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Policiales 6 de marzo de 2016

Comienza el juicio por el feroz asesinato de la atleta Mariana Horowitz

Ariel Ito (49) comenzará a ser juzgado mañana por el homicidio de su ex esposa, la atleta Mariana Horowitz (41). El crimen ocurrió el 28 de mayo del 2014 en el barrio Alfar. El acusado escapó y fue detenido en un hotel de Jujuy.

El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 comenzará a juzgar mañana a Ariel Ito (49), acusado de asesinar el 28 de mayo del 2014 a su ex esposa, la atleta Mariana Horowitz (41), en el barrio Alfar.
Los magistrados Roberto Falcone, Alexis Simaz y Néstor Conti deberá determinar si Ito es culpable haber cometido el delito de “homicidio agravado por el vínculo”, que prevé una pena máxima de prisión perpetua.
Las audiencias comenzará mañana a las 9 y se extenderán hasta el miércoles cuando está previsto que se realicen los alegatos. La acusación estará a cargo del fiscal Alejandro Pellegrinelli y la defensa de Ito será realizada por el abogado Carlos Mira.
El crimen de la atleta fue un caso que conmocionó a la ciudad. La historia de Ito y Horowitz se había iniciado en el mundo del deporte. De allí surgió el amor que hizo que decidieran vivir en pareja durante varios años en la casa de Santa María del Oro 4964 del barrio Alfar. De esa relación nació en 2009 un niño. Meses después, el 22 de abril de 2010, la pareja formalizó el vínculo al contraer matrimonio. Sin embargo Ito era un hombre violento y celoso, como la mala relación con su ex esposa (con quien había tenido una hija) lo demostraba. Esas desavenencias conyugales también corrompieron su matrimonio con Horowitz y llevaron a la disolución de la pareja en diciembre de 2013. La mujer decidió regresar a Villa Gesell, de donde era oriunda. Y, naturalmente, se llevó a su hijo.
Ya radicada en Gesell, Horowitz se enfocó muchísimo en el deporte mientras que Ito, a su vez, por lesiones y otras circunstancias, “no se abocó a la actividad deportiva con el mismo énfasis que ella”, explicó la hermana de la víctima.
Hasta que un día de diciembre Horowitz volvió a Mar del Plata para buscar una bicicleta de mountain bike que guardaba en la casa del barrio Alfar. La necesitaba para seguir entrenando en Villa Gesell. Pero esa bicicleta ya no servía más. Ito la había destrozado a mazazos en un rapto de furia, por creer que Horowitz mantenía una relación con su entrenador. En una carta fechada el 16 de diciembre Ariel Ito reflejó esa situación. “MARIANA Y ARIEL. La crisis comenzó cuando vino a correr triatlón en diciembre 15 domingo…”, escribió con una evidente intención de registrar todo un proceso.
Tal como consta en el expediente judicial, a partir del episodio de la bicicleta la situación de violencia psicológica hacia la víctima por parte de Ariel Ito fue creciendo. “Las manifestaciones de Mariana Horowitz a sus allegados daban cuenta de ello. Los diálogos que mantenía con Ito habían dejado de ser discusiones por desavenencias de un matrimonio que se había separado, tornándose en continuas amenazas de muerte de Ito hacía la persona de Mariana Horowitz”, escribió el fiscal Pellegrinelli.
Hubo un episodio temerario: Ito al enterarse de que Horowitz iba a viajar a Mar del Plata para traerle a su hijo junto a dos compañeros triatletas la amenazó con interceptarlos en el peaje de Mar Chiquita y matarlos a todos.

 

Ariel Ito, acusado.

Ariel Ito, acusado.

 

El viaje debió suspenderse.

El 28 de febrero, en la comisaría primera de Gesell, Horowitz denunció el hostigamiento y las amenazas concretas. “Tené cuidado que te voy a matar, no te mato para que el nene no quede solo”, fue una de las frases denunciadas.
Toda esa situación había obligado a Horowitz a pedir ayuda profesional desde diciembre pero el 7 de mayo, tres semanas antes de ser asesinada, la sesión fue premonitoria. Allí dijo que Ito la había sujetado del cuello violentamente, y que ejercía violencia psicológica a través del hijo que tenían en común, como no entregarlo en los tiempos acordados antes de iniciar la visita.
Pero lo que llevó a Ito a matar a Horowitz fueron, según el fiscal, dos hechos puntuales. La demanda promovida por la mujer por la tenencia del niño en la que argumenta que “…los celos invadieron la relación al punto de que al demandado le molestaba mi desempeño deportivo y mi vida social…”.
Ito fue notificado el 9 de abril de la decisión del juez de paz de otorgarle a Horowitz la tenencia provisoria del niño de 5 años. El segundo suceso desencadenante de la conducta homicida de Ito fue un viaje a Chile en el que Horowitz tenía pensado, justamente, reponer la bicicleta que él mismo le había destruido.

