Policiales

Condenaron al “peor” ladrón del barrio Juramento

Un joven de 18 años fue condenado a 2 años y 4 meses de prisión en ejecución condicional por haber intentado cometer sin éxito tres robos en cinco meses: en uno usó una pistola de aire comprimido, pero lo atraparon; en otro la víctima no tenía elementos de valor, y en el tercero un remisero lo golpeó y lo retuvo hasta la llegada de la policía.

Por razones ajenas a su voluntad no logró consumar el hecho“. Esa esa la explicación judicial que se repite en la vida del “peor” ladrón del barrio Juramento, que fue condenado a 2 años y 4 meses de prisión en ejecución condicional por haber intentado cometer sin éxito tres robos en cinco meses.

En un juicio abreviado realizado en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2, el juez Roberto Falcone condenó a un joven de 18 años por los delitos de “robo agravado por el uso de arma de utilería en grado de tentativa, robo en drado de tentativa y robo en grado de tentativa“.

El primero de los hechos ocurrió el 8 de febrero del año pasado, cerca de las 11 de la mañana, cuando el joven ingresó a una carnicería en Juramento al 2600 y, exhibiendo un arma de fuego, le exigió 100 pesos al comerciante.

El carnicero conocía a este asaltante del barrio, por eso ni bien lo vio entrar a su negocio alertó al 911. Como en esta oportunidad se sintió amenazado, le entregó el dinero que había exigido, pero en cambio para tardar más tiempo y darle una oportunidad a la policía: el comerciante le dio al delincuente cinco billetes de 10 pesos y diez billetes de 5 pesos. El joven contó el dinero, 100 pesos, y se marchó de la carnicería.

Personal policial del Comando de Patrullas que había ido hasta el lugar vio salir de la carnicería a un joven que portaba un arma de fuego. Los efectivos gritaron para que se detuviera, pero el joven lejos de acatar la orden, arrojó su arma al suelo e intentó huir del lugar, pero fue interceptado a los pocos metros.

En su poder, el asaltante tenía el dinero robado al comerciante y luego se constató que el arma utilizada era de aire comprimido, que no estaba capacitada para ser utilizada por estar rota.  Según el fiscal que investigó el robo, “por razones ajenas a su voluntad no logró consumar el hecho“.

-Dame el celular.

-No tengo.

Ese diálogo corresponde al segundo intento de asalto por el que se condenó al joven, ocurrido el 5 de junio de 2017 a las 0.40 en Juramento y Génova.

En esa oportunidad, el joven intentó robar a un adolescente de 17 años que, al decirle que no tenía nada para darle, comenzó a golpearlo. Primero fue una trompada en el rostro, seguida por otra en el estómago y luego lo tiró al suelo y lo arrastró por la granza, sin robarle nada porque la víctima nada tenía.

El adolescente luego llegó a su casa y junto a su madre realizó la denuncia. La policía detuvo al asaltante a las pocas cuadras y este fue reconocido por la víctima. “Por razones ajenas a su voluntad no logró consumar el hecho“, consideró el fiscal interviniente en su informe.

El último de los hechos ocurrió el 23 de julio de 2017, cerca de las 7 de la mañana en Fortunato de la Plaza y Alejandro Korn en Juramento, cuando el joven de 18 años intentó asaltar a un remise que acaba de dejar a un pasajero y se metió súbitamente dentro del auto.

-Llevame.

-No.

-Entonces te voy a tener que robar.

El joven amenazó al remisero y le dijo que tenía un arma de fuego. El conductor, por las dudas, le entregó su celular y 250 pesos. Ante esta situación, el asaltante se bajó del remise y se fue al trote por Alejando Korn en sentido ascendente de la numeración. El pasajero, que había descendido y entrado a su casa, como advirtió la situación llamó al 911 y alertó a la policía.

El remisero condujo unos metros y al llegar a Alejandro Korn y José Hernández se indignó por haber sufrido el robo y decidió descender del auto y perseguir al ladrón, a quien alcanzó finalmente en Nápoles al 4400.

El resmiero y el joven delincuente se trenzaron en combate en la vía pública. Golpes de un lado y de otro y ambos terminaron cayendo al suelo, pero con el remisero encima de quien le había quitado sus pertenencias. En ese contexto personal policial llegó al lugar y al comprobar que el remisero había sido la víctima del asalto, detuvo al joven que había sido sometido. En el informe, los efectivos explicaron que “por razones ajenas a su voluntad no logró consumar el hecho“.

El juez Falcone, al fijar la sentencia, consideró como atenuante la adicción a las drogas y al alcohol del joven de 18 años y ordenó que, si bien debía cumplir con 2 años y cuatro meses de prisión en ejecución condicional, en ese tiempo debía fijar residencia y concurrir al Patronato de Liberados en forma mensual. Además, ordenó que hiciera un tratamiento para paliar su adicción a los estupefacientes y el alcohol.

 

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