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Opinión 6 de abril de 2020

Consideraciones a 30 días del primer caso de SARS-Cov-2 en Argentina

Por Raúl Ernesto de Vega

Se ha cumplido el primer mes de la detección en Argentina del primer caso de SARS-CoV-2 (COVID-19) y a partir de allí, se han venido tomando una serie de determinaciones que tienen un significativo impacto en la vida diaria y en el avance de la pandemia.

Argentina se ha beneficiado, al igual que Sudamérica, por la demora de 100 días desde la localización del origen de los contagios en China, y 30 días aproximadamente de los primeros casos en Europa, que significaron que en la actualidad, ya el genoma del virus es conocido, los test de detección se han perfeccionado y están disponibles, se generó una profusa cantidad de producción científica al respecto, que alertó e instruyó sobre el comportamiento, evolución, complicaciones y alternativas de tratamiento de la patología; en otras palabras la demora ha permitido elaborar las estrategias abordaje más adecuadas, pero por sobre todo reorganizar los servicios de salud y adaptar la cadena de suministros, mejorar las estructuras y equipamiento sabiendo “que lo que viene”, vendrá, quedando por conocer las implicancias de una situación novedosa.

Hasta ahora todos los países con gran número de casos iniciaron la pandemia en invierno transitando hacia la primavera, en el nuestro será exactamente al revés, dado que se sumarán las complicaciones que se generan en invierno.

Cada país ha tenido su propio escenario y ha decidido su estrategia para afrontar la pandemia, y los éxitos y los fracasos marcarán de manera indeleble el futuro de cada una de las naciones, y seguramente tendrán efecto significativo en la evaluación de la gestión de gobierno para afrontarla.

Los epidemiólogos, han guiado este proceso en un tremendo esfuerzo por evitar que la proliferación de casos supere la capacidad de respuesta del sistema sanitario, y visto el avance exponencial del contagio interhumano por el SARS-CoV-2, han indicado las medidas para dilatar la propagación del virus, que los distintos estados han tomado a través de sus autoridades, considerando la propia idiosincrasia de su población, de maneras muy disimiles.

Algunos de manera tibia como pasó en los primeros tiempos de la pandemia en Italia y España, otros más rígidas como China y Corea. En Europa se destaca el caso de Alemania, que teniendo un 25 % más de habitantes que Italia y el doble de España, lleva menos casos que estos países y con una mortalidad 10 veces inferior a la de Italia y 8 que la de España considerando tiempos de desarrollo de la epidemia similares. Sin duda el hecho que los primeros contagios provinieran de población joven, no mayores de 20 a 50 años, que había ido a esquiar al norte de Italia, impactó en esos resultados, por más que las propias autoridades refieren que las tasas de contagio y mortalidad aumentarán significativamente.

En América del Sud, el proceso lleva alrededor de 30 días de demora a las ocurrencias europeas. En la primera etapa, donde no había casos autóctonos, las medidas se orientaron a identificar a los viajeros de zonas pandémicas y aislarlos en una cuarentena primero autoadministrada y luego fuertemente controlada. En tales circunstancias el viajero y su grupo de cercanía han sido un objeto relativamente fácil de aislar, a fin de evitar el contacto con los demás habitantes, aunque hay países que ni eso han hecho.

Ante la aparición de los primeros casos de contagio comunitario (en Argentina el 23 de marzo según lo expresa el Reporte Diario Nº 19 del Ministerio de Salud de la Nación), la medida se transformó en insuficiente, y sabiendo que por sus características el virus no se mantendría en el aire sino que cae sobre las superficies, se han indicado las medidas de higiene y aislamiento físico necesarias para ralentizar el proceso de contagios y permitir que las estructuras no colapsen.

El cuadro de evolución al 3 de abril de Sudamérica, donde los números que informa Venezuela no son para nada confiables según la propia OMS y donde se destaca Brasil al tope con las personas contagiadas, con una mortalidad del 3,79 % de los casos, seguido por Chile, Ecuador y Perú estos últimos con poblaciones menores en número que las de Argentina.

Algunos países han desarrollado estrategias exitosas de contención de la pandemia, como es el caso de Corea del Sur y para ello se han valido de herramientas de las TIC`s, utilizando la geolocalización de dispositivos móviles para saber dónde se encuentran los casos, los contactos cercanos y los vínculos, etc, que también levantan críticas por el avasallamiento de algunos derechos personalísimos, pero no hay duda que han sido efectivos.

Queda por considerar que salvo muy pocas excepciones, las infecciones declaradas son las que han presentado síntomas, por lo tanto está a la vista únicamente la punta del iceberg, todos, o al menos la gran mayoría de aquellos infectados asintomáticos no están siendo considerados, a pesar de ser un vector de contagio, de ahí que las medidas dispuestas por los expertos y receptadas por el Gobierno Argentino de distanciamiento físico (y no social porque en realidad se pretende la interacción social a distancia) resultan fundamentales para transitar esta pandemia.

Es de hacer notar que las acciones desarrolladas produjeron un cambio en la primitiva proyección de casos futuros, que en un principio era de tipo exponencial, la misma pasó a una función polinómica de grado 2, la que salvo pequeñas diferencias lógicas viene siendo coincidente por lo menos hasta este momento.

Parece que la República Argentina se encuentra en un proceso contención de todos los actores, tratando de mitigar los efectos colaterales de las medidas impuestas, haciendo tremendos esfuerzos humanos y económicos por cuidar la salud de la población de la mejor manera posible y evitar que se contagien, sabiendo que entre ellos hay grupos que tienen una letalidad mucho mayor.

A cada gobierno, transcurridos los tiempos y cuando todo se calme, lo juzgará la historia, tanto por lo hecho como por lo que no se hizo a tiempo; hasta el momento, en lo referido al manejo de esta pandemia, todo pareciera indicar que al gobierno del presidente Fernández, la historia lo aprobará.

(*) Docente e Investigador de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMDP