El presidente de la Asociación de Clubes de Básquetbol (AdC), Gerardo Montenegro, reclamó ayer que el básquetbol profesional sea “incluido” dentro de las políticas del Gobierno nacional para afrontar la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus.

Todas las competencias nacionales de básquetbol quedaron suspendidas a raíz de la recomendación del Ministerio de Turismo y Deportes, pero, en consideración de Montenegro, los clubes son “pymes” que generan “trabajo directo e indirecto”.

Por eso, el titular de la AdC, quien además es senador nacional por Santiago del Estero, reclamó ser incluido en alguna política de Estado que le permita garantizar el pago de salarios a los empleados involucrados, incluso los jugadores.

En declaraciones al programa radial “Uno Contra Uno”, Montenegro explicó que “el básquet profesional es una organización que potencia a la política de deporte a nivel nacional, y en nuestro caso, se hace una gran inversión económica”.

Consultado al respecto, el responsable del básquetbol profesional del Club Atlético Quilmes de Mar del Plata, Marcelo Jiménez, ofreció su punto de vista. “Seguramente nos solucionaría algunas cuestiones a los clubes, pero no creo que prospere. A lo mejor, Montenegro y su gente tienen más llegada con el gobierno y tal vez saben algo que todavía no han informado a los clubes”, explicó.

Hace un par de semanas, el dirigente “tricolor” participó en la última reunión presencial en la AdC y había clubes bajo inspección de AFIP en la que se trató de probar que los jugadores no eran empleados de los clubes, sino que prestaban un servicio bajo un contrato de trabajo por diez meses como monotributistas.

“No soy abogado -dijo Jiménez-, pero me parece que si por un lado se establece que los basquetbolistas no son empleados de los clubes y por el otro se pide ser incluidos como pymes, sería como reconocer o aceptar algo que definitivamente no hay: relación de dependencia. Pero insisto, seguramente será materia de análisis para abogados laboralistas. Y como se trata de una situación excepcional, podrían tomarse medidas excepcionales”, fundamentó.

En cambio, el dirigente sí anticipó que de acuerdo a la última reunión virtual (habrá otra la próxima semana) entre dirigentes de los clubes y de la AdC se acordaría reconocer salarios de los jugadores hasta el 15 marzo y reanudar el pago de haberes en el momento que se reinicie la competencia, si esto sucede (la voluntad de la AdC es que la temporada se juegue completa).

“Con los jugadores que hablé, hasta el momento lo aceptaron. Se trata de un caso de fuerza mayor y eso hasta nos autorizaría a los clubes a rescindir los contratos unilateralmente. Pero no queremos llegar a eso. Sería un mutuo acuerdo de buena voluntad. Y de todas maneras, los jugadores tienen garantizada casa y comida, a cargo del club”, adelantó.

Además, sobre la continuidad o no del torneo, Jiménez fue muy gráfico. “A todos nos gusta que se jueguen los partidos e ir a la cancha. Pero particularmente, en este caso, a mí me parece que la competencia no tiene que seguir. Creo que no hay tiempo asegurado para garantizar las condiciones de seguridad sanitaria. Y el riesgo sería muy elevado. Ni siquiera hablo de los espectadores, aunque jugar a puertas cerradas iría contra el espíritu del juego, sino de los propios jugadores, que estarían muy expuestos”, cerró.

Por su parte, según se informó, Montenegro ya entabló diálogo con Fabián Borro, titular de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) para solicitarle que le transmita la inquietud al Comité Olímpico Argentino (COA), al Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación y a los Ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y de Hacienda de la Nación.

Montenegro aseguró que “estamos siguiendo día a día el diálogo con dirigentes, jugadores, árbitros, y toda la familia del básquet para evaluar de qué manera impacta económicamente. No sabemos cuándo se termina la cuarentena y, si termina, cómo volvemos para realizar los torneos y poder terminar la temporada”, finalizó.