Cientos de fanzines de Mar del Plata, Buenos Aires, de varias ciudades de la Argentina y de diferentes sitios del mundo integran desde ayer la Fanzinoteca, una colección que quedó inaugurada en el espacio Le Putit Galerie, ubicado en Mitre 2107.

“Cualquier persona puede dejar sus fanzines, la condición es que tiene que dejar algunos para la colección de la galería y puede dejar otros para la venta”, dijo Pedro Argel, uno de los gestores de este espacio y responsable de la colección. Argel fue organizador en el verano de 2015 de la primera Bienal de Fanzines y ya organiza la segunda, que se llevará a cabo en febrero de 2017.

Los interesados en aportar sus materiales podrán ponerse en contacto por medio del correo electrónico, ya que se encuentra abierta la convocatoria para la segunda edición de esta bienal: [email protected] o bien
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Económicos a la hora de realizarlos, los fanzines fueron muy populares a principios del siglo XX y luego resurgieron en los años ’70, de la mano de la música punk, que buscó difundir poesías, letras de canciones, dibujos, fotografías, pinturas y grabados de diferentes artistas vinculados a este movimiento estético e ideológico.

Atravesados por la idea de la autogestión, los fanzines son un soporte artístico de gran amplitud que muchos artistas vuelven a elegir, dadas las oportunidades que ofrece. “Ahora son más estéticos, aparecieron sellos editoriales que editan fanzines y se lo empieza a vincular a la idea de curaduría”, explicó Pedro Argel, uno de los artistas de Le Putit Galerie y responsable de esta colección.

Los primeros que aparecieron eran tipeados a máquina de escribir y luego fotocopiados, muchos artistas elegían regalarlos y buscaban la autoedición de su propia obra de manera barata, sin pasar por el sistema editorial. Varios anarquistas apelaron al fanzine para transmitir sus ideas, narró Argel.

Y si bien muchos de los fanzines expuestos en esta galería marplatense mantienen esa idea, otros en cambio se parecen a “piezas artísticas u objetos coleccionables” únicos realizados por destacados artistas visuales.

Motivado por su interés por este formato, Argel también lanzó la editorial Le Putit Fanzines: “Mis fanzines son analógicos, hechos a mano, me interesa utilizar la foto como si fuera un grabado”.

Y recordó que empezó a coleccionarlos “a los 12 o 13 años”, cuando inició su gusto por diferentes bandas. “Empecé a ir a recitales y veía que las bandas que me gustaban hacían sus remeras, sus cassettes, sus fanzines y por ahí por treinta pesos me traía una remera y un fanzine, eran muy accesibles”. Luego, en cada viaje que realiza se encarga de buscar materiales nuevos. La primera edición de la Bienal le aportó un gran caudal de fanzines, los mismos que se expone en otras muestras y que integran esta original Fanzinoteca.

Cabe señalar que la actividad cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes.