Un hombre de 75 años y su hijo de 42 fueron condenados por abusar sexualmente durante varios años de dos niñas, de las cuales se aprovechaban en su condición de vulnerabilidad familiar.

Eduardo Correa recibió una pena de 10 años de prisión, mientras que su hijo, Andrés, deberá cumplir 17 años encerrado por ser responsable penal de más hechos.

Las víctimas sufrieron los abusos desde que tenían 11 años y hasta los 14, padecimiento que pudieron expresar en sus declaraciones, prueba central que tomaron en cuenta los jueces Federico Wacker Schroder, Facundo Gómez Urso y Fabián Riquert.

De acuerdo a la acusación sostenida por el fiscal Carlos Russo, las niñas -que no se conocían entre sí pero que luego se hicieron amigas- asistían a la casa por distintas circunstancias, en particular porque habían tenido un contexto familiar complicado y los Correa se habían ofrecido para alojarlas.

En esas visitas se iniciaron las agresiones que comenzaron desde un abuso simple hasta el extremo de los ataques sexuales.

La defensa de los imputados intentó desacreditar los dichos de las víctimas, ya que insistió en que se trataba de falsas denuncias por una enemistad previa con una tercera persona. Sin embargo para los jueces no hubo debilidades en los relatos, tanto en credibilidad como en lógica.

Por ese motivo es que encontraron responsable al padre de tres hechos de abuso sexual simple, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual agravado, mientras que a su hijo lo hallaron culpable en cuatro hechos.

Entre los agravantes, el Tribunal señaló que hubo mecánica denigrante en el hecho de que “una de las víctimas, además de sufrir el abuso, presenció el delito ejecutado sobre la otra, lo que eleva el grado de humillación en relación a ambas”. Asimismo, se destacó el “aprovechamiento de la especial situación de vulnerabilidad en la que se encontraban ambas víctimas, cuyos padres no podían encargarse de sus cuidados por problemas de salud”.

El mayor de los Correa permanece en arresto domiciliario por razones de salud y continuará su encierro hasta el 2033 en esa situación; en tanto su hijo, deberá cumplir con la condena en la cárcel hasta el año 2040.