Arte y Espectáculos

Con la charla de Carlota del Campo llega a su fin la 17ª Feria del Libro

La escritora presenta su primera novela "Tierra Ardiente". "Intento mostrar los cismas, el impacto de una decisión tomada a 1.500 kilómetros de distancia que arrasó todo", definió la autora de la obra que rescata del olvido la historia del Éxodo Jujeño.

“Intento mostrar los cismas, el impacto de una decisión tomada a 1.500 kilómetros de distancia que arrasó todo”, dice Carlota del Campo sobre “Tierra Ardiente”, su primera novela.

La Licenciada en Ciencias Políticas está vinculada desde hace años con las letras, siendo reconocida por su labor en la gestación de encuentros de lecturas, recomendaciones y entrevistas. El año pasado dio a conocer su propia obra y ahora está investigando para una segunda.

Con esta primera obra, publicada por Plaza & Janés, la autora dará la última charla de la Feria del Libro, este domingo a las 18.30, acompañada por Gabriela Exilart.

Antes de este encuentro con el público marplatense, Del Campo habló de este texto que le demandó un intenso trabajo de investigación y documentación para rescatar del olvido la impactante historia del Éxodo Jujeño y, sobre todo, a ponerle nombre y rostro al impacto que ese proceso de las guerras de la independencia tuvieron en los habitantes de las regiones más afectadas.

– Una característica de la novela es que no está contada desde Capital, sino desde el interior, donde había otras realidades, otros intereses, otras necesidades. ¿Fue esa tu idea?

– Mi premisa era construir una ficción que narrara la historia real con “ojos y corazón del norte”, mostrar lo que vivió esta región tras la formación en Buenos Aires de ese primer gobierno patrio del 25 de mayo de 1810. Fueron los hombres y mujeres del norte quienes vieron su tierra convertida en campo de batalla y tuvieron que luchar por lo suyo y poner el cuerpo a las guerras de independencia si querían sobrevivir.

– ¿Influyó tu historia personal, ser de ese lugar, en aportar esa mirada?

– Sin dudas, haber vivido en el norte argentino, en el litoral, en Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires, me ha dado una mirada “federal” del país, me dio conciencia de las diferencias y similitudes, lo que nos une como país y las particularidades que hacen a cada idiosincrasia regional.

– ¿Qué creés que es lo más atractivo que le aporta a las novelas históricas, la conexión con una historia de ficción? ¿Y el género a la difusión de historias que no son contadas por la historia?

– Escribir una novela histórica es transmitir la historia real de una manera más amigable. Sin perder de vista que es una ficción, que puede tener licencias, el género pone caras, nombres y sentimientos a los hechos, hace que el lector se involucre y viva los acontecimientos a través de los personajes, sean estos protagonistas o testigos del momento que el autor eligió. Las novelas rescatan temas olvidados, páginas borradas de los manuales de estudio y son disparadoras de nuevas investigaciones o interpretaciones de la historia.

– En la novela se entrelazan el devenir de la historia política de la lucha por la libertad con la historia de la búsqueda de la libertad individual de la protagonista, por un lado atada a las decisiones familiares y, por otro, abandonada a su suerte. ¿Cómo fuiste construyendo ese paralelismo?

– Quise que Juliana tuviese que participar del Éxodo Jujeño, algo insólito dada su situación social. Las familias acomodadas se retiraron por sus propios medios a las fincas y no se vieron obligadas a abandonar Jujuy. Por eso apelé a su desamparo. Su anhelo de libertad es egoísta e inmaduro, recién tras la batalla de Tucumán madura y toma conciencia de la entrega de los demás por una causa común. También la lucha por la libertad a nivel político fue un proceso; al principio no se buscaba una independencia, esta necesidad llegó con el transcurso de los años.

Carlota Del Campo rinde homenaje a su tierra en su primera novela

– ¿Cuál es la importancia de contar la historia, no solo desde el punto de vista de la política, lo bélico y estratégico, sino del impacto que esas decisiones y acciones tienen en el día a día de las personas?

– Los hechos son fríos. Si digo “El primer gobierno patrio envió a las provincias invitaciones para sumarse a la Junta de Gobierno”, esa simple invitación implicó un cambio de vida para siempre en el Virreinato del Río de la Plata porque cada ciudad tuvo que decidir si adhería o no, a quién enviaban como su representante y la “invitación” había llegado con un ejército que asegurara la respuesta. En el seno de cada familia se abrió una discusión, posturas más o menos abiertas al cambio. En Tierra Ardiente intento mostrar los cismas, el impacto de una decisión tomada a 1.500 kilómetros de distancia que arrasó todo.

– ¿Cómo dialoga la historia del Éxodo Jujeño con el presente?

– Para construir futuro tenemos que saber de dónde venimos. Aprender las lecciones que nos deja la historia nos enriquece y nutre. La construcción de la Argentina exigió muchos sacrificios, renuncias individuales y mucha magnanimidad de los hombres. Belgrano y sus valores son un gran ejemplo para emular: sin ser militar se puso al frente de tropas y dio todo, su vida y sus bienes para forjar una patria.

– Después de un trabajo que entiendo que te llevó muchos años. ¿El bichito de escribir sigue ahí?

– Ocho años me llevó la escritura de Tierra Ardiente. Ahora estoy investigando y escribiendo otra novela. No soy historiadora pero me apasiona el género histórico así que he decidido escribir lo que me gusta leer. No me veo en otro registro.

– Después de tantos años de entrevistar escritores, recomendar libros ¿Cómo te sentís en este otro rol? ¿Cómo vivís las experiencias de estar del otro lado del escritorio en presentaciones como las de las ferias de libro, en este caso la de Mar del Plata?

– Disfruto de las presentaciones mías, son un grato encuentro con lectores y con amigos. También amo reseñar, recomendar libros, participar de clubes de lectura y moderar mesas de autores. Todo lo social que tenga que ver con libros es una fiesta para mí. Venir a la Feria del Libro de Mar del Plata es un placer porque salda una vieja cuenta pendiente que tenía conmigo misma y con mi historia familiar. Estoy muy agradecida a esta invitación.

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