La información se conoció en las últimas horas y Cristian Pilotti, el ex empleado municipal que protagonizó un salvaje hecho de violencia de género a fines de 2015 podrá completar la condena fuera de Batán.
Cristian Pilotti, el joven condenado por el brutal ataque a su ex novia durante una fiesta electrónica, dejará la cárcel de Batán en las próximas horas y terminará de cumplir bajo el régimen de libertad asistida la pena de 3 años y 9 meses impuesta.
Pilotti había sido condenado el 7 de diciembre último durante un juicio por jurados tras comprobarse el ataque perpetrado contra María Victoria Montenegro en la madrugada enero de 2015. Aquella vez fue la última de una serie de agresiones de Pilotti en el marco de una relación violenta y atravesada por el consumo de estupefacientes.
El 7 de enero de 2015 Pilotti y Montenegro habían asistido a la fiesta electrónica en el balneario Destino Arena y habían consumido “pastillas”, según consta en el expediente. Una situación de momento desencadenó el ataque a golpes de Pilotti: la joven estaba bailando con una amiga. Como había sucedido en muchas otras ocasiones, Pilotti se alteró al punto de la agresión física y propinó en el estacionamiento de dicho balneario una paliza a Montenegro, quien sufrió severas lesiones en el rostro.
A los pocos días del hecho Pilotti fue detenido y acusado de tentativa de femicidio, figura que prevé una pena de hasta 15 años de prisión. Sin embargo, al llegar al juicio por jurados se cambió la imputación a lesiones graves agravadas –estuvo de acuerdo la propia víctima- y se le terminó imponiendo una condena menor a la estimada durante todo el proceso.
El último 14 de enero Pilotti cumplió un año detenido y desde la Justicia consideraron que dicho tiempo en prisión era suficiente para otorgar el beneficio de la libertad asistida. Además los informes desde la prisión fueron “sumamente favorables”.
El mismo consiste en fijar un domicilio, manifestar y justificar una actividad legal y, principalmente, respetar la restricción de acercamiento a la víctima, según lo fijado por el juez de ejecución.