cerró el día posterior de que se conociera la noticia de la muerte de Nisman.

Un vecino dijo que el puesto le llamaba la atención porque siempre tenía poco material para vender y porque era atendido por una persona -aún no identificada- muy formada con un nivel “por encima de la media” en materia de Política, Economía y otras ciencias.

En las declaraciones testimoniales hubo una discrepancia temporal entre dos vecinos: uno dijo que el puesto reabrió a los tres meses por pocos días para luego cerrar definitivamente y otro dijo que eso ocurrió a los 6 meses.

En relación al papel de la Prefectura Naval (PNA) en la seguridad de Nisman, los investigadores detectaron que esa fuerza había dispuesto una consigna -o guardia externa- que estaba atenta a los movimientos de Nisman, en el entorno de su vivienda.

Los agentes que participaron de ese operativo forman parte del llamado Servicio de Seguridad de Puerto Madero, dependiente de la Prefectura Buenos Aires, que a su vez depende de la Prefectura Zona Río de la Plata.

En el año 2013, la PNA implantó, a pedido del Ministerio de Seguridad de la Nación, una consigna en Le Parc Puerto Madero para reforzar la custodia de Nisman, quien además tenía una custodia de la Policía Federal asignada, según informaron fuentes judiciales.

Control

“Delta tal, hora tal, sale el señor”, decía el agente de turno cada vez que Nisman salía de Le Parc, aunque de acuerdo con las declaraciones testimoniales no todos los agentes asignados a esa función sabían quién era ni cómo era Nisman.

Los investigadores no lograron reconstruir a quién se daba aviso ni por orden de quién se hacía, mientras que Antonio Raúl Pascal, en ese entonces jefe del Servicio de Seguridad de Puerto Madero, manifestó que no sabía que los prefectos de esa consigna pasaban esa información.

Otro de los aspectos sin resolver en la investigación es la “explosión” de llamadas entre personas vinculadas a los servicios de inteligencia durante el fin de semana de la muerte de Nisman, aunque el fiscal lo atribuye a la trascendencia de la denuncia que había presentado.

Las comunicaciones abarcan desde el espía Antonio “Jaime” Stiuso, que por esos días fue desplazado de la entoces SIDE, hasta el ex número dos de la Agencia Federal de Inteligencia, Juan Martín Mena, aunque para los investigadores cada uno corresponde a otro grupo de llamadas.

Los dos grupos estarían comunicados por el ex director de Reunión Interior de la ex SIDE, Fernando Pocino, e incluirían a Alberto Mazzino -ex director de Análisis- y con teléfonos vinculados a algunos miembros de la custodia de Nisman.

De los primeros análisis realizados en la investigación surgió que la vorágine de llamados detectada se fue incrementado el 18 de enero de 2015 a medida que se aproximaba el horario en que la madre de Nisman, Sara Garfunkel, ingresó en el departamento donde encontró muerto al fiscal.

Indagatoria

El aspecto más destacado del dictamen, de 1087 páginas, presentado ayer por Taiano fue el llamado a indagatoria del técnico informático Diego Lagomarsino, el dueño del arma de la que salió el disparo que mató a Nisman.

El arma apareció junto al cuerpo de Nisman en el baño del departamento que habitaba en Puerto Madero, donde fue encontrado muerto cuatro días después de denunciar a la ex presidenta Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado.

Para Taiano, está claro que a Nisman lo asesinaron y que Lagomarsino fue, dada su confianza con la víctima, el encargado de introducir en la escena del homicidio el arma de la cual saldría la bala matadora.

Otro de los interrogantes que dejó planteado Taiano en su dictamen tiene que ver con cuál era la verdadera naturaleza del vínculo entre Nisman y Lagomarsino, duda que acompañó con una lista de elementos que sugieren que la relación no se circunscribe a la seguridad informática.

Taiano recordó que a Nisman y a Lagomarsino los presentó Carlos “Moro” Rodríguez, un ex agente de inteligencia de la Fuerza Aérea, y sumó luego testimonios de agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que dicen que trabajó para esa fuerza, algo que el había negado.

De todas formas, fuentes judiciales sostuvieron que Taiano supuso en su dictamen que Nisman sabía a qué se dedicaba realmente Lagomarsino porque, “de lo contrario, no habría confiado en él de la manera en que lo hacía”.

“La relación tenía otras aristas”, creen en el equipo de investigación que encabeza Taiano, conclusión a la que llegaron al analizar un viaje a Chile que Nisman y Lagomarsino protagonizaron en 2014, cuyo objeto aún no pudo ser determinado.

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