El ladrón de 30 años robó una camioneta a mano armada a las 8 de la mañana de un jueves, un día y horario en el que la gente honesta va al trabajo y otra se esfuerza por conseguirlo. Lejos de ese modo de vida, el delincuente decidió asaltar a un hombre de 65 años y escapar de forma torpe en el vehículo, tan torpe que acabó estrellándose contra un utilitario estacionado. Entre transeúntes y vecinos retuvieron al ladrón y llegaron a darle algunos golpes en el afán de que no se escapara. De haber sabido quién era tal vez las cosas hubieron escalado mucho más.

La confirmación sobre la identidad del asaltante llegó un par de horas más tarde tras una sospecha de LA CAPITAL de que podría tratarse de Juan Ramón San Martín. Fisonomía y señas particulares impulsaron la inquietud. Por último, fuentes oficiales confirmaron que era él, un delincuente que a comienzos de la década pasada fue noticia cuando recién se hacía mayor de edad por participar del asesinato de Ariel Di Meglio.

Por aquel homicidio recibió una condena y en el proceso penal se escapó tres veces, resultando la más insólita de las fugas la que protagonizó en 2012 en Tribunales. El 27 de abril de ese año a las 10 aproximadamente San Martín llegó hasta el piso octavo custodiado por un policía, quien le mantuvo las esposas colocadas aún cuando estaban dentro de la sala frente a la secretaria del fiscal Juan Pablo Lódola.

La audiencia era por una denuncia que San Martín había radicado porque, según él, había sido víctima de apremios ilegales de parte de la policía. Por ese entonces, estaba detenido por el asesinato de Di Meglio ocurrido el 8 de octubre de 2011 y por el cual le habían aplicado una pena de 13 años de prisión.

Cuando la secretaria le ofreció firmar el acta, San Martín pidió que le sacaran una de las esposas. También estaba presente en ese momento el defensor oficial Rodrigo de La Plaza.

Ariel Di Meglio, el joven asesinado por San Martín Farías.

Fue entonces que el detenido agarró un cilindro metálico que había dentro de la sala, y se lanzó sobre la secretaria. El policía extrajo su arma y apuntó contra San Martín, aunque no logró intimidarlo, ya que decidió preservar la integridad de la funcionaria judicial. El delincuente salió entonces corriendo por los pasillos del octavo piso y bajó las escaleras sólo seguido por un practicante de otra fiscalía.

En ese momento en el playón de estacionamiento de Tribunales se desarrollaba una asamblea de la Asociación Judicial Bonaerense, con concentración de personas y música por parlantes. Eso fue aprovechado por San Martín para darse a la fuga y mezclarse entre la gente.

Alta peligrosidad

San Martín tuvo numerosas causas como menor y de hecho el crimen de Di Meglio lo cometió cuando estaba evadido en una causa por el asalto a un sodero.

Tras ser buscado por el asesinato fue recapturado en la Villa Namuncurá. Pero una vez, más la historia se repitió. San Martín fue llevado a La Plata y al regresar para una audiencia pidió parar en la Autovía 2. Los custodios del Ministerio de Desarrollo Social, no competentes para esa tarea, lo perdieron de vista.

Volvió a ser recapturado hasta que se fugó de Tribunales en 2012 y entonces permaneció menos de una semana prófugo. Ese año ya era mayor de edad y luego de pasar tiempo en prisión volvió a estar libre para seguir delinquiendo. Se contabilizan 35 causas penales en total, con robo calificados, homicidio, infracción a la ley de drogas, evasión, lesiones, portación de arma, encubrimiento y amenazas.

De hecho, solo en 2024 registra seis nuevas causas por hechos “menores” como amenazas, daño y drogas.

Este jueves, luego de confirmarse quién era, se estableció que tenía un pedido de captura librado por el juez Juan Tapia el 19 de mayo pasado por un hecho de robo simple, aunque la captura había quedado sin efecto tras una presentación espontánea.