Policiales

Crimen del albañil: el veloz accionar de la fiscal que permitió esclarecer el caso

La Unidad de Instrucción Fiscal Nº 4, encabezada por María Constanza Mandagarán, trabajó a contrarreloj y de manera eficaz para dar con los asesinos de Matheo Bonifacio Sánchez (63) en menos de una semana.

La noche del 21 de julio pasado tuvo ribetes de película de terror para Mar del Plata: casi en simultáneo, y en distintos puntos de la ciudad, se desencadenaron tres hechos de violencia extrema perpetrados por delincuentes. En el más grave de esos casos, sucedido en el barrio Juramento, fue asesinado el albañil Matheo Bonifacio Sánchez (63), mientras que su hijo Lucas Matías resultó gravemente herido.

El veloz accionar de la titular de la Unidad de Instrucción Fiscal Nº 4, María Constanza Mandagarán, llevó al rápido esclarecimiento del crimen y la detención de los presuntos asesinos, en menos de una semana.

Según la reconstrucción judicial, todo comenzó cuando dos hombres arribaron en una motocicleta a Don Orione al 2300, y uno de ellos se dirigió a una vivienda ubicada en la parte trasera de dicho domicilio. Al ingresar por la fuerza rompió un vidrio, y acomodó unos artículos para robar, pero de pronto se topó con Sánchez, que vivía en el inmueble del sector delantero.

En ese contexto, se habría producido un forcejeo en el que la víctima, primero, y luego su hijo que acudió en su ayuda, fueron baleados. El albañil murió poco después en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), mientras que el joven quedó internado y, si bien sobrevivió, quedó paralítico como consecuencia de las graves lesiones sufridas.

Por su parte, el agresor escapó hasta la calle, donde lo esperaba su cómplice en una moto, en la que ambos huyeron del lugar. Parte de esa secuencia quedó registrada en un video que tomó una cámara de seguridad y sirvió a los investigadores para establecer una línea de trabajo.

La fiscal Mandagarán actuó entonces de manera eficaz y con suma celeridad: no perdió tiempo y le tomó declaración a un testigo de identidad reservada, quien dio nombres y apellidos de los autores del ataque. También explicó que se trataba de personas que habían vivido allí antes y que después de abandonar la casa habían regresado a robar en distintas oportunidades.

La hipótesis fue reafirmada por Daiana, una de las hijas del albañil asesinado, quien incluso en los medios de comunicación manifestó que su padre conocía a los agresores y dijo que “era el único que no les tenía miedo”.

La fiscal Constanza Mandagarán investiga el caso.

Con dichos testimonios incorporados a la causa y el análisis del video que tomó la cámara de seguridad, la investigadora solicitó a la Justicia de Garantías la autorización correspondiente para allanar una vivienda de Güiraldes al 4200, donde sospechaba que podía encontrar a los sospechosos. Se trataba de la casa de Alan Díaz (26), sindicado de ser quien conducía la motocicleta al momento de los hechos.

El jueves 24 de julio, personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local realizó el operativo pero sólo halló a una joven de 24 años, hermana de Díaz, que quedó notificada por “encubrimiento”. En dicho lugar se secuestró una campera de color negro del Club Atlético Aldosivi y un jean con manchas de sangre que podrían ser de las víctimas, una pechera, una escopeta tipo “recorte” de dos caños con numeración suprimida de calibre 28 que contenía en su interior un cartucho percutado, cinco vainas percutadas de calibre 22 y dos vainas percutadas de calibre 9 milímetros, y una motocicleta marca Bajaj Rouser de 125 cilindradas con pedido de secuestro activo por robo del pasado 13 de enero.

Para entonces, los acusados se sabían cercados y su caída se produciría más temprano que tarde. Por eso, los uniformados continuaron con la realización de diversas averiguaciones, que incluyeron la examinación del impacto de las comunicaciones efectuadas de las líneas telefónicas de ambos prófugos, en las antenas de la ciudad.

En ese marco, Díaz fue finalmente detenido el viernes en un procedimiento policial que se llevó a cabo en el barrio Nuevo Golf, en la casa de una amiga en la que se había escondido. El sábado, lo trasladaron a Tribunales, donde primero se reunió con un presentante de la Defensoría Oficial y luego se negó a declarar como imputado del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego en ocasión de robo en concurso ideal con robo triplemente agravado por uso de arma, efracción y heridas graves”.

El domingo, la fiscal Mandagarán autorizó a los medios de comunicación la difusión de la fotografía y la identidad del otro hombre buscado, al que además considera como el autor material de los  ataques: Lucas Santiago “El Tucumano” Jerez (33). El resultado fue rápido: en la tarde del lunes siguiente, poco antes de que se cumpliera una semana del hecho, el prófugo cayó detenido en la villa Vértiz. A igual que lo había hecho Díaz, su presunto cómplice, el martes se negó a declarar y quedó alojado en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán.

“No sentimos venganza por los detenidos, porque nuestra energía está con Lucas”

 

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