Policiales

Condenaron a peligroso delincuente por un violento asalto ocurrido en 2019

Jairo Armando Sanhueza fue reconocido como uno de los dos ladrones que ingresó a una vivienda ubicada a metros de Luro y Champagnat. Allí, maniataron a una víctima, abusaron de ella e intentaron fugarse en un remís. Otro acusado resultó absuelto.

La mujer llegó a lo de su madre y fue sorprendida por dos delincuentes. En un principio, pensó que se trataba de dos amigos de su hijo, pero no. Eran delincuentes y los minutos siguientes a esa irrupción se transformarían en una verdadera pesadilla.

El violento hecho que investigó el fiscal Leandro Arévalo y que días atrás motivó la condena de un peligroso ladrón, con condena vigente, ocurrió el 14 de noviembre de 2019, cerca de las 16. La víctima se disponía a entrar a la vivienda de Mariano Acosta al 1800 -a metros de Luro y Champagnat-, cuando la sorprendieron los dos asaltantes y la maniataron en una cama, tapándole además la cabeza con ropa para que no pudiera ver sus rostros. A pesar de ello, logró reconocer a uno cuando éste le quitó las prendas y le exigió que llamara a un remís en el que planeaban fugarse junto a su cómplice.

Se trata de Jairo Armando Sanhueza, un hombre de 27 años que al momento de este juicio ya tenía una condena por otro hecho similar que ocurrió días después de éste. Además de ser identificado por la propia mujer a través de la red social Facebook, sus huellas dactilares fueron halladas en un televisor de 32 pulgadas que quiso sustraer de la casa y del que finalmente se descartó al huir.

Tras determinarse la responsabilidad de Sanhueza en el hecho, el juez Facundo Gómez Urso lo sentenció a 3 años y 6 meses de prisión. Sin embargo, al contemplar que ya había sido condenado a 4 años de cárcel por el otro robo, se unificó la pena en 7 años y 3 meses.

En tanto, otro acusado en el marco del caso resultó absuelto y, a través de la declaración de los testigos y el avance de la pesquisa en el mismo juicio, se reveló la identidad del cómplice de Sanhueza, por lo que el magistrado interviniente instó al fiscal Arévalo a continuar la investigación para dar con éste.

El hecho

Como se explicó antes, el hecho ventilado en el debate se produjo el 14 de noviembre a la tarde cuando la mujer arribaba a la vivienda de su madre y fue abordada por los dos ladrones.

Tras maniatarla, los asaltantes se apoderaron ilegítimamente de un televisor de 32 pulgadas, un monitor, un equipo de home, algunos electrodomésticos, prendas de vestir, más de diez pares de anteojos, un reloj blanco, anillos de fantasía, dos alianzas de acerco quirúrgico, una alianza redonda, una alianza en color negro con unas cruces en dorado, un anillo con una piedra turquesa, otra alianza de acero quirúrgico, un celular Samsung J7 Neo con su cargador, un celular Iphone 4S, un jean azul y un par de zapatillas Nike talle 36. Algunos de esos elementos fueron recuperados del baúl de un remís en el que habían planificado fugarse.

Según relató la víctima, uno de los delincuentes revisó la vivienda en busca de objetos de valor, mientras el otro se quedó con ella “todo el tiempo”. Le pidieron dólares, tarjetas de débito y dinero en poco más de media hora que duró el hecho.

Pero eso no fue todo: el que estaba en el piso de arriba orinó “todo lo que había” y el que se encontraba con ella en la planta baja del inmueble le decía que se callara mientras mantenía su cabeza tapada.

Conforme surge del fallo al que accedió LA CAPITAL, luego de que el de arriba bajase un acolchado con cosas, le pidieron herramientas para sacar un televisor de la pared, que finalmente arrancaron por la fuerza (de ahí las huellas recogidas después por la policía) y también le exigieron la entrega de las llaves del auto de su sobrina para escaparse, pero la mujer no las tenía.

En ese momento, los delincuentes hicieron que la víctima llamara a Remicoop y solicitara un remís. Al final, le tiraron “un pedazo de torta por la cabeza” y uno abusó de ella: “Yo estaba en la cama con un short y un babydoll y uno de ellos me corrió el short y me pasó la lengua por la cola. Fue el otro chico, el que bajó. Me di cuenta por la voz, porque se hablaron todo el tiempo, aunque diciéndose distintos nombres”, declaró la mujer durante el juicio.

Cuando escapaban, los delincuentes se encontraron con la hermana de la víctima y fue entonces que tuvieron que escaparse solamente con algunos de los objetos robados, después de querer engañar al remisero que aguardaba afuera.

“Mi hermana y un vecino atajaron al remisero porque pensaron que era cómplice, pero no, lo había llamado yo”, dijo. El chofer pensó que se trataba de un divorcio, conforme explicó en el juicio, pero uno de los delincuentes le mencionó que era primo de la dueña de la casa y que por eso se llevaba algunas cosas envueltas en un acolchado.

En ese instante la hermana de la víctima -aún sin comprender lo que ocurría- aclaró que no eran familiares. Entonces, los asaltantes abandonaron parte del botín y escaparon corriendo.

En minutos posteriores, arribó al lugar la Policía Científica, y la mujer asaltada fue conducida al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), ya que como consecuencia del hecho había sufrido un cuadro de presión alta e insuficiencia cardíaca.

Los efectivos hallaron en el baúl del automóvil el televisor que luego fue peritado, los parlantes (que se habían roto en el traslado), el monitor y otros electrodomésticos. En tanto, no fueron recuperados los teléfonos celulares, la ropa ni los anillos.

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