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Policiales 20 de julio de 2018

Condenan a prisión perpetua al autor de un doble asesinato

El veredicto fue del Tribunal Oral N°3 que le dio una condena de por vida a Brian "Chuqui" Cano por asesinar de un modo salvaje a Antonio García y Lidia Corbo en abril del año pasado.

Brian Cano, alias “Chuqui”, fue condenado en el mediodía de este viernes a prisión perpetua por el brutal doble homicidio de Antonio García (70) y Lidia Corbo (69), cometido en diciembre del año pasado en la vivienda que habitaban las víctimas en el barrio Las Dos Marías.

El Tribunal Oral N° 3, compuesto por Mariana Irianni, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro, hallaron a Cano autor de un episodio cargado de saña, violencia y agravado por la condición de vecindad que existía.

Asimismo, condenaron a Luis Landoni a 3 años de prisión de cumplimiento efectivo por esconder la camioneta que Cano le había robado a la pareja tras asesinarla.

Con su fallo, los jueces hicieron lugar a la solicitud del fiscal Alejandro Pellegrinelli, que había pedido la máxima pena por la figura de doble homicidio agravado por alevosía criminis causa. Esto significa es que Cano mató a García y a Corbo para ocultar el robo.

La defensa oficial había pedido la absolución, en una aventura que no tenía demasiado asidero considerando que en la escena del crimen se hallaron gotas de sangre de Cano.

El 14 de abril de 2017 Cano aprovechó que el gran Mastín Napolitano de la pareja lo conocía e ingresó a la casa de Fitte al 1800 con el claro objetivo de apoderarse de valores. Una vez en el interior degolló a García y atacó a puñaladas a Corbo por la espalda. Ambos murieron casi de manera instantánea.

Cano sustrajo algunos elementos de valor de la casa, dinero y se llevó la camioneta Peugeot Partner que 4 días después fue encontrada en proximidades del predio del ex Hipódromo.

La investigación determinó que una carpeta tirada en la escena del crimen tenía sangre de Cano -se supo por estudios de ADN-, que su teléfono se activó cerca de donde apareció la camioneta y que le admitió a varias personas que había cometido un hecho de violencia. También que gastó mucho dinero que no solía tener y que dejó de asistir a su trabajo: un frigorífico, donde usaba con frecuencia cuchillos y otros utensillos de corte.

Aunque Cano se entregó algunos días después de que la Justicia ordenara la difusión de sus fotografías y así se ajustó a derecho, nunca quiso declarar ni durante la investigación ni mucho menos en el juicio.

Con el fallo, los jueces enviaron a Cano algunas décadas en prisión pese a que probablemente la defensa presentará un recurso de apelación para revisar la sentencia.