ITO 04

 

El viaje y el crimen

 

Horowitz le había hecho firmar a Ito una tenencia por cinco días, pero el viaje se demoró por cuestiones climáticas. Fueron finalmente diez los días en los que Ito debió cuidar al niño.
En otra de las cartas encontradas en la casa del barrio Alfar y que habían sido escritas por Ito quedó reflejada esa circunstancia. “Te fuiste por cinco días y volviste a los 12 días, me hiciste firmar un certificado de tenencia y lo dejás doce días a tu hijo, no tenés vergüenza. Vas a Chile con cinco flacos que no conozco en la camioneta que estoy pagando seguro y pagué todas las patentes del auto y como me dijo la psicóloga Matilde, me tomás por boludo, entonces tengo que poner fin. Al nene lo va a cuidar mi tía Marta, Vanesa y los primos. Abandonaste tu casa, lo cambiaste de colegio a tu hijo, él quería el jardín de Mar del Plata y lo obligás a ir a Gesell, por eso me hacés denuncia de tenencia por tu inseguridad. Me cansaste, fui muy bueno y me tomás de boludo. Tengo mucha tristeza por mi hijo que se merece todo pero en el estado que estoy hay veces no se lo puedo dar, y la madre ocupada con el deporte y peñas con amigos en Gesell. Tampoco, espero no equivocarme, sé que va a estar cuidado. Perdón hijo, no te lo mereces no lo pude aceptar este momento. Ariel 28-05-14”
Ese 28 de mayo, martes, Horowitz -que horas antes había llegado de Chile- se dirigió desde Gesell a Mar del Plata para buscar a su hijo en horas del mediodía Sin embargo, Ito tenía ya otro plan.
A las 11 llevó al pequeño a lo de una tía y le pidió que lo cuidara. Extrañamente, le dejó dos bolsas con ropa y tres mochilas.

Horowitz llegó a la casa del barrio Alfar en la camioneta y la estacionó frente a la casa de la calle Santa María de Oro. No quería perder mucho tiempo. Apenas levantar a su hijo y regresar a Gesell. Pero Ito le habría planteado que volvieran a intentarlo, acaso como última alternativa para desactivar el plan que evidentemente tenía montado. Pero Horowitz se negó.
Un albañil que estaba trabajando en una vivienda contigua a la de Ito, una mujer que caminaba por la calle Santa María de Oro y un remisero que manejaba su Chevrolet Corsa vieron todo lo que sucedió entonces.
A las 12.10 Horowitz salió corriendo de la casa perseguida por Ito. Gritaba: “¡No me hagas daño”. La palabra “daño” la repitieron los tres testigos. Y “me mata, me mata”, también.
Primero Ito, cuando acortó la distancia con Horowitz a la altura del portón de calle de la casa, efectuó tres disparos con el revólver calibre 22 perteneciente a su madre. Desesperada, Horowitz siguió por la vereda, mientras Ito volvió a gatillar el arma dos veces, pero sin que saliera el proyectil. Finalmente, delante del albañil, Ito le apoyó el arma a la mujer en la zona intercostal izquierda y le efectuó un disparo que le causó la caída. Una vez que la vio en el piso, Ito volvió a dispararle en la zona del abdomen.
El asesino corrió hasta su casa y salió en una camioneta Renault Master por Santa María de Oro en dirección a Mario Bravo y se perdió de la vista de los testigos. Horowitz murió en el acto por las lesiones causadas por dos proyectiles. La conducta de Ito tras el asesinato fue consecuente con su planificación. Después de tirar el revólver en el patio delantero de la casa y dejar la camioneta a algunas cuadras de allí, cerrada, se dirigió hasta la casa de un primo hermano, a quien le pidió ayuda porque se había “mandado una cagada”.
Sin demasiadas preguntas, el primo lo llevó en su propio vehículo a cambiar dinero a una financiera de Independencia y Luro. Ito se hizo de 4.400 pesos tras pagar con 400 dólares, y luego volvió a pedir el favor de su pariente para que lo llevara hasta una remisera.
En Luro y República del Líbano se separaron. Ito antes de irse le dijo que le había pegado a Mariana y dejado “tirada en la vereda”.
El fiscal Pellegrinelli indicó que el primo de Ito cometió un delito pero que lo amparaba su condición de pariente. “Aún en la certeza de la existencia de una infracción penal se considera más útil tolerar el delito que castigarlo. Ante ello, sólo puedo destacar el reproche moral y ético que me merece el lamentable rol que ha desempeñado Hugo Daniel Gimenez en este evento”, explicó.
Ito tomó un remís que lo llevó a Balcarce, bajo el pretexto de no perder el día de trabajo en el supermercado Carrefour. Luego, aquel martes 28 de mayo, escapó con un rumbo que se desconoció hasta la semana siguiente cuando fue detenido en un hotel de Purmamarca en Jujuy.