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Arte y Espectáculos 6 de julio de 2020

Creciente: “El intercambio es un shock de aprendizaje”

La banda lanzó su disco "Circular", una revisión de los registros en vivo de sus conciertos con invitados en este especial que refleja el espíritu de la formación que inventó "el mareo".

Uno de los conciertos "Circulares" de los que partió el disco de Creciente, registrado por Matías Tazza.

“Circular” es el nuevo disco de la banda marplatense “Creciente”. El trabajo registra una serie de conciertos con invitados, realizados entre 2017 y 2020, que refleja y resume el espíritu de la formación que inventó “el mareo”.

El círculo, que caracteriza las presentaciones de Creciente en Instituto marplatense de música contemporánea, se traslada a este material que condensa el intercambio, la retroalimentación con otros artistas como Noelia Recalde, MOAH, Esas y Shitstem, Locales Rock, Lucho Guedes, Marita Moyano, León Sánchez y Jorge Armani.

La banda integrada por Ingrid Bretschneider, Leopoldo Juanes, Facundo Passeri, Sebastián Sartal, Gabi Virga y Sebastián Flores, considera que “el intercambio es un shock de aprendizaje” y, por ello, es su sello de identidad, al igual que sus investigaciones sobre los sonidos propios de nuestro territorio y nuestra gente.

“Creciente es hacer en conjunto lo que queremos, sin importar si llegamos más tarde o temprano. Pero sabiendo que vamos a llegar cómo queremos, porque en eso confiamos y eso nos motoriza”, definen.

Este disco, que se puede escuchar en Youtube, fue grabado, mezclado y masterizado por Gabi Virga y cuenta con diseño de Marian Damiani.

– ¿Cómo se les ocurrió revisar el material que tenían acumulado de los distintos conciertos circulares y cómo llegó a transformarse en este disco?

– Llevábamos un tiempo pensando en un disco en vivo por la energía y la vida que tenían las grabaciones con público, muy contrastante con la soledad del estudio. La cuarentena nos permitió revisar el material, hacer una selección y poder extender el trabajo para reflejar el ciclo del concierto circular que tiene una gran cantidad de invitados.

– De esos “pendientes” que el parate actual propició.

– ¡Exacto! la dinámica de la preparación de cada concierto, en particular para Creciente, que es totalmente autogestivo, desde el espacio, el diseño, la comunicación, realmente no nos permitía encontrar el tiempo necesario, entre otras cosas, a contactar a todos los invitados, que suman diez expresiones musicales de altísimo nivel.

– ¿El aislamiento les complicó el trabajo de revisar, armar, dar forma al disco?

– Con herramientas digitales, más envío de discos rígidos en forma física, pudimos trabajar en este proyecto perfectamente, en parte porque todo está hecho de manera artesanal, es decir, “con lo que tenemos al alcance”. Más allá de cómo habían salido esos conciertos desde lo técnico.

– ¿Qué emociones, qué recuerdos les provocó repasar esos registros, esos momentos que, en total son un viaje de 3 años?

– Fue una experiencia alucinante ver todo lo que se había producido, más que nada por la cantidad de artistas que tan generosamente han pasado por estos conciertos. Al ver la retrospectiva parece imposible planificar algo así, que todo eso se haya hecho y especialmente con entrada gratuita.

– Tiene este trabajo del disco también el espíritu “circular” sello de Creciente…

– Este disco es totalmente el espíritu Circular. Empieza con Creciente, como los conciertos, suenan los invitados, material sumamente diverso, y vuelve a Creciente para terminar, o para completar el círculo, del mismo modo que sucedió en vivo. Los invitados tocando en el centro de la velada.

– ¿Qué lugar ocupa para Creciente el intercambio, las colaboraciones, las invitaciones, el compartir con artistas de ámbitos tan distintos?

– Es fundamental el intercambio. Es como un shock de aprendizaje, no se puede reemplazar con ningún otro método. Es tal el enriquecimiento que la gente ya nos pregunta con antelación quién va a ser el próximo invitado.

– ¿Cuánto trabajo, encuentro hay detrás de lo que se ve en los conciertos?

– Si pasás a la tarde a hacer una reserva, nos vas a encontrar plumereando, armando la técnica del sonido mientras los hijos toman la merienda, pero hay un truco. En todo ese armado hay una mística que termina sonando en el concierto, una comunión y una alegría del hacer que es audible.
Como característica del grupo siempre hay una impronta en cuanto a la investigación de los sonidos con los que vibra la ciudad, sus diversas geografías, actividades…

– Desde el proceso de investigación sobre el Mareo hasta este disco “circular”, ¿qué permanece intacto, qué perdura y que ha ido cambiando?

– El amor por la música y por nuestro lugar amado como una unión indisoluble. Los conceptos que nacieron ingenuamente de una necesidad de identidad musical, han ido madurando en el contacto con el público.

– ¿Han sentido que con la cuarentena se modificaron esos sonidos?

– Definitivamente el paisaje sonoro urbano se vio cambiado en un principio, esa calma inédita dando paso a sonidos de la naturaleza que se abre paso en el cemento. En nuestro caso en cuanto a la sonoridad de la ciudad nos ha interesado más el “paisaje sonoro social”, es decir lo que resulta de las fuerzas en movimiento de hombres y mujeres, como por ejemplo las Radios de los barcos, esa sonoridad tan particular nos identifica.

Escuchá “Circular” acá: