El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 le impuso pena de 16 años a Natalia Etcheverry por asesinar a su hija de 8 años en 2022.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 condenó a 16 años de prisión a Natalia Etcheverry por asesinar a su hija discapacitada de 8 años en 2022 al darle una combinación mortal de alcohol y drogas.
En tres días de debate, la fiscal Florencia Salas había expuesto las pruebas contra Natalia Etcheverry que, según el planteo de su alegato, confirmaron su hipótesis acusatoria: que se trató de un homicidio doloso por la ingesta de MDMA y alcohol suministrados por la madre a una niña de 8 años, que en las pericias tuvo 2,27 de alcohol en sangre, éxtasis y benzodiacepinas en estómago, que todavía no habían llegado a metabolizar en sangre.
Para la fiscalía fue un homicidio agravado por el vínculo, en el que la droga y el alcohol fueron suministrados con intención homicida. Es decir, utilizados como un arma para matar a una niña de 8 años.
Estas conclusiones son a las que llegaron también los jueces Juan Manuel Sueyro, Federico Wacker Schroder y Fabián Riquert, quienes fallaron en la misma sintonía de lo planteado por la fiscal y condenaron a Echeverry, por con circunstancias extraordinarias de atenuación, por por que en vez de perpetua le impusieron la pena de 16 años de prisión.
Además, se le revocó el arresto domiciliario y los jueces ordenaron su inmediata detención y alojamiento en la Unidad 50 de Batán.
Por su parte, la defensa de Etcheverry había solicitado la absolución de la mujer. De no ser tenido en cuenta esto, habían pedido de manera subsidiaria una condena menor por abandono de persona.
Si bien la fiscal Florencia Salas se mostró satisfecha con la condena a Etcheverry, ante la consulta de LA CAPITAL adelantó que analizará la sentencia para evaluar si apelan o no el monto de la pena, ya que había solicitado la de prisión perpetua pero, por mayoría, los jueces impusieron la pena de 16 años de prisión debido a “circunstancias extraordinarias de atenuación”.
Durante las audiencias declararon el padre de la víctima, que fue quien impulsó la denuncia; la hermana de la niña y dos amigas de ella que conocían el entorno. También dieron testimonios los policías que fueron al lugar del hecho, la enfermera que atendió a la niña, la médica del SAME que pide le la intervención de Científica y diferentes peritos.
Los peritos establecieron que la cantidad de alcohol hallado en la víctima se corresponde a un litro de vino, lo que podría ser un vaso de otra bebida blanca con mayor graduación alcohólica. Los profesionales coincidieron que la muerte de la niña de 8 años se había producido unas 2 o 3 horas antes del hallazgo del cuerpo.
Accidente u homicidio
El eje de la discusión del debate es si la muerte de C. se trató de un accidente o si fue un homicidio doloso y en este punto se detuvieron los jueces para explicar fundamentos antes de dar a conocer la sentencia.
Los magistrados explicaron que ya la primera autopsia daba cuenta de una muerte por intoxicación medicamentosa o droga. La perito, incluso, explicó en el debate que realizó un triple chequeo por el alto valor de alcohol en sangre que habían hallado y que era el equivalente al consumo de un litro de vino. Además, la niña tenía éxtasis y un ansiolítico, que no influyó en su muerte.
Para los jueces, era imposible que se tratara de un accidente ya que tendrían que haber ocurrido demasiadas casualidades juntas, o en un lapso demasiado cercano. La niña accidentalmente debería haber consumido cerca de un litro de vino -o una medida de una bebida blanca como vodka o tequila-, haber ingerido éxtasis y también tomado el medicamento.
“Esta secuencia accidental no guarda lógica”, concluyeron, por lo que descartaron que hubiese sido un accidente.
Durante el debate se expuso que Etcheverry tenía una situación conflictiva con su hija. Incluso en un mensaje que le mandó al padre de la nena, incorporado en la causa, llegó a escribir: “Hasta acá llegué, voy a cometer una locura”.
“Después de ese mensaje la señora no se suicidó, pero sí alguien murió”, expresaron los jueces y remarcaron que esa muerte no fue accidental: “Hay una autora y es Etcheverry”.
De manera unánime, los jueces Juan Manuel Sueyro, Federico Wacker Schroder y Fabián Riquert condenaron a Etcheverry, pero hubo posturas encontradas en cuanto a la condena.
Una culpable, diferentes posturas
Los jueces entendieron que existieron agravantes, como la edad de la víctima (tenía ocho años), la imposibilidad de defenderse y que se trataba de una niña con discapacidad, por lo que estaba en un estado mayor de vulnerabilidad. También remarcaron la extensión del daño causado.
Sin embargo, al momento de imponerle una pena, Wacker Schroder y Fabian Riquert consideraron que existían circunstancias extraordinarias de atenuación; mientras que el juez Sueryo consideró que no y acompañó el planteo de la fiscal Salas, es decir el de la pena de prisión perpetua.
Estas circunstancias extraordinaria de atenuación consideradas por Wacker Schroder y Riquert fueron planteadas como las dificultades económicos y los conflictos que tenía la familia, con problemas intrafamiliares, dificultades para cuidar a la niña y una relación entre la víctima con la madre que era conflictiva, ya que según testimonio la niña “le tiraba los pelos, no la dejaba manejar y había una relación difícil de trato”.
“No justificamos de ninguna manera lo que hizo, pero estas circunstancias generaron una disminución en su autodeterminación”, explicó Wacker Schroder en la audiencia.
De esta manera, por mayoría, es que Etcheverry fue condenada a 16 años de prisión y no a perpetua.
Al momento del cumplimiento de la pena, hubo otra vez diferencias entre los jueces. Por mayoría, Sueyro y Riquert resolvieron que a Etcheverry se le revocara el arresto domiciliario y fuera detenida inmediatamente en la sala de juicio, para ser trasladada luego a la Unidad Penal 50 de Batán, donde deberá cumplir la condena.
El caso
El hecho salió a la luz el 30 de noviembre de 2022, cuando la imputada fue detenida en una vivienda del barrio López de Gomara.
De acuerdo a los datos reunidos en la pesquisa, todo comenzó con el fallecimiento de la menor en una casa ubicada en Luzuriaga al 1200, el sábado 3 de septiembre de 2022. La mujer aseguró entonces haber encontrada muerta a la niña, quien padecía trastornos epilépticos además de un retraso madurativo. En un primer momento los médicos certificaron, ante la ausencia externa de señales de traumatismos, el deceso, vinculando la causa a las patologías de la menor.
Cuando el padre se presentó en la fiscalía y manifestó que, si bien el certificado de defunción ya había sido expedido con el causal de muerte natural, tenía serias sospechas de su expareja y madre de su hija, con quien no convivía. Así fue como desde la Fiscalía N° 1 se pidió a la Justicia de Garantías la exhumación del cuerpo y se encargó al Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica una serie de estudios de laboratorio.
Durante algunas semanas, mientras personal de la DDI local llevaba adelante distintas tareas como relevamiento de testigos y verificación de domicilios, los peritajes detectaron restos de metilendioxi y metanfetamina, compatibles con la droga de diseño sintético conocida popularmente como “éxtasis”. También se confirmó el hallazgo de una considerable cantidad de alcohol en sangre.
Con esas novedades fue solicitado en carácter de urgente esta semana el allanamiento a la casa en donde sucedió la muerte y la detención de Natalia Etcheverry.
Finalmente, en la tarde del 30 de noviembre de 2022 una comisión especializada de la DDI irrumpió en la vivienda de Luzuriaga al 1200 y la mujer fue detenida y puesta a disposición de la Justicia.