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El Mundo 25 de agosto de 2017

Condenan al heredero de Samsung a cinco años de prisión

La Justicia surcoreana dio por probado que Lee Jae-yong pagó sobornos a la ex presidenta Park Geun-hye y a una amiga de la mandataria a fin de obtener favores del gobierno.

Lee Jae-yong, abandona el Tribunal del Distrito Central de Seúl. Foto: EFE / Chung Sung-Jun.

SEUL, Corea del Sur.- El jefe de Samsung, Lee Jae-yong, fue condenado este viernes por un tribunal de Seúl a cinco años de cárcel por delitos de corrupción que contribuyeron a la destitución de la anterior presidenta del país, en una estrepitosa caída que abre interrogantes sobre el futuro del gigantesco conglomerado electrónico multinacional.

El tribunal de Distrito Central de Seúl consideró probado que Lee, de 49 años, pagó sobornos a la ex presidenta Park Geun-hye y a una amiga íntima de la mandataria a fin de obtener favores del gobierno para consolidarse como líder del grupo empresario, el más importante de Corea del Sur.

Estas revelaciones, que condujeron al arresto de Lee, en febrero pasado, aumentaron la indignación popular respecto a acusaciones de corrupción contra Park, lo que precipitó su destitución.

El fallo, uno de los más esperados del país en los últimos años, determinó asimismo que la empresa de Lee donó 7.200 millones de wones (5,4 millones de euros) para pagar clases de equitación en Alemania a la hija de la amiga de Park, Choi Soon-sil, apodada la “Rasputina” y considerada el cerebro de la trama de corrupción.

En una sentencia menor que los 12 años solicitados por la Fiscalía, el Tribunal también consideró al empresario culpable de malversar 6.400 millones de wones (4,8 millones euros), ocultar activos en el extranjero y perjurio por haber dado varias versiones en sus comparecencias judiciales.

Para el tribunal, estos hechos quedan probados, aunque la cantidad de los sobornos es menor a los 32 millones de euros que había denunciado la Fiscalía.

El equipo de abogados defensores adelantó que Lee, que ha permanecido en prisión desde que fue detenido a mediados de febrero, apelará la sentencia.

El tribunal, encabezado por tres jueces, dijo que Lee y otros dos ejecutivos de Samsung, que fueron condenados a cuatro años de cárcel, causaron “un gran efecto negativo” a la sociedad y la economía de Corea del Sur.

“La esencia de este caso es la colusión inmoral entre el poder político y el capital”, dijo la corte en un comunicado citado por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

“Será difícil para la gente recuperarse de la decepción de que los lazos de colusión entre la presidencia del país y un gran conglomerado existían no solamente en el pasado, sino también en el presente”, prosiguió, y agregó que el caso llevó también al público a tener “desconfianza en la moralidad del grupo Samsung”.

Analistas creen que el veredicto no tendrá un impacto inmediato en las operaciones de Samsung, que están supervisadas por tres directores ejecutivos.

La compañía ya superó en el pasado otras crisis, como la retirada del mercado de dos tandas del smartphone Galaxy Note 7 por su proclividad a incendiarse o el mismo arresto de Lee, y este año está por reportar su mayor ganancia desde su creación, en 1938.

Sin embargo, las decisiones a largo plazo, como el hallazgo de nuevas áreas de crecimiento y la identificación de compañías susceptibles de adquisición, podrían verse frenadas.

También existe el potencial de una agria disputa familiar por la herencia en caso de muerte del padre de Lee, quien sufrió un infarto en 2014 que lo dejó incapacitado y que convirtió a su hijo en jefe de facto de la empresa.

“Samsung estaba a mitad de un cambio que se ha detenido”, dijo Said Park Ju-gun, director ejecutivo de la empresa CEO Score, que monitorea el rendimiento y la gestión de grandes compañías.

“Eso es un gran riesgo”, agregó, citado por la cadena CNN.

Grupos de lobby empresarial, sin criticar abiertamente el fallo, expresaron su preocupación por el posible efecto negativo sobre la economía surcoreana de la ausencia de Lee al frente de Samsung, una compañía responsable de la quinta parte de las exportaciones del país asiático.

“Samsung Electronics representa a Corea del Sur en tanto compañía global, así que estamos profundamente preocupados por las consecuencias de su larga ausencia. Será un desastre no sólo para la compañía sino para toda la economía de la nación”, dijo la Federación de Empleadores surcoreana en un comunicado.

El proceso fue descripto profusamente como “el juicio del siglo” por la la prensa local y la opinión pública, que considera que el fallo constituye una nueva confirmación de la connivencia entre la esfera política y los grandes conglomerados empresariales, situación denunciada durante años por parte de la sociedad.

El caso de la “Rasputina” llevó a decenas de miles de surcoreanos a manifestarse pacíficamente en las calles, lo que forzó la apertura de una investigación sobre los lazos político-empresariales y acabó por apartar del poder a la anterior presidenta Park.

El dictamen se vincula estrechamente al proceso paralelo abierto contra Park, detenida el pasado marzo, quien está acusada de soborno y abuso de poder, entre otros cargos.

Si Lee fue declarado culpable de sobornar a Choi, amiga y confidente de la anterior jefa de Estado, es muy probable que los magistrados consideren a la propia Park parte de la trama e implicada de este delito.

No es la primera vez que una figura prominente de una empresa surcoreana es condenada por la Justicia, ya que el padre del actual heredero de Samsung, Lee Kun-hee, fue declarado culpable dos veces de soborno y evasión fiscal.

Sin embargo, en ambos casos obtuvo el perdón presidencial “por su contribución a la economía nacional” y porque se temía que su ausencia pudiera afectar el desempeño del grupo.

El nuevo presidente del país, Moon Jae-in, basó su amplia victoria electoral en la promesa de terminar con éstas prácticas y la colusión entre la clase política y los grandes conglomerados.



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