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La Ciudad 3 de febrero de 2025

El municipio reforzó las infracciones a cuidacoches con el uso de armas no letales

En todo enero, se labraron 374 actas de infracción por "trapitos" y "limpiavidrios" en el marco de distintos controles en el espacio público. Hay 12 agentes que salen armados a las calles a trabajar.

Uno de los operativos de la Patrulla Municipal contra cuidacoches con agentes armados.

Tal como anticipó LA CAPITAL, a fines enero comenzó en Mar del Plata la implementación de las primeras armas no letales entre los agentes del municipio y, en simultáneo, se incrementaron los operativos de control en el espacio público de la ciudad con dos principales objetivos: las motos y los cuidacoches.

En el marco de una temporada en la que el intendente Guillermo Montenegro ganó protagonismo por sus ya habituales videos en redes sociales con inspectores que desplazan de su tarea a “trapitos” en distintos sectores de la ciudad, en simultáneo el municipio reforzó los controles en ese sentido.

Dentro de los trabajos que el gobierno municipal define como “de orden y control” en el espacio público, durante el primer mes del año se labraron 374 actas de infracción que involucran, en distintas circunstancias, a cuidacoches marplatenses y “forasteros”, como define el jefe comunal a quienes vienen desde otras ciudades a desempeñar ese trabajo informal aprovechando el movimiento de la temporada de verano.

Cuidacoches3

En esta primera etapa, para la portación de armas lo letales fueron seleccionados 12 agentes municipales que “ya cuentan con experiencia en el manejo de situaciones conflictivas relacionadas con el orden público”. Algunos de ellos participan de los operativos que involucran a quienes cuidan autos.

El domingo, en el cierre del primer fin de semana de febrero, el intendente compartió un nuevo video en sus redes, esta vez, con un cuidacoches proveniente de Santiago del Estero.

“Este forastero pensó que pasaba otra cosa. Lo habrá sorprendido el despliegue. Buen domingo para todos los me putean cuando digo que no son de acá”, expresó Montenegro al publicar las imágenes, que hacen foco en el arma Bersa que utiliza uno de los agentes.

En diciembre, el municipio adjudicó la compra de 40 armas no letales a la empresa Bersa por más de $58 millones.

A través de la una licitación realizada en diciembre, se adquirieron para esta primera etapa 30 armas cortas, 10 rifles de asalto y 1.000 municiones de diversas características (proyectiles de pimienta, polvo y polímeros, entre otros elementos).

Balance

En el comienzo de febrero, el municipio informó que durante enero se realizaron operativos en distintos barrios con el objetivo de “reducir siniestros viales, prevenir el uso indebido de las motos y disuadir conductas indebidas o delictivas vinculadas a estos vehículos”.

Estas acciones, coordinadas por la Secretaría de Seguridad -Tránsito y el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM)- junto a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, permitieron el secuestro de 476 motos en el mes.

Motitos

Por otro lado, en los operativos diarios de ordenamiento del espacio público, y gracias a las denuncias de vecinos y turistas a través de WhatsApp, se labraron 374 actas por la presencia de cuidacoches, limpiavidrios y ocupaciones indebidas del espacio público.

“Este tipo de controles se enmarcan en una política sostenida de la gestión municipal para garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes, brindar seguridad y reforzar la convivencia en la ciudad”, comunicó el municipio.

Además, desde la Comuna recordaron a los vecinos y turistas que pueden denunciar estas situaciones de manera inmediata enviando un mensaje al WhatsApp 2233406177, compartiendo ubicación y detalles para facilitar la intervención de los equipos municipales.

Protocolo

La semana pasada, el municipio publicó en el Boletín oficial el protocolo de uso de armas no letales para el personal de la patrulla municipal. El documento fue formulado sobre la base del que formalizó el Ministerio de Seguridad de la Nación para la inmovilización e incapacitación de agresores por parte de los miembros de las fuerzas federales de seguridad.

En primer lugar, establece que los agentes que sean provistos de armas no letales “deberán recibir capacitación especializada como requisito esencial para su utilización”.

Puntualiza que, “ante la necesaria utilización de las armas no letales, los funcionarios de la patrulla municipal deberán identificarse como tales a viva voz, advirtiendo su inmediata intervención, salvo que dicha manifestación pueda suponer un riesgo de muerte o lesiones para terceras personas, para el agresor o para el propio agente” o “cuando ello resultare evidentemente inadecuado o inútil dadas las circunstancias del caso”.

Armasnoletales

De acuerdo con el protocolo, “una vez dada la voz de alto o verificadas las circunstancias, el avance del agresor en dirección del agente o de terceras personas en actitud de ataque o amenaza, o la persistencia en una situación de amenaza que configure una causal de legítima defensa propia o de terceros, se considerará una situación de riesgo suficiente que justifica el empleo del armamento no letal, aun cuando el agresor no llevare un arma de manera visible”.

“Del mismo modo, cuando se tratare de impedir la fuga de un delincuente de su lugar o situación flagrante, o que huyere tras la comisión de un delito y pudiere dar lugar a una aprehensión civil”, agrega.

Además, puntualiza que, “ante situaciones de legítima defensa, ya sea propia o de terceros, el agente siempre debe observar la necesidad racional para el empleo de las armas no letales, evaluando la proporcionalidad del medio adecuado para repeler o neutralizar la agresión actual e inminente, así como también para evitar una situación que represente un daño potencialmente mayor”.

En ese marco, “y sin perjuicio de la actuación que hubiere ocurrido, siempre corresponderá dar inmediata intervención a la fuerza de seguridad policial correspondiente y labrar un acta circunstanciada que dé cuenta detallada de lo sucedido, conteniendo, en la medida de lo posible, los testimonios de al menos dos testigos presenciales”, agrega el protocolo. Y concluye: “En caso de no encontrarse cumplido este requisito, se deberá explicitar fundadamente las razones de su inobservancia”.