La Ciudad

Cooperativa Caminantes, una apuesta para habitar el mundo con ética ambiental

La organización marplatense impulsa la bioconstrucción y la permacultura y busca disminuir el consumo y generar conciencia. La filosofía y forma de trabajar de un grupo que apuesta a "tratar de dejar planeta para el resto de los seres vivos”.

Por Malena Alpern

La Cooperativa Caminantes impulsa la bioconstrucción y la permacultura para habitar el mundo con mayor ética ambiental y creatividad. Desde Mar del Plata, trabajan para difundir prácticas que disminuyan el consumo y construyan un vínculo más consciente con la tierra y con los recursos que usamos para vivir. Según definió Karina Bravo, presidenta de la comunidad, se trata de “dejar planeta para el resto de los seres vivos”.

El grupo nació a partir de la Estación Permacultural de Mar del Plata y, en 2012, tomó forma cooperativa. Con el tiempo fue creciendo y diversificándose hasta consolidar tres áreas principales: Bioconstrucción, Educación y Producción Audiovisual.

“Ya que los humanos podemos modificar el ambiente y utilizarlo como un recurso para generar nuestro hábitat, por lo menos, hagámoslo de la manera más ética posible”, expresó Karina.

Explicó que buscan una forma de trabajar que los represente “filosóficamente”, pero que a su vez les permita desarrollarse en lo que les gusta, asegurar el confort de las personas y contribuir con el planeta.

A su vez, Ezequiel, quien forma parte de la cooperativa hace siete años, detalló que tienen tres ejes internos que les marcan el camino: la perspectiva de género, la permacultura y el cooperativismo. Durante el año brindan talleres internos para unificar el criterio con el que ejercen su trabajo.

La permacultura en una sociedad consumista

La forma hegemónica de construcción sigue siendo la más elegida, pero cada vez hay más interés: “Hay una tendencia a querer conocer sobre el tema”.

Aun así, “todavía no están dadas las condiciones para que la gente elija (en mayor proporción) este tipo de construcción”, en parte porque no hay tanta oferta de empresas que trabajen con estas técnicas.

“Las personas terminan eligiendo lo que tienen más a mano y es más económico, aunque a largo plazo pueda resultar más caro en refrigeración, en calefacción, en salud y demás”.

Los materiales que se pueden utilizar para construir una casa son muchos más de los que se suelen imaginar: desde madera hasta barro, paja e incluso cera de abejas y aceite para hacer las pinturas.

Karina insistió en que “hay una tendencia a dejar de pensar que la bioconstrucción es retroceso, sino que se está viendo como una alternativa más cercana a lo sustentable, aunque nosotros no usamos mucho ese término”.

Sustentabilidad vs. permacultura

“La sustentabilidad es un término netamente desarrollista, mientras que la permacultura intenta reivindicar algo más ancestral”. La permacultura propone pensar en bienes comunes, mientras que la sustentabilidad “piensa en cómo satisfacer las necesidades con recursos de forma consciente, minimizando el impacto para evitar agotarlos”.

Karina profundizó en esa diferencia y señaló que “la sustentabilidad plantea mayor desarrollo económico, que haya recursos para el futuro pero sin dejar de desarrollar y crecer”.

Sobre esto, agregó: “Lo cierto es que los seres humanos tenemos una vida individual bastante corta. Así que para qué querríamos crecer tanto y tener tantas cosas… con una vida tan corta”.

“La permacultura tiene tres éticas, que entre todas buscan cuidar a la tierra en su totalidad: cuidar a las personas que viven en la tierra, cuidar los bienes comunes (o recursos, visto desde la sustentabilidad) y que los excedentes sean redistribuidos, y eso no lo ve así la sustentabilidad”.

No comparten el “consumismo innecesario”. “Las personas estamos tan alejadas de nuestra propia naturaleza que perdimos esta capacidad de ser creativas para poder resolver nuestros problemas”.

Pensar global, actuar local

Karina explicó también que “la permacultura propone pensar global y actuar local”: “Cada cosa que uno hace acá no la hace pensando solo para resolver acá, sino pensando en lo que pasa más allá, en otras comunidades”.

Agregó que esa mirada permite “dimensionar lo afortunados que somos donde vivimos, que tenemos tierra fértil y agua”, entre otros recursos, y que eso habilita “otra conciencia a nivel ambiental y un vínculo ético con el ambiente”.

Además, planteó que al actuar localmente también se piensa en “las generaciones futuras, y no solo en los hijos, sino todos los seres vivos que están en el planeta”.

La conexión con el cuidado del ambiente

“Usar materiales crudos, que no hayan tenido un proceso de incineración, como es la tierra o la madera, es un granito de arena. También la bioclimática, que permite no usar tanta calefacción y refrigeración, entonces ahorrás en combustibles fósiles”, planteó.

Lo define apenas como un granito de arena por su dimensión y alcance, pero afirmó: “Creemos que es el camino. Si todo el mundo hiciera lo mismo el planeta estaría mejor”, concluyó la presidenta de la organización.

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