Un delincuente fue condenado hoy a 25 años de prisión al ser considerado reincidente, tras un juicio que se le realizó por un violento asalto a mano armada que cometió en julio de 2016, cuando se hallaba prófugo de la Justicia tras haberse evadido de la cárcel.

El duro fallo fue dictado por los jueces del Tribunal Oral N° 4 contra Leandro Esteban García Vega, en el marco de un debate oral por el robo que perpetró en julio de 2016, junto a otros dos cómplices que no fueron identificados.

En aquel momento, el imputado debía terminar de cumplir una pena por un hecho anterior y gozaba de salidas transitorias de la cárcel. Sin embargo, cuando debía regresar al penal no lo hizo y pasó a ser considerado prófugo.

Por eso, al juzgarlo, los magistrados Jorge Peralta, Alfredo Deleonardis y Gustavo Fissore lo consideraron reincidente y le aplicaron una de las penas más altas previstas por el Código Penal.

García Vega llegó a juicio oral tras haber sido detenido por orden del fiscal Mariano Moyano, quien estuvo a cargo de la investigación por el asalto a mano armada cometido el 19 de julio de 2016 contra tres hombres que se encontraban en una casa ubicada sobre la calle Termas de Río Hondo en la que también funcionaba una despensa.

En esa oportunidad, el peligroso delincuente llegó acompañado de otros dos ladrones y, mientras exhibía un arma de fuego, redujo a sus víctimas. Para eso, los asaltantes exhibieron también una o dos armas blancas tomadas del mismo almacén, según dijeron los propios damnificados en el juicio oral.

Luego de golpear al dueño de la vivienda, a su hijo y a un amigo de éste último, los delincuentes maniataron a los tres con cables de teléfonos celulares. Mientras tanto, le efectuaron graves amenazas para que entregara dinero en efectivo y objetos de valor.

De acuerdo a la reconstrucción del hecho que se llevó a cabo en el debate oral, quedó acreditado que los ladrones tenían conocimiento de que en la propiedad las víctimas guardaban un monto de dinero en efectivo alto destinado a comprar un automóvil, cuyo origen era el cobro de una indemnización por el fallecimiento de la mujer del propietario de la casa, y madre de su hijo. Ese dato implicó que los delincuentes habían hecho tareas de inteligencia para cometer el hecho, lo cual agravó la acusación del fiscal.

Otro de los detalles importantes de la investigación del caso fue el proceso de identificación de García Vega. Una huella dactilar recogida por los peritos de la Policía Científica en un televisor que había en el interior de la propiedad fue clave para determinar que el delincuente prófugo había sido uno de los autores del hecho.

Después de recibir los informes que los especialistas habían realizado tras cotejar la huella hallada con la que figuraba en el prontuario de García Vega, el fiscal Moyano ordenó un intenso operativo de búsqueda del acusado hasta que la policía lo detuvo. Entonces, se dipuso su nuevo traslado a la Alcaidía Penitenciaria N° 44 de Batán, donde permaneció alojado hasta el inicio del debate oral en su contra, ocurrido la semana pasada.

Sentencia

Esta mañana, y luego de haber analizado el caso en profundidad, los jueces Peralta, Deleonardis y Fissore condenaron a García Vega a la pena de 7 años y 6 meses de prisión por el asalto cometido en julio de 2016, delito que caratularon “Robo pluriagravado por haber sido cometido en poblado y en banda, y por el empleo de un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada”.

A pesar de que para la defensa del imputado su participación en el asalto no había quedado probada, los magistrados dieron su veredicto condenatorio. Sin embargo, el fallo no finalizó ahí: acto seguido, los miembros del tribunal consideraron reincidente a García Vega y decidieron aplicarle una pena única por no haber cumplido la pena correspondiente a la comisión del hecho anterior al violento robo y la siguiente evasión de la cárcel. Por todo eso, lo sentenciaron a 25 años de cárcel.