La Ciudad

Con edificios y comercios, Alem atraviesa una nueva reconversión

Crece la edificación para viviendas y oficinas y se suman locales de todos los rubros. Además, hay opciones gastronómicas y se proyecta un hotel boutique.

Una mítica parrilla se transformará en un edificio de “novedoso diseño”, mientras que varios chalets típicamente marplatenses mutaron -previa demolición- en bloques de varios pisos que serán viviendas familiares u oficinas. En tanto, una tradicional galería que fue sede de varios bares se convertirá en un hotel boutique. La zona de Alem vive una nueva transformación edilicia que está dando forma a un centro comercial diversificado y visitado tanto por marplatenses y turistas, con potencial para seguir creciendo.

En el cuadrante delimitado por Almafuerte hasta Rodríguez Peña y de Bernardo de Irigoyen hasta Aristóbulo del Valle hay más de diez edificios en construcción, cuyos esqueletos de cemento se elevan por sobre las copas de los añejos árboles. “Las normas del distrito para construcción no cambiaron, sí se modificaron los usos gracias a la ordenanza que permitió la vuelta de la actividad gastronómica. Las obras que hay en el sector son producto de la reactivación de la construcción en Mar del Plata”, explicó a LA CAPITAL el secretario de Obras Públicas de la comuna local, Jorge González.

“Es un sector que se está embelleciendo, con diversidad de rubros comerciales, que es elegido por marplatenses y turistas. Y tiene mucho potencial para seguir creciendo”, describió la martillera Gabriela Velati, cuya oficina está ubicada en la zona desde 1982 aunque la firma lleva más de 50 años en el mercado.

“Alem sufre una reconversión postergada. En una época se había confundido un poco porque había mucho boliche y movida nocturna que la había postergado”, analizó Juan Pablo Reverter de Horacio Ledesma Propiedades.

Metamorfosis

Del tranquilo barrio ocupado todo el año, con casas bajas, a la “Recoleta marplatense”, Alem y sus adyacencias fue cambiando a lo largo de los años. La ebullición de la noche, con sus desbordes, generó otra modificación de las ordenanzas municipales y se erradicaron todos sitios dedicados a la nocturnidad a mediados de la década pasada.

“Mucha gente vivió y vive en la zona, tanto en invierno como turistas en verano -dijo Reverter-, así que es una zona que nunca dejó de crecer y a todo el mundo le gusta estar cerca del mar”.

La diversificación comercial actual incluye desde cafeterías hasta pizzerías, pasando por negocios de decoración y muebles, supermercados, panaderías, kioscos, parrillas, heladerías, librerías, veterinarias, fast food, tiendas de indumentaria y café de especialidad, entre otros. También hay hoteles y próximamente comenzará la construcción de uno “boutique” en la exgalería Naranja.

Como en la primera línea de costa -es decir, sobre Boulevard Marítimo- no quedan lotes libres, las construcciones se desarrollan hacia Alem y sus adyacencias. Hoy hay edificios en construcción en Formosa casi Bernardo de Irigoyen; en Matheu y Aristóbulo del Valle; en Saavedra al 100 y al 200; Rodríguez Peña y Aristóbulo del Valle, entre otros. Muchos serán destinados a viviendas y otros a oficinas, como los ya terminados en Alem al 3400.

En la opinión de Reverter, la zona vive “una reconversión necesaria con todo tipo de desarrollos, es un entorno agradable y de fácil acceso”. Además, indicó que “Alem es la calle que funciona como espina dorsal de todos los barrios del sur”.

Los nuevos desarrollos apuntan a una convivencia sana entre todos los sectores. “Hay mucha gente que tiene su residencia permanente en el área, pero ahora también se está ampliando a lo comercial, de todos los rubros. Y son construcciones de calidad”, describió Velati.

“Es un paseo comercial multitarget y para toda hora -añadió la martillera-. Hay desde pizzerías hasta restaurantes de primer nivel. Y lo mejor es que tiene mucho potencial”.

También sobreviven los kioscos de diarios, uno en Alem y Quintana y otro en la esquina con Almafuerte.

“Vimos todos los cambios desde acá -explicó el dueño de uno de los puestos naranjas que optó por anonimato-, desde los desbandes nocturnos cuando estaban los boliches que ahora bajaron a Playa Grande hasta cuando, por los cambios en las leyes, no quedó nadie. Hay una especie de resurrección”.

“Es una zona muy vivible -describió Reverter-, por eso se está construyendo tanto. Cambió mucho y hay obras en cantidad y calidad. Bienvenido sea”.

Un nuevo edificio de una conocida empresa constructora será levantado en el predio donde funcionó, hasta hace unos años, la tradicional parrilla Pehuén. El diseño, según contaron arquitectos que vieron el proyecto, será “novedoso, en forma escalonada” para no incumplir con los requisitos determinados por ley en cuanto a la altura máxima.

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