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El País 22 de noviembre de 2017

Crearán la primera universidad para docentes en la Ciudad de Buenos Aires y desintegrarán los 29 institutos de formación

El ministerio de educación porteño enviará el proyecto de ley a la Legislatura y esperan que el centro de estudios se inaugure en 2019.

Las estadísticas oficiales arrojan que cada año que pasa se reciben menos docentes en la Ciudad de Buenos Aires. En 2007, se recibieron 3.451 docentes. En 2011, terminaron 2.607. En 2015, se registraron 300 graduaciones menos. Si bien la carrera es terciaria los estudiantes demoran un promedio de ocho años para recibirse.

“La formación docente es el aspecto central en la reforma que queremos para las escuelas del futuro, pero partimos de un problema: no hay docentes”,aseguró la Ministra de Educación porteña, Soledad Acuña. En 2017, quedaron 144 cargos de maestro de grado sin cubrir.

 


Según la ministra, hay distintas razones que explican el fenómeno. “Es un carrera muy teórica, con un formato muy rígido”, dijo. Al haber un abanico tan amplio, de 128 carreras universitarias en la Ciudad, la docencia queda relegada. En muchos casos sólo emerge como una alternativa ante el fracaso en otra carrera, lo cual le quita también calidad, o como una opción de salida laboral, pero no por cuestión vocacional.

Ante este contexto desfavorable la solución que plantean es crear una universidad pura y exclusivamente destinada a la formación docente, en CABA. El proyecto de ley, que enviarán a la legislatura porteña, contempla la desintegración de los 29 institutos que hoy existen para concentrarse en una sola casa de altos estudios. De esta manera se pretende unificar la formación docente y reposicionar la carrera.

“Buscamos pasar de 29 a 1 a partir de 2019”, dijo Acuña. “No por eso los docentes de los institutos se quedarán sin trabajo. Vamos a asegurar el empleo. Todos ellos pasarán a dar clases en la universidad”, aseguró.

Un modelo universitario similar se replica en Finlandia, Francia y España. En CABA, la universidad tendrá tres funciones principales: “enseñanza, investigación y extensión universitaria”. Buscan aumentar el status docente, devolverle el prestigio perdido. Por lo que dejará de ser una carrera terciaria, para pasar al nivel universitario.

De acuerdo a lo que consigna el documento oficial, el nuevo esquema universitario brindará “flexibilidad en los formatos de aprendizaje”, esto quiere decir que se ofrecerá un sistema de educación presencial, así como virtual, y además los estudiantes contaran con prácticas docentes desde el inicio de la carrera.

El perfil del docente del futuro que buscan “es flexible y se adapta al cambio, es abierto a la diversidad, usa las tecnologías, tiene habilidades de comunicación y actitud emprendedora, trabaja en equipo y comprende las culturas”.De esta manera se busca otorgarle a los maestros herramientas tecnológicas, comunicacionales y pedagógicas que respondan a la realidad laboral.

 

 

 

Inicialmente, los docentes provendrán de los institutos de formación actuales y luego se buscará que cada cargo se obtenga por concurso de oposición y antecedentes. Una posible sede central es el Instituto de Educación Superior Juan B. Justo, en Lascano 3840, Villa del Parque. Hay algunos estudios preliminares sobre cómo reorganizar los institutos estatales porteños, pero no está definido aún si se concentrarán las actividades en un solo edificio o si inicialmente funcionará en distintos ámbitos.

Rodríguez Larreta y Acuña presentarán públicamente esta propuesta hoy, a las 9.45, ante académicos, empresarios, representantes del tercer sector y políticos en un acto en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), en la avenida San Juan 350.

“Tenemos que generar la inquietud en los chicos para que elijan la carrera docente”, argumentó Rodríguez Larreta, y sostuvo que espera que para 2024 la ciudad pueda disponer de 5200 docentes nuevos. El cuerpo actual de maestros en los tres niveles -inicial, primario y secundario- es de 50.000 y anualmente se jubilan 1300.

Aunque todavía resta el debate legislativo, se estima que la nueva universidad estará dividida en “escuelas” de jardín, primario, secundario y de idiomas, educación física y disciplinas artísticas. Salvo que haya modificaciones, no se establecerá un ciclo básico común como el que se cursa para ingresar en la Universidad de Buenos Aires (UBA) ni examen de ingreso, como sucede en otras entidades, tal como la Universidad de La Plata (UNLP). La nueva institución educativa estará abierta para cualquier estudiante del país.
A su vez la reforma enfatiza en los equipos directivos y habla de una “jerarquización salarial”. “Nosotros creemos que el directivo tiene que ser del sistema, que debe tener experiencia docente. Lo que hay que desarrollar es un plan de carreras que permita crecer en salario sin dejar de ser docente porque queremos que los mejores maestros sigan en el aula”, sostuvo Acuña.

El anuncio de la medida se espera que despierte controversia entre los institutos de formación y los gremios. Para que el proyecto se convierta en ley, debe haber una profunda renovación del estatuto docente y, luego de ello, será necesaria una discusión para definir la oferta académica que la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) deberá aprobar y que se proyecta que incluya maestrías además de las carreras de grado.

 

 

Secundaria del futuro

Al anticipar la creación de una universidad de formación docente, los funcionarios de la Ciudad confirmaron que el año próximo empezará a implementarse la Secundaria del Futuro, que incluirá prácticas profesionalizantes y cuyo anuncio, efectuado a mediados de año en medio de la campaña electoral, desató una serie de protestas estudiantiles con tomas de escuelas y cese de clases.

“En 2018, comenzará para primer año y solamente en 19 escuelas”, expresó Acuña al hacer hincapié en que habrá “cambios en la forma en la que el docente se para frente al aula”, porque no habrá clases por asignaturas -actualmente son 11-, sino por áreas. El cambio será progresivo. En 2019, se estima que se sumarán otras 42 escuelas y para 2020 todavía no se sabe a cuántas más alcanzará.

“La escuela tiene que ser el semillero para el distrito tecnológico. Hay que tratar de tentar a los chicos para que luego trabajen sobre tecnología”, añadió Acuña, y señaló que habrá cambios en la forma en que se enseña y aprende tecnología, por lo que se brindarán jornadas extendidas vinculadas con el aprendizaje de programación. Además, se buscará vincular el nivel secundario con el superior, para que más cantidad de alumnos accedan a estudios universitarios.

Para el nivel medio, también se prevé contar con una plataforma online de inglés, generando un sistema que otorgue certificaciones en el idioma “para que a los estudiantes les sirva para el futuro”. A su vez estudian la posibilidad de que los padres puedan ver los boletines desde su teléfono celular.

“Habrá un mayor nivel de autonomía en la orientación, para que los chicos puedan desarrollar su vocación, y habrá más trabajo colaborativo entre los estudiantes, que en distintas experiencias mundiales demuestra que es clave para el mejor aprendizaje”, concluyó la ministra porteña.