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Policiales 4 de febrero de 2020

Comienza el primer juicio por el crimen de Roberto Tortorella

Débora Faijós, en su declaración había culpado por el asesiato a la policía Rosa Saino y decidió ir a juicio por jurado.

Un jurado popular será desde hoy el encargado de resolver el primero de los juicios por el asesinato del cardiólogo Roberto Tortorella, ocurrido el pasado 18 de marzo de 2017.

Débora Faijós llega a juicio imputada por “homicidio criminis causa”, delito que prevé la pena de prisión perpetua y, junto con su defensa, decidió ser juzgada por un jurado popular y no por jueces técnicos.

Faijós fue la única de las tres imputadas en decidir esto, y las otras dos mujeres que se encuentran detenidas, la expolicía Rosa Saino y la “entregadora” Erica Córdoba serán juzgadas a partir de la próxima semana.

El juez encargado de moderar el debate será Juan Manuel Sueyro, mientras que el Ministerio Público Fiscal estará representado por el fiscal Leandro Arévalo, quien llevó desde un primer momento la investigación.

En su declaración, Faijós si bien reconoció que había estado involucrada con el crimen de Tortorella, aseguró que la expolicía Rosa Saino fue la autora material del asesinato.

El caso

Faijós y Tortorella se había conocido en la calle. La mujer era 42 años menor que el hombre y tenían una especie de trato: él la ayudaba económicamente a cambio de que ella lo acompañara.

Un estudio genético sobre un preservativo hallado en el lugar confirmó la presencia de ADN de los dos, lo que corroboró la hipótesis de una actividad sexual preexistente.

El cardiólogo probablemente desconocía que Faijós estaba de novia con Erica “La Cordobita” Córdoba, una mujer que vivía en el barrio Centenario. Según la investigación, tanto una, como otra, integraban familias conflictivas.

Esa relación entre Tortorella y Faijós provocaba, según la hipótesis fiscal, cierto celo en Córdoba, componente este de conflicto que terminó por detonar los vínculos.

Tortorella apareció muerto y semienterrado el 18 de marzo en un sector próximo a Sierra de los Padres. Débora Faijós y la policía Rosa Saino están acusadas de cometer el crimen, robar objetos de valor, ocultar el cuerpo y luego extraer dinero de cajeros automáticos con tarjetas del cardiólogo.

Para el fiscal Arévalo no quedan dudas de que el viernes 17 de marzo a las 9 de la mañana, aproximadamente, la policía Rosa Saino llegó hasta la vivienda El Zorzal al 400 del barrio Colinalegre y tras coordinar con Faijós ingresó por una puerta lateral. Dentro de la casa y utilizando su arma de fuego que ocultaba en una mochila de color negro, tomó por detrás a Tortorella y le propinó varios culatazos. Faijós colaboró con ella.

Ambas llevaron a Tortorella hasta la habitación secundaria de la finca, en donde lo pusieron sobre la cama y le colocaron una almohada en el rostro y una de ellas se sentó encima. Antes le habían colocado dos medias dentro de la boca. Entonces Saino lo esposó en manos y pies y de esa manera logró desmayarlo.

Después de limpiar la habitación envolvieron a la víctima en una cobija que tomó del lugar, arrastraron el cuerpo hasta la camioneta Chery Tiggo del cardiólogo y se hicieron de una pala.

Ambas se robaron dos computadoras portátiles, un reloj pulsera, una linterna recargable, tarjetas bancarias y un teléfono inalámbrico junto a su base.

Faijós, que se mantuvo dentro de la casa todo el tiempo, manejó el rodado por el camino Los Ortiz hasta detenerse en proximidades del arroyo De los Padres. Allí las mujeres hicieron un pozo no demasiado profundo y abandonaron el cuerpo de Tortorella. Al día siguiente, a las 18.30, el cadáver fue descubierto.



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